Turismo: ¿se ha nublado el sol del sector?

La ralentización económica, el Brexit o los malos resultados de los gigantes europeos han puesto en guardia al mercado. Meliá se lleva la peor parte pero los analistas quitan hierro al castigo y siguen viendo valor.

Al sector turístico se le ha nublado el horizonte. Justo cuando los inversores se han tomado un respiro en el rally bursátil de comienzos de año, el miedo a la ralentización económica, junto con la incertidumbre derivada del Brexit y la presentación de malos resultados en algunos gigantes europeos, han propiciado el castigo a compañías como Melia Hoteles, mientras que otras como IAG, NH Hoteles (de 'free float' muy escaso tras la OPA de Minor) o Amadeus mantienen el tipo. No obstante, a pesar de que el sesgo del mercado es negativo, los analistas consultados todavía siguen viendo valor en las cotizadas del sector, por lo que el reciente castigo podría ser una oportunidad de entrada.

De lo que no hay muchas dudas es de que el sector no está en su momento más boyante. Quedó muy claro con el 'profit warning' que emitió la semana pasada el gigante europeo TUI, cuyos títulos se hundieron un 17 por ciento tras reportar más debilidad en márgenes y apuntar que ha detectado cambios en la demanda hacia el Mediterráneo oriental, lo que ha creado exceso de capacidad en algunos destinos como Islas Canarias. Esto supuso caídas de casi el 5 por ciento para Meliá Hoteles, a lo que siguió una dura rebaja hasta 'infraponderar' por parte de Bank of America ML. «El sector tiene un componente bastante cíclico, por lo que se está viendo afectado por la desaceleración económica que estamos viendo», dice Pilar Aranda, analista de Bankinter. Si los riesgos de una ralentización económica aumentan, «las personas pueden cortar el grifo y decidir colocar menos renta disponible a hacer turismo», añade Victoria Torre, analista de SelfBank. 

Y claro, los beneficios se resienten, lo que genera incertidumbre: «A pesar de las correcciones que ha presentado, el sector sigue sembrando muchas dudas en cuanto a los beneficios que hayan podido alcanzar durante el año 2018 las principales compañías hoteleras», dice Antonio Sales, analista de XTB. Igualmente, como recalca Aranda, no es solo el componente cíclico, sino otros riesgos como el Brexit, además de que al sector le ha afectado «el auge de destinos competidores, como puede ser el caso de Egipto o Turquía», apunta la experta de Bankinter. En opinión de Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas, «estamos asistiendo a una vuelta del turismo a estos países en el último año y medio, tendencia que puede ir en aumento». 

Con el sector en alerta, la peor parte se la ha llevado Meliá Hoteles, un castigo que no es difícil de explicar teniendo en cuenta todos los elementos que se han juntado, como el auge de los destinos alternativos, la rebaja de nota de Bank of America o las malas proyecciones de TUI. En particular, el valor ha sufrido más de la cuenta con el Brexit, que afecta por dos motivos; en primer lugar, porque «Reino Unido es el primer emisor de turistas hacia España, pero es que además hay que tener en cuenta la depreciación de la libra, que hace que los británicos tengan menos capacidad de gasto», dice Aranda. También llovía sobre mojado, pues la acción se deja un 40 por ciento desde los máximos de 2017, una caída que Farrás califica de «exagerada». Para este experto, «los inversores están poniendo en precio unas perspectivas muy negativas sobre la evolución de sus ingresos, ante una previsible caída de la actividad turística en España o una desaceleración por el avanzado ciclo económico de EEUU que pueda afectar a otro de sus mercados estratégicos (Caribe)». 

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Meliá, aún hay valor

Sin embargo, a los analistas no les convencen estas explicaciones y siguen viendo valor en Meliá Hoteles. «Ofrece un potencial suficiente y es atractiva en términos de valoración pero solo para inversores de largo plazo», dice Aranda. Para la experta de Bankinter, «está defendiendo bien sus márgenes y no tiene problemas con la deuda», además de estar muy saneada, cuya recomendación es 'comprar' con precio objetivo de 11,1 euros. En la misma línea, Farrás piensa que, tras estas caídas, «el valor presenta una buena oportunidad para el inversor pensando en el medio y largo plazo». El grupo está enfocado en su plan estratégico a 5-7 años para ir hacia un modelo de gestión de los hoteles (de márgenes más altos y menor capital empleado) en detrimento de su modelo hasta ahora mayoritario de ser propietario de los mismos. El atractivo de la inversión actual en Meliá, dice Farrás, «radica en su infravaloración con respecto a sus activos hoteleros». En julio, un asesor independiente situó el valor de estos activos «muy por encima de su precio de cotización actual, por lo que comprando a estos niveles nos llevaríamos prácticamente gratis su negocio de gestión hotelera», sostiene Farrás.

De refilón le ha pillado la tormenta a NH Hoteles, en parte porque la OPA de Minor ha dejado al valor seco, con un «free float» del 5,9 por ciento y muy alejado del foco inversor. Mucho mejor se ha defendido Amadeus, ya que como dice Sales, «estamos viendo como varias compañías que corrigieron notablemente a finales del pasado año, tras conocerse sus positivos resultados del ejercicio 2018, han empezado a recuperar parte de lo perdido notablemente».  En el caso de IAG, la gran duda es el Brexit. Y aunque la empresa acaba de limitar al 47,5 por ciento los accionistas externos a la UE, Sales opta por estar «fuera del activo hasta que no haya más luz».

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