Zoido: «Los pequeños inversores han dado estabilidad a la bolsa»

Antonio Zoido asegura que BME no ha participado en fusiones de bolsas «porque no nos hizo falta, pero estamos abiertos a lo que sea».

En los 25 años de historia de la revista INVERSIÓN que coinciden con su presidencia en la Bolsa española, Antonio Zoido reconoce que le hubiera gustado que algunas empresas españolas muy importantes «estuvieran cotizando en bolsa», aunque confía en que «pronto lo harán».

¿Qué hitos han sido los más destacados para el mercado bursátil en estos últimos veinticinco años?El primero fue la introducción de la contratación electrónica, que supuso la desaparición del parqué. Fuimos, además, pioneros en Europa en este aspecto porque la mayoría de las bolsas europeas tardaron hasta ocho años en introducirla. La contratación electrónica permitió la amplificación de la contratación haciendo posible que los volúmenes diarios se multiplicaran por más de cien, lo que hasta entonces no habría sido posible. Fue muy importante darnos cuenta, y tener el atrevimiento, de desarrollar el nuevo sistema con medios propios, aunque inicialmente tomamos una tecnología que era muy elemental del mercado de Toronto. El nuevo sistema no sólo acababa con el parqué sino que introducía elementos muy importantes de transparencia, ya que nos permitía hacer un seguimiento de las compras muy detallado. En la contratación de viva voz siempre había errores.

Otro tema fundamental ha sido el de la anotación en cuenta, porque permitió que el mercado pudiera desarrollarse con la desaparición de los títulos físicos. Finalmente, yo destacaría la aparición del euro, que vino a transformar muchas cosas en el mercado financiero español. Gracias al euro, nos dotamos de una divisa creíble y ello permitió que las empresas españolas pudieran financiarse para asumir importantes proyectos. Ese es el momento en el que nacen gran cantidad de multinacionales españolas, lo que supuso una gran transformación de nuestra economía.

¿Cuál es la transformación importante que está por llegar?No puede ser que España sea el país en el que sólo el 20 por ciento de la financiación de las empresas sea vía capital y el 80 por ciento restante provenga de los bancos. Eso tiene unos riesgos tremendos, como se ha visto en la reciente crisis con fuertes implicaciones sociales y políticas porque en esas situaciones el Gobierno de turno no tiene otro remedio que salvar a los bancos, porque de lo contrario, se vería afectada toda la economía. Las crecientes ampliaciones de capital, junto a otros hechos, son una muestra de que se está produciendo un cambio importante. Y esta es la otra gran transformación inevitable que ha empezado a producirse.

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¿Seguirá la bolsa dependiendo en su evolución del sector bancario?El Ibex-35 es un índice de liquidez que reúne a las empresas más líquidas. Normalmente, las empresas más liquidas son las más grandes y las que tienen más volumen de acciones cotizando en el mercado. Por eso es tan importante el peso específico de los bancos en el mercado bursátil. A fin de cuentas no deja de ser reflejo de la economía española, porque las grandes empresas son entidades financieras que dominan la economía. Y esta estructura no es fácil de cambiar.

Ese protagonismo bancario no ha dado mucho miedo a los inversores extranjeros en el último cuarto de siglo, más bien parece lo contrarioLo primero que han entendido los inversores extranjeros es que aquí había negocio. De lo contrario, se hubiesen ido a otro sitio. El fuerte proceso de trasformación de la economía española ha producido crecimiento y oportunidades que la inversión extranjera ha querido aprovechar. Por eso han sido tan importantes en la evolución del mercado bursátil español.

¿Cuál ha sido el papel de los pequeños inversores en el mercado?Lo interesante de los pequeños inversores es que han permanecido en el mercado, pese a los vaivenes que se hayan podido producir. Probablemente porque han visto satisfechos sus deseos de rentabilidad. Su papel es importante y corresponde a una cierta cultura que se ha ido creando gracias a la labor de los agentes bursátiles. Hay que reconocer también que las entidades financieras estuvieron siempre abiertas a vender los productos que se negociaban en el mercado bursátil. Con una serie de privatizaciones muy bien planteadas, la importante red bancaria española fue fundamental para crear esa gran comunidad de pequeños inversores en bolsa. Ese amplio porcentaje de pequeños inversores es, sin duda, un factor de estabilidad en el mercado, que se contrapone a los vaivenes que suelen producir los grandes accionistas. De otra parte, en España es muy importante la apuesta que hacen las empresas cotizadas españolas por el reparto de dividendo, lo que atrae mucho al pequeño accionista que busca contar con flujos de dinero como ingresos regulares.

