Nueva jornada de protesta y huelga contra la reforma laboral en Francia

Francia vivirá mañana por cuarta vez en dos meses una nueva jornada de manifestaciones y huelgas contra la reforma laboral[…]

Francia vivirá mañana por cuarta vez en dos meses una nueva jornada de manifestaciones y huelgas contra la reforma laboral del Gobierno de François Hollande, que se prevé tendrá especial incidencia en los transportes y servicios públicos.

Las protestas convocadas por los sindicatos y asociaciones de estudiantes se llevarán a cabo en todo el país para pedir al Ejecutivo que retire la reforma laboral, que comenzará a debatirse en el Parlamento el próximo martes.

Por el momento, la convocatoria de huelga ha llevado ya la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) a informar de la suspensión de un 20 % de los vuelos previstos en el aeropuerto parisiense de Orly, al tiempo que ha anunciado "perturbaciones en el conjunto del territorio".

También se esperan problemas en el resto de los transportes, así como en otros servicios públicos, como la educación, aunque algunas regiones del país están en vacaciones escolares.

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Los sindicatos y asociaciones estudiantiles esperan mantener la presión al Ejecutivo contra esa ley, aunque la movilización ha ido en descenso tras haber marcado un máximo el pasado día 31, cuando 390.000 personas, según la policía, 1,2 millones, según los organizadores, se manifestaron en todo el país.

Ese día estuvo también marcado por el inicio de la llamada "Nuit debout" (Noche en pie), que en la parisiense plaza de la República y en otros lugares del país engloba a los "indignados" en un movimiento similar al del 15-M de Madrid.

En la última jornada de manifestación, que tuvo lugar el pasado 9 de abril, las autoridades calcularon 120.000 manifestantes, mientras que los organizadores no dieron cifras, pero aseguraron que había menos movilización a causa de las vacaciones escolares.

Varias de las manifestaciones acabaron en enfrentamientos entre grupos radicales y agentes de policía.

Los sindicatos, que cuentan con el respaldo de las asociaciones estudiantiles, se muestran convencidos de que pueden mantener la presión hasta que el Gobierno renuncie a una reforma laboral que ellos consideran demasiado liberal.

A su juicio, da preeminencia a los acuerdos en el seno de las empresas sobre los convenios colectivos, lo que debilita la posición de los trabajadores en la negociación.

El Gobierno, por su parte, afirma que es preciso flexibilizar el mercado laboral para que los empresarios creen empleo.

Firme en su intención de mantener la reforma, el Ejecutivo ha hecho algunas concesiones a los sindicatos, como la imposición de una mayor fiscalidad a los contratos temporales para primar los indefinidos.

Concesiones que no han gustado a la patronal, que hace unos días amenazaba con abandonar toda negociación social si el Gobierno no volvía a su proyecto inicial de reforma laboral.

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