Carlos Domingo augura que el uso de la criptomoneda explosionará en 5 años

El exdirectivo de Telefónica Carlos Domingo es ahora un reconocido emprendedor e inversor y un firme defensor de la criptodivisa, un medio digital que ha venido "para quedarse" y cuyo uso, asegura, será masivo en cinco años, cuando se afiance la tecnología existente y la regulación del sector.

Domingo (Barcelona, 1971), informático por la Universidad Politécnica de Cataluña y doctorado en Tokio, fue el máximo responsable de Telefónica I D, el área de innovación de la empresa española, antes de dirigir una importante firma tecnológica en Dubái, donde se introdujo en el mundo del dinero digital y la tecnología 'blockchain' (cadena de bloques).

Su interés por el revolucionario campo de la criptoeconomía fue a más, hasta el punto que fundó SPiCE VC, un fondo de capital riesgo que invierte en moneda virtual, y también la plataforma Securitize, que permite gestionar emisiones de ICO (oferta inicial de criptomonedas) de empresas.

Aunque ya hace una década que nació el bitcóin, la primera de las criptodivisas, el uso de estas monedas está lejos de ser una práctica extendida: muchos ciudadanos desconocen su funcionamiento -e incluso su existencia- y es prácticamente imposible utilizar dinero digital para pagar en el día a día.

Domingo está convencido de que la criptomoneda y el blockchain van a revolucionar el mundo, pero para ello esta tecnología tendrá que explosionar, lo que espera que se produzca en un plazo de unos cinco años.

"Internet tardó veinte años en masificarse", asegura Domingo, que recuerda que la criptomoneda tiene ya diez años de vida.

Para impulsar el conocimiento de esta tecnología y aclarar conceptos, Carlos Domingo ha escrito el libro "Todo lo que querías saber sobre bitcóin, criptomonedas y blockchain y no te atrevías a preguntar" (Ediciones Temas de Hoy), en el que explica, de forma sencilla y didáctica, todo el universo cripto, desde los orígenes de la moneda virtual, en el año 2008, a las posibilidades que abren la cadena de bloques o las ofertas iniciales de moneda.

"Estoy convencido de que blockchain representa la nueva generación de Internet y que el mundo va a cambiar de manera radical en los próximos años gracias a esta tecnología disruptiva, tal y como el 'e-mail' cambió el correo tradicional", afirma Domingo en el libro, en el que destaca que las posibilidades de esta tecnología van más allá del sector financiero.

De entre las muchas ventajas que Domingo ve en el bitcóin, destaca que es "la primera moneda resistente a la censura", ya que su política monetaria es "inmutable y determinista" y su funcionamiento a través de redes P2P descentralizadas hacen imposible que ningún gobierno pueda intervenirlo ni censurarlo.

"No se puede cerrar la red, ni alterar la política monetaria, ni llevarse los bitcoines", y por eso precisamente su uso es más común en países totalitarios, donde existe una alta desconfianza hacia el gobierno.

Por su parte, cada vez más empresas están apostando por la creación de su propia criptomoneda -denominada token- para proveerse de liquidez y financiar sus proyectos, como quiere hacer la catalana Home Meal (Nostrum).

Estas ICO, sostiene Domingo, despiertan unas expectativas enormes y están desplazando al capital riesgo tradicional en este sector del mercado.

"De las ICO cabe esperar que transformen el mercado de productos financieros mediante la 'tokenización' de los activos y la provisión de liquidez", comenta el inversor, que cree que si hay una ICO que despuntará en 2018 será la de la aplicación de mensajería Telegram, que podría llegar a recaudar más de 1.500 millones de dólares en moneda virtual.

Aunque las expectativas de las criptomonedas son altas, existen retos pendientes a los que tendrán que hacer frente en los próximos años, como lograr escalabilidad, interoperabilidad y usabilidad y atenuar su elevada volatilidad.

Los organismos reguladores de los distintos países tendrán también un papel esencial en el futuro de la criptomoneda, campo en el que "han empezado a ponerse serios" hace tan sólo unos meses.

El problema es que cada Estado tiene una posición diferente respecto a la regulación del sector, lo que puede jugar en contra de que la tecnología "explosione".

Carlos Domingo considera, en este punto, que una regulación paneuropea "sería muy oportuna" para la industria y para el conjunto de Europa.

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