Sin embargo, existe poca sensibilidad todavía de las empresas cotizadas hacia el pequeño accionista. Se ha avanzado poco en los últimos 25 años.Las compañías están acostumbradas a hacer presentaciones a los grandes accionistas. Pero están accesibles por medios telemáticos a cualquiera. Hasta el inversor más pequeño tiene acceso al detalle de los resultados que se presentan. La verdad es que los mercados tienden a ser cada día más institucionales y los pequeños accionistas se agrupan en fondos y otros mecanismos de inversión colectiva.

Hace 25 años parecía que se iba a iniciar un proceso de fusión entre las grandes bolsas europeas. Y, efectivamente, muchas bolsas abordaron procesos de consolidación. Sin embargo, la Bolsa española ha quedado fuera ¿Por qué? Muchos de los procesos de consolidación, que redujo el número de bolsas en Europa de 25 a 7 en los últimos veinte años, se produjeron con el objetivo de lograr una bolsa que integrara todas las operaciones posibles en el mercado. Por eso, tras un amplio debate sobre si ese proceso era bueno o no para la competencia, se llegó a la conclusión de que lo verdaderamente importante era la existencia de sociedades de bolsas que integraran toda la actividad que se genera en el mercado. En España, hicimos un proceso de integración entre las Bolsas de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao e incluyendo, entre otras cosas, el servicio de contratación y liquidación, la central de anotaciones en cuenta, Infobolsa... Y en eso fuimos pioneros porque llegamos a tener todas las actividades integradas en una sola sociedad. Los demás tuvieron que irse buscando la vida para conseguir esa integración y eso ha sido un proceso que incluso todavía hoy no ha logrado el Euronext, que reúne a las Bolsas de París, Bruselas, Lisboa y Ámsterdam,
Fue una fortuna, pero también una visión, porque hubo que convencer a muchos protagonistas del mercado, que nosotros lo pudiéramos conseguir tan pronto. Si no lo hubiésemos hecho entonces, lo habríamos tenido que hacer después y, si no hubiéramos podido completarla aquí, tendríamos que haber salido fuera a hacerlo, como está haciendo Euronext para comprar la pieza que le falta donde la haya. Yo estoy muy orgulloso de haber participado en ese proceso. Por todo ello, no ha sido necesaria la participación de las Bolsa española en los procesos de consolidación que se han producido en las Bolsas europeas. No se puede olvidar tampoco que las bolsas son empresas singulares y que en los procesos de concentración juegan un papel muy importante los factores económicos y también los políticos. Por eso, no es fácil que se lleven a cabo algunas fusiones que se han planteado, Sin embargo, si nuestra sociedad bursátil hubiera visto alguna operación clarísima, la hubiéramos llevado a cabo con el apoyo de las autoridades y los accionistas. Pero, no se ha dado el caso. Aunque estamos siempre abiertos a lo que sea.

¿Pasaremos otros 25 años al margen de los procesos de consolidación europeos?La mayor Bolsa de Europa, es la alemana y no se ha fusionado con nadie, aunque ha tenido procesos de consolidación porque necesitaba incorporar algunas actividades de las que carecía. Ha incorporado esas actividades, pero sigue siendo una sola bolsa. Ha hecho esfuerzos para fusionarse con la Bolsa de Londres y la de Nueva York, pero han fracasado porque esos movimientos son muy difíciles y complejos.
Nosotros hemos sabido crear una sociedad muy sana, con buenos beneficios que se ha expandido y que factura una creciente cifra de negocio por sus sistemas de información y otras actividades. Recientemente hemos vendido a Argelia esquemas de postcontratación que los franceses no tienen. Y ello da medida de nuestra flexibilidad y experiencia en este campo.

¿Qué le habría gustado que se hubiera producido en estos últimos 25 años?Es una pena que haya compañías españolas que deberían estar en bolsa porque sus necesidades de financiación las cubren por otros mecanismos. Pero, yo creo que terminarán yendo a Bolsa. Pronto. Hace diez años, en España ninguna empresa no financiera había emitido bonos u obligaciones. Sin embargo, ahora han empezado a acudir porque el mercado está mostrando sus capacidades al tiempo que se ha producido una transformación en el sistema bancario. Estamos viendo cómo llegan al mercado bursátil compañías de sectores que nunca han estado representados en bolsa. Es un proceso imparable que a mí me habría gustado que se hubiera acelerado. Creo también que se podía haber trabajado más en lograr cooperación entre los mercados bursátiles europeos. Debería preocuparnos menos las fusiones y más una cooperación efectiva entre mercados. Deben abrirse procesos de cooperación, donde la discusión básica no sea el estatus de dominio de una de las compañías sobre la otra, sino la posibilidad de contar, por ejemplo, con sistemas electrónicos y mecanismos de esquemas de riesgos que pueden compartirse. Todos habríamos ganado mucho con ello.

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