Mini One Cooper S Cabrio: para tocar el cielo
Aunque la expresión tocar el cielo lo que refleja claramente es un sueño, con el nuevo Mini One Cooper S[…]
Aunque la expresión tocar el cielo lo que
refleja claramente es un sueño, con el nuevo Mini One Cooper S
Cabrio esa sensación se puede llegar a experimentar.
En este pequeño deportivo de 3,85 metros de largo y 192 CV se
puede ir a donde se quiera y con la intensidad y la rapidez que uno
desee.
El nuevo Mini One Cooper S protagonista de esta prueba dinámica
corresponde a la segunda generación (desde el relanzamiento de la
marca en 2001 por BMW), que ha aprovechado el fabricante británico
para incrementarle las proporciones.
En comparación con el modelo anterior, ahora es 98 milímetros más
largo, 44 milímetros más ancho y un milímetro más alto.
La distancia entre ejes también ha crecido en 28 milímetros, lo
que se traduce en que el ancho de la vía delantera aumenta en 42
milímetros) y la trasera en 34 milímetros.
También ha ganado espacio el maletero, ya que ofrece un 25 % más,
hasta los 215 litros con la capota cerrada, porque cuando está
abierta se reduce el espacio para las maletas hasta los 160 litros.
Otra novedad importante para los amantes de la conducción a cielo
abierto es que la capota de tela se pliega de forma completamente
eléctrica en 18 segundos. La operación se puede hacer con el
vehículo en marcha siempre y cuando no se superen los 30 km/h.
Como en el modelo al que sustituye, se puede plegar parte de la
capota hasta la mitad del vehículo o se puede retirar entera, con lo
que el placer a cielo abierto es aún mayor.
En el caso de que se opte por la apertura de techo corredizo, el
espacio que se logra es de 40 centímetros y se puede hacer a
cualquier velocidad.
La capota textil ha sido desarrollada especialmente para la nueva
generación. Tiene un varillaje cubierto y la luneta incorpora hilos
calefactables.
El aislamiento acústico se ha incrementado, especialmente en la
zona delantera, de modo que en marcha los ruidos aerodinámicos
llegan más al conductor desde las ventanillas traseras que de la
zona más cercana a la cabeza.
Dentro del programa de individualización ofrecido por Mini se
puede elegir la capota con la bandera Union Jack combinando los
colores negro y gris.
A pesar del aumento del tallaje, el Mini sigue siendo un vehículo
contenido en medidas, que sigue apostando por ofrecer una conducción
cercana a la de un kart.
Para ello el asiento está más próximo al asfalto y la distancia
entre ejes y el ancho de vías es mayor que en otros vehículos.
Al comportamiento dinámico del Mini Cabrio pocas pegas se le
pueden poner, solo si se le somete a fuertes tensiones en curva se
aprecia como el chasis se retuerce mínimamente.
Un chasis bien afinado y una dirección que transmite
perfectamente lo que sucede bajo la carrocería son otras de sus
principales características.
La amortiguación, frente a lo que se espera en este tipo de
pequeños deportivos, no peca de dura, lo que es de agradecer en la
utilización diaria y cuando se transita por carreteras en mal
estado.
La unidad probada ha sido mejorada con los modos opcionales de
conducción Mini Driving Modes. Se accionan girando una rueda ubicada
en la base de la palanca de cambios manual de seis relaciones.
El estándar es el Mid, pero el conductor puede elegir entre Green
(eficiente) y Sport (para obtener el máximo rendimiento a los 192
CV).
Lo que nota el conductor cuando pasa por las diferentes opciones
es que varía la respuesta del acelerador, de la caja de cambios y de
la dirección.
Con el modo Green, el conductor se encuentra con un descapotable
ágil, pero no rápido, una sensación que cambia notablemente con el
modelo Mid y que desaparece completamente en el Sport.
Y todo esto se debe al motor cuatro cilindros de última
generación con tecnología Mini TwinPower Turbo que lo propulsa. Está
provisto de turbo, inyección directa de gasolina con inyectores
dispuestos centralmente y sistema de regulación variable del árbol
de levas en el lado de admisión y de escape (doble Vanos).
El Mini Cooper S Cabrio añade el control variable de las válvulas
Valvetronic del Grupo BMW (al que pertenece Mini) para que las
respuestas del motor sean más rápidas, al tiempo que eficientes.
Con el propulsor de 2 litros la potencia que alcanza es 192 CV.
El par máximo es de 280 Nm (está disponible desde las 1.250 rpm),
pero puede aumentar pasajeramente a 300 Nm mediante la función de
sobrecarga overboost.
