Conserveras desmienten a OCU sobre no autenticidad de anchoa del Cantábrico
La Asociación de Fabricantes de Conservas de Pescados de Cantabria (Consesa) ha desmentido un estudio de la Organización de Consumidores[…]
La Asociación de Fabricantes de Conservas de Pescados de Cantabria (Consesa) ha desmentido un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el que cree posible encontrar conservas de anchoas que se denominan "del Cantábrico", pero cuya materia prima es capturada en otras aguas.
Bajo el título "Anchoas del Cantábrico: ¿estás seguro?", la OCU afirma que se pueden llamar "del Cantábrico" a los filetes de "una anchoa capturada en las costas de Marruecos que han sido elaborados en conserva en una fábrica de Madrid", siempre y cuando la anchoa sea de la especie 'engraulis encrasicolus'.
Sin embargo, Consesa considera esta afirmación "totalmente falsa" y asegura, en un comunicado, que existen normas tanto españolas como europeas que prohíben indicar en el etiquetado que una anchoa procede del Cantábrico "cuando ha sido capturada en otras aguas".
Por ello, acusa a la OCU de crear "alarma" entre el consumidor y de poner en "entredicho" al sector de la semiconserva española por "el simple hecho de no estar de acuerdo con la normativa vigente en materia de etiquetado de los productos de la pesca".
"Una normativa que cumple rigurosamente el sector conservero, cumplimento sometido a un riguroso control por parte de las distintas administraciones públicas competentes de su inspección", apostilla la asociación de fabricantes de conservas de Cantabria.
Consesa subraya, asimismo, que "en ningún momento" el estudio de la OCU demuestra con las pruebas realizadas que se esté cometiendo "un fraude generalizado" por parte del sector conservero en el etiquetado de la anchoa.
Ha explicado que todos los productos de la pesca comercializados en la Unión Europea deben tener un "certificado de captura", cuya finalidad es "garantizar" la trazabilidad del género.
Una acreditación que, a juicio de las conserveras, permite a los organismos de inspección comprobar el origen de los alimentos, en este caso de la anchoa de una manera "sencilla y fehaciente", verificando así el "correcto etiquetado de los productos".
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