Los trabajadores de Tragsa en Cantabria aplazan su huelga
Los trabajadores de Tragsa en Cantabria ha decido aplazar su huelga hasta conocer el resultados de las proposiciones de ley[…]
Los trabajadores de Tragsa en Cantabria ha decido aplazar su huelga hasta conocer el resultados de las proposiciones de ley presentadas por el PSOE en los parlamentos español y regional para revocar el ERE en la empresa pública y los despidos que se han producido desde finales del año pasado.
Lo que sí que ha mantenido la plantilla de Tragsa en la región es la manifestación convocada para hoy en Santander, con una concentración ante el edificio de los Ministerios, según ha informado UGT en un comunicado.
El comité de empresa ha destacado la acogida positiva que las demandas de los trabajadores han tenido por parte del PSOE, que confía en que sea apoyadas por otras fuerzas parlamentarias, y ha valorado el nuevo panorama político nacional.
Por ambas razones, ha explicado que los trabajadores han optado por la paralización temporal de la huelga convocada del 1 al 12 de febrero, pero "sin abandonar las movilizaciones programadas y el objetivo de la readmisión de los compañeros despedidos".
El comité de empresa ha aclarado que, según los contactos mantenidos por los sindicatos y los representantes parlamentarios socialistas Puerto Gallego, Guillermo del Corral y Silvia Abascal, las mociones presentadas tanto en el Parlamento español como en el autonómico se debatirán el lunes 15 de febrero.
En su comunicado, los sindicatos de Tragsa en Cantabria han agradecido el mayoritario respaldo de la plantilla a la huelga general iniciada el pasado lunes 1 de febrero, que ha contado con un respaldo del 85 por ciento de los trabajadores, un 95 por ciento entre los 70 con contrato indefinido.
Los sindicatos han reiterado que, pese a que se propuso a la empresa "sacrificios económicos de los trabajadores a cambio de la readmisión de los compañeros despedidos en Cantabria (seis trabajadores), la actitud de la dirección de Tragsa fue "inmovilista, soberbia e inhumana", lo que en su opinión "es ofensivo e inexplicable porque en sus 30 años de funcionamiento nunca ha estado en números rojos" en la región.
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