Con todas estas tecnologías el Cooper S acelera de 0 a 100 km/h
en 7,2 segundos y puede llegar a los 230 km/h. El consumo medio que
le ha homologado la marca es de 6,1 litros, que se han situado al
término de la prueba dinámica en los 7,6 litros.
El motor equipa el sistema de arranque y parada automática en
retenciones Start & Stop (dentro de la tecnología Minimalism que
incluye la recuperación de la energía de frenado), con el que el
consumo se mantiene en unos registros normales para este tipo de
potencias.
Para los que quieran más fuerza bajo el capó existe la versión
John Cooper Works, una preparación especial que rinde 231 CV, 39 más
que el Cooper S; y un par máximo de 320 Nm, 20 Nm más que el máximo
del modelo probado.
En el diseño exterior, lo que más sobresale en la vista frontal
son los grandes faros redondos que, si montan las luces diurnas de
led, presentan una firma lumínica parecida a la de una herradura.
También la amplia parrilla hexagonal con el remate cromado y la
letra S en rojo en la parte derecha, así como las entradas de aire
cuadradas para refrigerar los frenos que hay en ambos laterales del
faldón y que contribuyen a ensanchar visualmente el coche y a darle
una mirada felina.
Otra seña distintiva del Cooper S es la pequeña toma de aire que
monta en el capó por encima del logo de Mini.
En la vista lateral los pasos de rueda ensanchados (para dar
cabida a unas ruedas montadas en llantas de aleación de hasta 18
pulgadas (de serie son de 16) y una línea de hombros alta le dan
mayor empaque a este descapotable 2 2, en el que los voladizos se
han reducido al mínimo acentuando la imagen alargada que los
diseñadores buscan transmitir en los cabrios.
La trasera también ofrece una imagen muy deportiva debido a los
dos tubos de escape centrales y al difusor de aire del faldón.
En el interior, a pesar de que la configuración es para cuatro
personas, el espacio que queda atrás para las piernas no es muy
amplio para personas adultas, a pesar de que en comparación con el
modelo anterior hay 36 milímetros más de holgura para las rodillas.
Todo queda a mano y una vez que el conductor y el copiloto se
acostumbran a las distintas palancas que hay distribuidas por todo
el salpicadero -los botones para subir y bajar las ventanillas se
han reubicado en las puertas- y el techo.
Para acentuar aún más la sensación de libertad en la puerta del
conductor hay un botón que al accionarse baja las cuatro ventanillas
a la vez.
El cuentakilómetros también ha variado su posición respecto a la
primera generación. Ahora está ubicado en el cuadro de relojes que
hay delante del conductor. En su anterior disposición se ha montado
una pantalla de 8,8 pulgadas desde la que se accede al teléfono, la
radio, el navegador o a la conectividad (lleva de serie una tarjeta
SIM). La iluminación de la TFT cambian de color como si de una
antigua máquina de música americana Juke-box se tratara.
La sensación que transmite el Cooper S Cabrio al acceder a su
interior es la de deportividad y calidad. Los materiales empleados
ajustan perfectamente y combinan modernidad con clasicismo.
Los asientos traseros se pueden abatir en una proporción 50:50
para facilitar el transporte de objetos. No obstante, el maletero
tiene una boca angosta que se puede salvar parcialmente con la
función Easy-Load de serie. Si la capota está abierta hay dos
asideros que permiten elevar el marco de la capota.
De todas formas es un maletero que se llena fácilmente y en el
que maletas que no sean de cabina para avión tienen un encaje algo
laborioso.
Para acceder al portaequipajes el portón se sigue abatiendo hacia
abajo, lo que permite utilizarlo como superficie de apoyo para una
carga de hasta 80 kilogramos.
En el Cooper S Cabrio los asientos de serie son deportivos y
garantizan una buena sujeción en curva.
Como conclusión hay que subrayar que se trata de un auténtico
capricho por precio, por tamaño y por espacio. Esa exclusividad que
lleva aparejada el darse un capricho es lo que buscan los clientes
de Mini, a los que tampoco les importa el tamaño de este vehículo o
el reducido maletero que se van a encontrar.
Al fin y al cabo les va a suceder casi lo mismo en los dos
competidores con los que cuenta el Mini y que llevan el logotipo de
las marcas Abarth -encargada de las preparaciones deportivas de
Fiat- y DS, a la que el Grupo PSA Peugeot Citroen ha creado hace
algo más de un año como enseña premium.
Al propietario de un Mini tampoco le importa que la tarifa a
desembolsar por tener una unidad de este exclusivo vehículo sea más
abultada.
