Trump avisa a sus socios: «EE.UU. noserá más la hucha de la que todos roban»
«Presidente, tiene que llegar a su vuelo», le dijo ayer a Trump su asesor Larry Kudlow, para cortar una rueda[…]
«Presidente, tiene que llegar a su vuelo», le dijo ayer a Trump su asesor Larry Kudlow, para cortar una rueda de prensa en la cumbre del G-7 en la que su jefe acababa de amenazar a sus socios estratégicos con dejar de comerciar con ellos. El presidente de EE.UU. no iba a perder ningún avión ?el Air Force One presidencial no va a ningún lado sin él?, pero sí corría el riesgo de echar todavía más gasolina al encuentro con otros líderes.
En las dos jornadas que ha durado la cumbre en La Malbaie (Canadá), Donald Trump ha querido escenificar dos cosas. Primero, que va por su cuenta: llegó tarde la primera jornada ?lo que le hizo perderse una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron?, llegó tarde al desayuno de la segunda ?dedicado a la igualdad de género?, dio una rueda de prensa en solitario y se marchó antes de tiempo, dejando plantados al resto de líderes, camino de Singapur, donde la semana que viene celebra la histórica cumbre con Kim Jong-un, el dictador norcoreano. Segundo, que sigue fiel a la idea de «EE.UU. primero» y que no le importa aislarse de sus aliados para conseguir ventajas comerciales.
Tras haber confirmado nuevos aranceles al acero y al aluminio contra Canadá, México y la Unión Europea a comienzos de mes, ayer volvió a criticar que el mundo se haya aprovechado durante décadas de EE.UU. con políticas comerciales «ridículas e inaceptables».
Sin barreras
«Tiene que acabar», dijo en rueda de prensa sobre los aranceles y el superávit comercial que otros países mantienen con EE.UU. «O dejaremos de comerciar con ellos», amenazó antes de criticar que «somos como la hucha cerdito de la que todo el mundo roba, y eso se va a acabar».
Trump presentó una propuesta inesperada: que todos los países acaben con los aranceles, barreras comerciales y subsidios, y EE.UU. también lo hará. De lo contrario, seguirá con el látigo de aplicar castigos comerciales donde crea que los intereses de EE.UU. no se respetan, una táctica en la que su país siempre saldrá victorioso por su potencia económica. «Esa guerra la ganamos mil veces de mil», proclamó.
Trump aseguró a su vez que las relaciones con el resto de líderes del G-7 ?Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá, Japón e Italia? «son de diez» y que las conversaciones de los dos últimos días habían producido progresos. La sensación es, sin embargo, la contraria: el desarrollo de la cumbre no ha rebajado las tensiones con las que se inició ni ha significado avances o compromisos para reconducir la guerra comercial desatada por Trump.
«La Unión Europea es cruel con EE.UU., y lo saben», dijo Trump, que aseguró que cuando plantea la injusticia comercial que sufre su país a sus homólogos del Viejo Continente, lo que obtiene es «una sonrisa». Durante las reuniones, Trump leyó la cartilla a sus socios europeos con una letanía de quejas sobre aranceles y barreras a sus productos y trató de buscar divisiones en el bloque comunitario ofreciendo condiciones diferentes a los países. Los miembros de la UE han mantenido una posición unitaria respecto a los ataques de Trump y el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, se ofreció a viajar a Washington para acercar posturas y apaciguar la guerra comercial.
«Si toman represalias, será un error», dijo Trump ante la posibilidad de que la Unión Europea u otros miembros del G-7 respondan con más tarifas.
Presión sobre Canadá
Sobre Canadá, el anfitrión, Trump aseguró que buscan renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con este país y México de una forma que contente a EE.UU. «De lo contrario, firmaremos acuerdos separados con cada país», dijo el presidente estadounidense.
Al cierre de esta edición no estaba claro que los siete países firmaran un comunicado conjunto, como es tradicional, al final del encuentro. Era algo con lo que se había especulado desde antes de que comenzara la cumbre, con EE.UU. una vez más en el papel díscolo. Los negociadores estadounidenses se negaban a incluir en el texto un lenguaje contundente sobre su compromiso en la lucha contra el cambio climático, una prioridad para algunos de los socios occidentales, especialmente Francia.
Trump tampoco quiso acercar posturas sobre su polémica defensa de que Rusia vuelva al G-7. «El G-8 tiene más importancia que el G-7», defendió, y no quiso responder sobre si la anexión de Crimea ?la razón por la que se expulsó a Rusia? no es motivo para que Moscú no forme parte del grupo. La canciller alemana, Angela Merkel, insistió en la cumbre en que Rusia no debería volver hasta que no cambia su política en Ucrania. «Lo que queremos es la paz en el mundo ?reaccionó Trump?. No juegos».
