Sin trabajadores andaluces para la recolección de la fresa
Las plazas de los municipios agrícolas de Huelva, desde Almonte hasta la zona occidental de la Costa, dejaron de ser[…]
Las plazas de los municipios agrícolas de Huelva, desde Almonte hasta la zona occidental de la Costa, dejaron de ser sedes temporales de oficinas de empleo para el campo. Se desterró el bullicio, el ir y venir de temporeros durante horas a la espera de que algún manijero o empresario local los incluyera en su cuadrilla. Las miles de contrataciones que genera el campo en la provincia onubense, alrededor de unos 100.000 contratos previstos para este año (frutos rojos y cítricos) según Freshuelva, se pelean en línea directa con el sector ?en colaboración con las administraciones? o a través de intermediarios con los que, las más de las veces, ya no se negocia cara a cara. Internet también se ha colado de lleno en el campo. Cientos de portales de empleo vociferan en la red los puestos de trabajo vacantes, de forma especial para la campaña de la recogida de la fresa, que está a la vuelta de la esquina.
La búsqueda de mano de obra se intensifica en la cuenta atrás para el comienzo de la temporada (marzo) y después de que la oferta de 11.900 puestos lanzada por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para la recolección, se cerrase con poco más de 800 desempleados locales postulados para cubrirlos.
Mientras, en las explotaciones, la superficie de cultivo de frutos rojos alcanza esta campaña las 11.145 hectáreas, lo que supone un incremento del 11,12% respecto al año pasado, según los datos de Freshuelva, Asociación que aglutina a Productores y Exportadores. Solo a este fruto (fresas) se destinan 5.890 hectáreas, superficie que se incrementa un 9% después de varios años de bajadas encadenadas.
Empresarios y organizaciones agrarias temen que la fruta se pueda pudrir en la planta por falta de manos. El sector ?entre los pesos pesados de la economía provincial?, se la juega. Los números dan una idea. En la última campaña, la producción de fresa se situó en las 302.500 toneladas y la facturación alcanzó los 454.665.000 euros. La exportación de berries alcanzó el valor de 900 millones de euros ?cifra pendiente del cierre definitivo de 2017?.
El hándicap de la mano de obra, que llevó a Huelva a diseñar y poner en marcha (2001) una fórmula de contratación en origen que sirvió de modelo en Europa y se mantuvo hasta el comienzo de la crisis ?para dar prioridad a los trabajadores nacionales?. se repite campaña tras campaña. Este año no se escapa, miles de puestos de trabajo siguen en el aire.
«Es necesaria una modificación del actual sistema de subsidio. Tiene poca explicación que en Huelva, con varios miles de familias con todos sus miembros en paro, haya personas que no quieran los puestos que se ofertan», reflexiona el presidente de Asaja Huelva, José Luis García Palacios, en un momento en el que técnicos de esta organización y de Freshuelva se encuentran en Marruecos para reclutar trabajadores.
El contingente autorizado por el Gobierno marroquí ronda los 16.000 jornaleros, de los que unos 5.000 repiten y los restantes 10.400 corresponden a nuevos contratos. En principio, se prevé que la selección acabe la próxima semana y comiencen a llegar entre finales de febrero y principios de marzo. La contratación de este contingente «es un objetivo a alcanzar, no una certeza», matiza García Palacios.
Además del reto al que enfrentan los freseros, la polémica ha saltado antes incluso de que la mano de obra procedente de Marruecos aterrice en Huelva por el perfil que se está buscando este año: mujeres con arraigo familiar ?casadas y con hijos?, situación que garantiza la vuelta a casa una vez finalizada la recolección.
¿Por qué Marruecos? En primer lugar, porque existe convenio con el país y por descarte de otras zonas, como Ucrania, desde donde vinieron temporeros en otra época. «En la situación actual, no es aconsejable», comenta el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez. Otros países con los que en décadas pasadas se cerraron contrataciones en origen ahora son parte de Europa y los trabajadores van y vienen sin mediación oficial.
Otras lecturas que explican la situación es el fin de la crisis, que llevó la década pasada al campo a miles de trabajadores desde distintos sectores y que hoy, considera Domínguez, han regresado a ellos. A ello se suma el tirón del sector turístico en la provincia en los últimos años, cuya temporada alta coincide en el tiempo con la campaña de frutos rojos.
El boom de la fresa, primero, y el resto de berries, después, han traído a la Costa y el Condado de Huelva una multiculturalidad visible tanto en las fincas y como en las calles de los pueblos. En municipios como Lepe, donde la diversificación del cultivo ha conseguido alargar la campaña agrícola hasta los 10 u 11 meses, conviven hasta 50 nacionalidades y los esfuerzos de integración «son máximos», explica su alcalde, Juan Manuel González.