Dionísio Pestana, el gran "hotelero" luso, refuerza su apuesta por España

Dionísio Pestana, creador del mayor grupo hotelero portugués a partir de un hotel en quiebra, abrirá en breve dos nuevas[…]

Dionísio Pestana, creador del mayor grupo hotelero portugués a partir de un hotel en quiebra, abrirá en breve dos nuevas unidades en el centro de Madrid con las que superará las 90 en funcionamiento en quince países de todo el mundo.

Con más de 11.000 habitaciones, 7.000 empleados y un patrimonio en activos que supera los 1.100 millones de euros, este "hotelero" y no inversor, como él mismo se define en una entrevista a Efe, tiene planes para crecer aún más.

Los números aumentarán ya a principios del próximo año con la apertura de un hotel de 90 habitaciones en la Casa de la Carnicería de Madrid, un edificio "emblemático" de la Plaza Mayor, y poco después otro en la Gran Vía madrileña.

El primero será de la línea de lujo Pestana Collection, una de las cuatro marcas del Grupo, y el de Gran Vía, un Pestana CR7, de la línea 'lifestyle' creada en asociación, al 50 por ciento, con el futbolista del Real Madrid, el también madeirense Cristiano Ronaldo.

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Su apuesta por España, que comenzó en Barcelona en 2013, espera ampliarla con otro hotel en Ibiza, donde ya hay negociaciones en marcha, aunque de momento nada concreto.

El grupo creció durante años en el área de los resorts, en la que sigue siendo líder en el Algarve o Madeira, pero ahora -dice- "estamos diversificando el riesgo de resort para urbano".

Londres, Berlín y Amsterdam ya están en su cartera, al igual que algunos destinos de Latinoamérica (Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba), región que "era una prioridad muy fuerte cuando Brasil estaba bien", pero después la crisis y la inestabilidad política dificultaron la operación del grupo.

"Sigo creyendo" en Latinoamérica, "tiene potencial", asegura, antes de precisar que, hoy por hoy, "la idea es mantener lo que ya está hecho allí" sin dejar de explorar nuevas posibilidades.

Ya tiene entre manos un proyecto en Montevideo y le gustaría avanzar en Perú y Colombia aunque, insiste, "en función de las oportunidades que surjan y de la estabilidad política" del país.

Apuesta siempre a lo seguro, con pragmatismo y con calma, porque "entre pensar, negociar, aprobar, construir y abrir son cuatro años".

El 70 % del universo Pestana es en propiedad, pero también explota la concesión de las "Pousadas de Portugal", marca de establecimientos históricos similar a Paradores de España.

No descarta fórmulas. "Si el proyecto fuera muy bueno, somos flexibles", pero sin perder de vista la gran prioridad, la ubicación, algo que "siempre fue, y es, una regla de oro".

"Cuando el turismo está bien todos los hoteles van bien, cuando viene la crisis los que sobreviven son los de mejor localización", explica.

Otra regla es que cada unidad tenga al menos de 50 habitaciones, el mínimo para tener una buena estructura de gestión, y lo que marca la diferencia son lo que él llama "los valores de la hotelería".

"Hoy quienes invierten en turismo ya no son hoteleros, los hoteleros tradicionales murieron", según el líder de Pestana, orgulloso de incluirse entre los pocos, -sobre todo españoles y portugueses- que aún se preocupan por el servicio o la atención al detalle.

Nacido en 1952 en Johannesburgo -hijo de madeirenses que emigraron a Sudáfrica-, Dionisio Pestana llegó al archipiélago con 26 años y con la misión de salvar un hotel prácticamente en ruina, el histórico Carlton, abierto por su padre en 1972.

Es uno de sus favoritos y le tiene respeto porque fue el inicio de su historia y "donde aprendí todo, aprendí a trabajar en serio".

Consiguió sacarlo adelante pero no sin dificultades. "Eso llevó diez años, fue una lección de vida", que ahora recuerda le sirvió para no dejarse llevar por el dinero o las oportunidades fáciles.

De esa época le viene su admiración por los pequeños empresarios que "tienen que hacer todo" y su hábito de mantener la cabeza fría.

"No vale la pena arriesgar para crecer muy rápido. Un buen empresario es aquel que sobrevivió a una crisis porque hizo los deberes", sostiene.

Él hace sus deberes en Madeira, donde necesita estar "para pensar y reflexionar la estrategia". Después viaja, "ya para tomar decisiones y acompañar la operación".

Todos los portugueses saben quién es pero no precisamente por lo que se prodigue en público. Es más, lleva un vida sorprendentemente familiar y llama la atención por su sencillez.

Desde su despacho -en el hotel Casino Park, diseñado por el arquitecto brasileño Óscar Niemeyer- perfila sus planes que, a corto plazo pasan por llegar a cien hoteles en 2020. A largo plazo, lo tiene claro: "es para la próxima generación".

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