Ausbanc, blanqueo masivo a través del ladrillo
El patrimonio inmobiliario de Luis Pineda es inmenso.Tanto, que ni siquiera la UDEF es capaz de valorarlo con exactitud, por ahora.
El patrimonio inmobiliario de Luis Pineda es inmenso. Tanto, que ni siquiera la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) es capaz de valorarlo con exactitud, por ahora.
El pasado 26 de abril, el magistrado Santiago Pedraz ordenó bloquear medio centenar de propiedades del líder de Ausbanc, pero el listado de bienes inmuebles del imputado, ni mucho menos, termina ahí. Pineda, según se desprende de la investigación de la Audiencia Nacional, tenía una verdadera obsesión por el ladrillo. El líder Ausbanc comenzó en 1999 a comprar de manera casi compulsiva propiedades, entonces a su nombre, en Madrid y Estepona (Málaga).
Conforme fue aumentando la capidad de su sociedad, comenzó a acaparar un patrimonio inmobiliario mucho mayor, esta vez, oculto. El eje de ese blanquo masivo es 'Estructuras y Servicios Inmobiliarios', una empresa del entramado de Ausbanc creada, según la Udef, con el fin único de encubrir el patrimonio personal de Pineda. A nombre de esa sociedad han aparecido quince propiedades repartidas entre Madrid capital, Legánes (Madrid), Jaén, Carrascal de Barregas (Salamanca) y Villamayor de Campos (Zamora).
Pineda quería cobrar el chantaje de la infanta a través de falsos convenios con Ausbanc
Sacar a la infanta del banquillo desde luego no iba ser gratis, en contra de lo que sostuvieron en sus declaraciones ante el juez los líderes de Manos Limpias y Ausbanc, Miguel Bernad y Luis Pineda. Ambos aseguraron que solo buscaban la estabilidad institucional de España cuando plantearon retirar la acusación contra Cristina de Borbón en el caso Nóos. Sin embargo, los pinchazos telefónicos a los que fueron sometidos entre febrero y marzo desmienten por completo esa versión. Es más, Pineda, que se jactaba de que la desimputación de Cristina de Borbón era una «oportunidad de la hostia» para hacerse ricos, había diseñado al milímetro la operación con la que esperaba obtener tres millones de euros.
Una de esas intervenciones telefónicas revela la fórmula. Fue una llamada 29 de febrero a las 17:27 horas al director de la Fundación La Caixa y número 2 de la entidad, Jaume Giró, quien exactamente un mes después acudiría a la comisaría a denunciar el intento de extorsión, una vez comprobado que Pineda no estaba en absoluto bromeando. Esa llamada, a la que ha tenido acceso este periódico, es la prueba de cargo del intento de chantaje. Ese día, ya sin tapujos, el líder de Ausbanc le propuso abiertamente a Giró «llegar algún tipo de acuerdo para solventar la imputación de la infanta de la misma forma que en Sevilla con Braulio Medel». Jaume Giró no respondió y siguió recopilando pruebas para ir a la comisaría.
Pineda se estaba refiriendo a copiar el sistema que había llevado solo doce días antes, el 17 de febrero de este año, a retirar la imputación de Manos Limpias contra el presidente de Unicaja, Medel, en el caso de los ERE de Andalucía, minutos después de declarar en el Juzgado de número 6 Sevilla.
Según la investigación del sumario 'Ausbanc-Manos Limpias', el desistimiento del pseudosindicato de Bernad costó a Unicaja un millón de euros, que la entidad debía pagar durante 2016 en forma de convenios publicitarios y patrocinios de empresas del grupo Ausbanc. Ese acuerdo fue cerrado por Pineda y el secretario general de Unicaja, Ángel Fernández Noriega, imputado en esta causa desde el pasado 11 de mayo por administración desleal.
La Unidad contra la Delincuencia Económica y Financiera (Udef) sostiene que Pineda pretendía que La Caixa y el Banco Sabadell pagaran la extorsión por 'salvar' a Cristina de Borbón con la inclusión masiva de publicidad en sus revistas «a precios fuera de mercado» y con patrocinios «hinchados» de eventos auspiciados por la asociación. El líder de Ausbanc pensaba que este tipo de desembolso extendido en el tiempo nunca podría haberse relacionado con el fin de la acusación contra Cristina de Borbón. Pineda ya había conectado también con el subdirector general de la asesoría jurídica del Sabadell, Gonzalo Barettino, para sondearle sobre esta fórmula. Barettino, como hiciera Giró, el 30 de marzo también terminaría denunciando ante la Policía a la trama chantajista, el mismo día que hizo lo mismo el abogado de la infanta, Miquel Roca.
Un informe de la Udef del pasado 4 de abril apunta a que los tres chantajeados a los que Pineda propuso la fórmula del patrocinio para pagar la 'salvación' de la hermana de Felipe VI tuvieron «algún tipo de estrategia común, ya que en cuanto vieron que las propuestas para retirar la acusación popular contra la infanta revestían cierto grado de veracidad y en cierto modo podían ser demostrables, es cuando deciden ponerlo en conocimiento de la policía».
Indiscreto
Los banqueros y Roca habían ayudado a 'cazar' al 'capo' extorsionador, pero lo cierto es que Pineda y su indiscreción al teléfono habían cavado su tumba procesal y habían desmontado cualquier posibilidad de defender que la exculpación de la infanta iba a ser gratuita y por «amor a España».
«Este tren es el tren de nuestra vida», le dijo Pineda a Javier Castro Villacañas, su jefe de comunicación, en velada referencia a la posibilidad de conseguir los tres millones por sacar a la infanta del banquillo. En esa misma conversación, que tuvo lugar el pasado 9 de febrero, el líder de Ausbanc incluso se atrevió a hablar por teléfono del trasfondo económico del asunto. «Lo bueno sería un encuentro físico (con los banqueros que tenían que 'financiar' la operación) para tener una pequeña conversación en la que le recuerde (Miguel Bernad) que incluso 'me ofrecieron X' para que se vea que hay una cifra de referencia».
Una semana después, el 16 de febrero y ante la inminencia de la declaración de la infanta, Luis Pineda volvió a insistir en otra llamada a Villacañas en lo imperativo de que hablar con los bancos para decirles que ya «alguien nos ofreció X». Esas dos llamadas -explican en la Udef- son claves para sostener la inculpación contra el líder chantajista.