Cardenal Omella: "Con el agua no se juega, ni se mercantiliza"

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, recuerda en su carta dominical de hoy que el agua es "un[…]

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, recuerda en su carta dominical de hoy que el agua es "un bien esencial y limitado", por lo que pide que se haga un consumo responsable, "con sensatez, sin desperdiciarla", y defiende que no debe ser "objeto de mercantilización".

Bajo el título de "Con el agua no se juega", el cardenal recuerda que una de cada cuatro personas en el mundo no tiene agua potable en su hogar y, parafraseando al papa Francisco, defiende que "asegurar el acceso al agua potable es un derecho que nace de la dignidad humana".

"El agua un bien esencial y necesario, y no un producto cualquiera, que pueda ser objeto de mercantilización", agrega Omella.

El prelado recuerda que muchas organizaciones católicas, como Manos Unidas o Cáritas, trabajan para asistir a poblaciones cuyo suministro de agua está en riesgo y anima a colaborar para que en el año 2030 se consiga "abastecimiento, gestión sostenible y el saneamiento del agua para todos".

"Hoy en día millones de personas viven aún sin agua potable -en el hogar, en la escuela, en el trabajo, en la granja, en la fábrica- y luchan por sobrevivir y prosperar. A menudo, se olvidan los grupos especialmente afectados por esta realidad: mujeres, niños, refugiados, pueblos indígenas, personas con discapacidad y muchos otros", denuncia al arzobispo de Barcelona.

También advierte de la paradoja de que "en un momento histórico en el que la tecnología está presente en todo el mundo para hacernos la vida más fácil y para hacer cálculos más precisos, la gente del campo continúa mirando al cielo para saber si lloverá en muchos rincones del planeta y rezan para que así sea".

"Recemos para que llueva lo necesario y no nos falte el agua, pero también para que lluevan muchas iniciativas que permitan hacer llegar el agua a todos los rincones del planeta", pide el cardenal.

"Se debe asegurar el acceso al agua potable en todo el mundo. Es un bien esencial para la vida, un recurso natural limitado con el que no se puede jugar. Garantizar que nadie quede atrás es un reto para todos", concluye Omella.

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