La banca española con filiales y sucursales en el extranjero es más rentable

Los bancos españoles con filiales y sucursales en el extranjero presentan una mayor rentabilidad, pero unos costes más elevados que[…]

Los bancos españoles con filiales y sucursales en el extranjero presentan una mayor rentabilidad, pero unos costes más elevados que los bancos cuya actividad exterior es principalmente transfronteriza.

Esta es una de las principales conclusiones del artículo publicado hoy por el Banco de España sobre "Estrategias de internacionalización de la banca española: comparación y características".

Según se recuerda en el citado análisis, la globalización ha venido acompañada de un creciente número de grupos bancarios internacionalmente activos.

La presencia de la banca extranjera, mediante la implantación de sucursales o filiales, se fue generalizando, y su cobertura geográfica fue agrandándose antes de la crisis.

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Asimismo, los créditos transfronterizos se expandieron y llegaron a crecer, a principios del siglo XXI, por encima del comercio de bienes y servicios.

Aunque la crisis de 2008 puso de manifiesto que, en algunos casos, los grupos financieros internacionales facilitaron la propagación de las tensiones, no puede negarse la contribución de la banca internacional al crecimiento, puesto que provee de mayores recursos financieros a los agentes económicos y favorece la transferencia de buenas prácticas, añade el informe.

Tras la crisis, la globalización financiera a través de la actividad bancaria ha experimentado un cierto retroceso al caer la actividad transfronteriza, sobre todo en países europeos, mientras que se ha mantenido, e incluso ha crecido, la que se realiza a través de afiliados locales.

Respecto a la banca española, el informe explica que la presencia de las entidades españolas en el exterior se concentra principalmente en Europa (57 %), donde destaca particularmente el Reino Unido, país que representa el 29,2 % de los préstamos en el exterior.

Tras Europa, la presencia de las entidades españolas se concentra en Latinoamérica (25,9 %) y Estados Unidos (14,3 % de los préstamos en el exterior).

El informe también recuerda que el proceso inicial de internacionalización de las entidades de crédito españolas siguió la estrategia tradicional de "seguir a su cliente", por lo que coincidió en el tiempo con la expansión exterior de las sociedades no financieras.

En los últimos años, la expansión en el extranjero se ha visto afectada por distintos procesos, ya que por una parte, la creciente presión sobre las cajas de ahorros, impulsó la expansión de los bancos más grandes a mercados menos competitivos, cuyo menor nivel de desarrollo anticipaba un mayor potencial de crecimiento.

Por otra parte, la adhesión de España a la Unión Europea empujó a la banca española hacia los países europeos en la década de los noventa.

La crisis hizo posible la adquisición de bancos de bajo rendimiento a precios atractivos, añade el estudio, que sobre la elección del nicho de mercado, asegura que las entidades españolas, para aprovechar su experiencia nacional en banca minorista, se suelen especializar en la prestación de servicios minoristas en sus países de acogida.

La actividad en este nicho de mercado requiere operar en el extranjero con establecimientos físicos.

Respecto a la estructura organizativa para llevar a cabo actividades en el extranjero, el informe asegura que en el caso de la banca española, el sector tiende a estructurarse en torno a filiales que prestan y obtienen financiación a nivel local.

Su actividad exterior la realizan las unidades operativas del grupo consolidado que residen en un país determinado con los clientes de dicha jurisdicción.

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