Aunque en este caso hay que decir que ninguno de los otros dos
modelos citados ofrece tanta potencia como el Mini y por una
diferencia que oscila entre los 3.000 y 4.000 euros más.
Además el One Cooper S Cabrio se descapota completamente,
mientras que los otros dos no.
En el caso del DS 3 y del Abarth solo se repliega la lona del
techo, mientras que los marcos de las ventanas permanecen en su
sitio, por lo que las sensaciones no son las mismas.
La conducción es otro capítulo en el que el este Cabrio destaca
sobre los deportivos de su categoría. Las sensaciones al volante de
un Mini son particulares y definen un carácter dinámico único que
encandila a quienes disfrutan de un automóvil.
Las similitudes con un kart son reales a la hora de exprimir la
dinámica de este deportivo. Las reacciones del chasis son muy
rápidas y la solidez de contacto de las cuatro ruedas sobre el
asfalto transmiten al conductor un agarre que es difícil encontrar
en el mercado.
El bastidor en este caso está bien logrado. El punto débil en los
cabrios es la rigidez estructural, pero en este caso es su punto
fuerte.
A pesar del incremento de cotas, el Mini Cabrio mantiene una
rigidez en todos los ángulos de torsión que, también, es muy difícil
encontrar en el mercado. El grado de resistencia del bastidor a los
esfuerzos torsionales permite una conducción "salvaje" en curva sin
comprometer la estabilidad del coche.
Este comportamiento es un perfecto aliado para obtener el mejor
rendimiento de un motor que guarda mucho. Los 192 caballos de
potencia turboalimentada se ubican en la parte más alta del
cuentavueltas, pero una entrega de par muy generosa a partir de
1.250 revoluciones transmiten mucha potencia al conductor y a las
ruedas.
La transmisión al suelo es de muy alto nivel, ya que en las
fuertes aceleraciones no se percibe una perdida de motricidad como
suele ocurrir en otros modelos peor ejecutados desde el punto de
vista de puesta a punto del chasis.
El Mini Cabrio es, en consecuencia, un coche de capricho y para
conductores que se deleitan con la conducción, no sólo con la
exclusiva imagen del convertible, aunque los que optan por esta
última cualidad quizá sean mayoritarios.
FICHA TÉCNICA
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Longitud 3,850 m.
Anchura 1,727 m.
Altura 1,415 m.
Distancia entre ejes 2,495 m.
Vía delantera 1,485 m.
Vía trasera 1,485 m.
Peso 1.350 kg
Capacidad depósito 44 l.
Capacidad maletero 215 l.
Coeficiente aerodinámico 0,36 Cx
Posición motor Delantero transversal
Alimentación Inyección directa,
turbocompresor e intercooler.
Cilindros Cuatro cilindros en línea
Cilindrada 1.998 c.c.
Potencia máxima 192 CV a 5.000-6.000 rpm
Par máximo 280 Nm (300 Nm)
entre 1.250-4.600 rpm
Transmisión Manual de 6 velocidades
Velocidad máxima 230 km/h
Aceleración 0-100 7,2 seg.
Consumo medio 6,1 l.
Emisiones CO2 139 gr/km
Impuesto de Matriculación 4,75 %
Dirección Eléctrica
Diámetro de giro 10,8 metros
Frenos delanteros Discos ventilados
Frenos traseros Discos sólidos
Suspensión delantera Tipo McPherson con soporte
basculante de aluminio y con
compensación de hundimiento
en frenada
Suspensión trasera Eje de brazos múltiples con
brazos longitudinales
de peso optimizado
Tracción Delantera
Neumáticos 195/55 R 16
Equipamiento de serie ABS DSC DTC
Precio 31.350 euros
RESTO DE GAMA
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Versión Cilindrada Pot. PVP
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Gasolina
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Mini One Cabrio 1.598 c.c. 98 CV 21.450
Mini One Cooper Cabrio 1.598 c.c. 122 CV 25.300
Mini One Cooper S Cabrio 1.598 c.c. 184 CV 31.350
Mini One John Cooper Works Cabrio 1.598 c.c. 211 CV 35.700
Diésel
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Mini One Cooper D Cabrio 1.598 c.c. 112 CV 26.050
Mini One Cooper SD Cabrio 1.995 c.c. 143 CV 30.550
Mini Coupé Cooper SD 1.995 c.c. 143 CV 27.800
Mini Roadster Cooper SD 1.995 c.c. 143 CV 29.550
COMPETENCIA DIRECTA
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Modelo Cilindrada Pot. PVP
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Abarth 595C Competizione 1.368 c.c. 160 CV 27.650
DS3 Cabrio THP 165 Sport 1.598 c.c. 165 CV 25.975
EFE
jmj
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