China estudia relajar límites a propiedad extranjera en fabricantes de coches
El Gobierno chino estudia reducir las limitaciones a la propiedad de las empresas extranjeras en las sociedades conjuntas de fabricación[…]
El Gobierno chino estudia reducir las limitaciones a la propiedad de las empresas extranjeras en las sociedades conjuntas de fabricación de automóviles, según un plan divulgado hoy.
El documento sobre la potenciación del sector del motor en China, elaborado por tres departamentos gubernamentales, entre ellos el Ministerio de Industria, indica que esas restricciones se relajarán "de manera ordenada", aunque sin ofrecer más detalles.
Actualmente, los fabricantes extranjeros de automóviles están obligados a establecer empresas conjuntas con socios chinos, y su participación no puede exceder el 50 % del capital.
El plan gubernamental, divulgado por la prensa estatal, prevé también potenciar el desarrollo de tecnologías de punta para aumentar la cuota de mercado de las marcas chinas, tanto a nivel doméstico (aproximadamente la mitad del total) como internacional.
El plan reconoce que la industria china del sector "es grande pero no fuerte" y admite debilidades en alta tecnología, innovación e imagen de las marcas.
China, el mayor mercado mundial del automóvil, matriculó 24,38 millones de coches el año pasado, lo que supuso un nuevo récord y un aumento del 15 % respecto al ejercicio anterior.
El Gobierno de Pekín prevé que la producción aumente a 30 millones de unidades para 2020 y a 35 millones para 2025.
Dentro del desarrollo tecnológico, el plan prevé dar un salto en la conectividad de los vehículos (se prevé que para 2025 se empiecen a vender los primeros autos completamente autónomos), así como en el desarrollo y venta de coches híbridos y eléctricos.
De estos últimos se vaticina que las ventas podrían alcanzar dos millones de unidades anuales en 2020, cuatro veces más que las 507.000 del año pasado.
El desarrollo de cadenas de producción inteligentes y un recorte drástico del consumo de combustible son otros de los objetivos marcados por el documento.
El plan del gigante asiático prevé también un reforzamiento de los fabricantes chinos de componentes, un sector en el que se busca tener compañías competitivas a nivel internacional.
Sin embargo, advierte de que los riesgos de un posible exceso de capacidad de producción en el sector y de los problemas de tránsito y contaminación que pueda generar el continuado aumento de vehículos en las ya atestadas calles y carreteras chinas.