'Merkron', el futuro de Europa en sus manos

"Estamos en un momento histórico de Europa", con "el aumento de los populismos" y el riesgo de desmembramiento de la Unión, insistió Emmanuel Macron tras la entrevista con la canciller alemana, Ángela Merkel. "Necesitamos un tiempo histórico que sea el de una refundación", agregó.

Angela Merkel tendió una mano este lunes a Emmanuel Macron y su proyecto de "refundación" de Europa tras un primer encuentro en Berlín de la canciller alemana con el nuevo presidente de Francia, aunque persisten ciertas reservas.

La reunión había generado mucha expectativa porque los proyectos de reforma de la UE evocados por Macron durante la campaña electoral habían cosechado críticas en Berlín.

Finalmente, tomando en cuenta el margen de maniobra limitado que le fija su propia campaña electoral, la canciller hizo lo más que pudo para facilitar la tarea al joven presidente francés.

"Estamos en un momento histórico de Europa", con "el aumento de los populismos" y el riesgo de desmembramiento de la Unión, insistió Emmanuel Macron tras la entrevista. "Necesitamos un tiempo histórico que sea el de una refundación", agregó.

Ante la prensa, el jefe de Estado no vaciló en pedir a la canciller que asuma responsabilidades.

La reactivación de Europa también pasa en su opinión por un "trabajo de convicción" de la canciller con relación a su propia opinión pública, destacó Macron. Fue una alusión a las reticencias de Alemania ante los proyectos de refundación de la zona euro, que los alemanes temen tener que terminar pagando de su bolsillo.

Para tranquilizar a los interlocutores germanos, el nuevo jefe de Estado prometió realizar reformas en Francia, comprometiéndose a "restaurar una confianza plena y entera" con Alemania.

Macron fue recibido frente a la cancillería con aplausos y gritos entusiastas de gente que agitaba banderas francesas, alemanas y europeas bajo un cartel "Por la amistad". El nuevo presidente evitó el traspié protocolar de su predecesor François Hollande, que cinco años atrás en circunstancias similares había hecho un papel más torpe.

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Según los periodistas alemanes, el recibimiento reservado a Emmanuel Macron por el público berlinés fue inédito, salvo si se lo compara con el que tuvo el norteamericano Barack Obama. Al principio de la reunión, la canciller salió incluso al balcón a saludar a la gente.

Clara ilustración de una voluntad común: la canciller, hasta hace poco muy reticente, dijo que "desde un punto de vista alemán, es posible cambiar los tratados, siempre y cuando tenga sentido".

Los proyectos de Macron para refundar a Europa se refieren al funcionamiento de la zona euro e implican un cambio de tratados, algo que siempre resulta riesgoso porque necesita la ratificación de todos los países europeos.

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Emmanuel Macron se esforzó sin embargo por tranquilizar a su anfitriona alemana al declarar que se oponía a la idea de repartir las deudas "pasadas" de países de la zona euro, una idea que pone los pelos de punta a Alemania. Llamó en cambio a iniciar un debate sobre nuevos proyectos de inversión para el futuro.

El gobierno alemán teme una victoria de la extrema derecha del Frente Nacional en Francia dentro de cinco años si Macron fracasa y todo parece indicar que Merkel hará lo posible para simplificarle la vida.

Sin embargo, la canciller, que aspira a un cuarto mandato en las elecciones legislativas de septiembre, no puede hacer demasiadas concesiones a Macron. "Su margen de maniobra es limitado. Con su apertura a los migrantes perdió mucho capital político y no puede exigir demasiado a su partido de derecha", confió uno de sus ministros.

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