Bodega Rioja Alta instala prototipos de inspección automática de calidad vino
Bodegas La Rioja Alta, ubicadas en la ciudad riojana de Haro, ha instalado dos prototipos experimentales para la inspección en[…]
Bodegas La Rioja Alta, ubicadas en la ciudad riojana de Haro, ha instalado dos prototipos experimentales para la inspección en automático de la calidad del vino embotellado y que permiten detectar la presencia de cuerpos extraños en el interior de la botella y defectos de oxidación del vino.
Uno de estos prototipos detecta en tiempo real la presencia de bitartratos y cualquier cuerpo extraño que pueda contener el interior de la botella, con lo que se consigue que los vinos de más alta calidad de la bodega queden libres de posos solidificados en el fondo de las botellas y de cualquier fragmento de vidrio o plástico.
El otro prototipo es pionero en la detección en automático de defectos de oxidación del vino embotellado, entre otros, consecuencia de potenciales microfiltraciones del corcho de la botella, ha detallado hoy en una nota AINIA Centro Tecnológico, situado en Valencia y especialista en tecnologías de visión avanzada y en el desarrollo de I D en alimentación y bebidas.
Los prototipos desarrollados tienen como objetivo preferente la mejora de la calidad de los vinos embotellados, pero pueden ser aplicables a otros sectores, como los de aceites, bebidas refrescantes, cerveza y bebidas espirituosas.
Estos prototipos son el resultado de un proyecto de I D colaborativa, desarrollado durante tres años por "Mecanizaciones Alavesas S.L."(MECAL) y AINIA Centro Tecnológico, en el que ha colaborado Bodegas La Rioja Alta S.A. mediante el suministro de muestras y evaluación en sus instalaciones de los prototipos.
Tras tres años de trabajo, el proyecto "Inspección de la integridad y seguridad en líneas de embotellado de vidrio" (BOTTLESCAN) ha conseguido unos resultados "pioneros" de gran valor, con el desarrollo de dos prototipos de visión avanzada y espectroscopia para bodegas, ambos instalados de manera experimental en la línea de embotellado de La Rioja Alta.
Ha explicado que los bitartratos son los pequeños posos o cristales que a veces se encuentran en el fondo de las botellas de vino de guarda y aparecen debido al "ácido tartárico" de la uva.
Los bitartratos son evidencia de un buen vino, pero el consumidor no siempre lo acepta, por lo que la tendencia de las bodegas de alto nivel es a su eliminación para intentar conseguir un vino lo más limpio posible de posos, ha añadido.
El prototipo desarrollado en este proyecto consigue detectar en tiempo real y sin mermas en la producción los bitartratos precipitados existentes en las botellas inspeccionadas.
Este prototipo experimental, basado en visión penetrante NIR, logra detectar los bitartratos y cualquier otro contaminante de tamaño reducido, hasta de varios milímetros, como algún fragmento de vidrio o plástico, situados en el interior de la botella de vino, conforme las botellas pasan por la línea de producción.
La visión penetrante NIR utiliza cámaras con sensores, especialmente sensibles al rango espectral del infrarrojo cercano, por lo que son capaces de detectar características invisibles para el ojo humano.
Esta aplicación trabaja en tiempo real mediante computación paralela y procesa al momento cada imagen que capta la cámara; y el prototipo, una vez que identifica las botellas limpias de bitartratos y cuerpos extraños, emite señales al resto del sistema que producen su clasificación de manera automática, por lo que se asegura la máxima calidad del vino que comercializa la bodega.
A ello ha añadido que la oxidación es uno de los principales defectos en vinos de alta calidad y una lucha constante en las bodegas; además de que el exceso de oxidación puede producirse durante la elaboración del vino, pero también después de su embotellado, donde es más difícil de detectar.
Un ejemplo de actuación del prototipo es cuando esta oxidación viene producida por microfiltraciones en el corcho que permiten la entrada de oxígeno en la botella.
Estas microfiltraciones provocan la oxidación progresiva del vino en botella, efecto que hasta la fecha no había podido detectarse hasta que la botella es descorchada.
El equipo desarrollado detecta este tipo de defecto y permite, así, un rechazo de la botella oxidada en la misma línea de producción.
También detecta otras características de los vinos embotellados oxidados al generar una alerta en la línea de producción que permite la selección exclusiva para la comercialización de los vinos de máxima calidad.
Este proyecto ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y cofinanciado con Fondos Estructurales de la Unión Europea. EFE.
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