Geopolítica y mercados en 2026: un año en el que los gobiernos tirarán por la vía populista
Los mercados debe esperar políticas populistas cada vez más agresivas, obligando a los bancos centrales a financiar déficits crecientes, apunta Carmignac
La gestora francesa Carmignac lanza un mensaje de aviso a los mercados para 2026: la economía mundial seguirá creciendo, pero lo hará apoyándose en una mezcla de estímulos fiscales desbordados, activismo político y un giro populista generalizado.
En su informe anual de perspectivas, la firma advierte de que los gobiernos, incapaces de corregir los desequilibrios estructurales, volverán a aplazar los problemas mediante gasto público, subsidios y políticas de apoyo diseñadas para calmar a unos votantes cada vez más frustrados.
El crecimiento global rondará el 3%, el mismo nivel que en 2025, pero la expansión descansará sobre un bases que habrá que vigilar: inversión masiva en inteligencia artificial, gasto en seguridad nacional y despilfarro fiscal.
La incapacidad para elevar la productividad, el bloqueo de las cadenas de suministro y la presión geopolítica harán que los bancos centrales tengan que monetizar los déficits para evitar tensiones abruptas en los mercados de bonos.
Estados Unidos: estímulos, inflación y «vibecesión»
En el caso de Estados Unidos, Carmignac anticipa un escenario que desafía la lógica del ciclo. La economía volverá a acelerarse en 2026 impulsada por nuevos paquetes fiscales —el llamado Big Beautiful Bill—, una Reserva Federal dispuesta a flexibilizar condiciones y una política de desregulación bancaria que facilitará el crédito.
Sin embargo, la inflación se mantendrá en torno al 3% y la sensación de estancamiento persistirá. Carmignac explica el fenómeno de la “vibecesión”: los hogares continúan percibiendo un deterioro económico pese al dinamismo del mercado laboral y al empuje bursátil. La razón, advierten, es que los efectos riqueza ya no logran sostener el consumo, mientras que las rentas más jóvenes ven en la revolución de la IA una amenaza directa a su capital humano.
La firma prevé que el Gobierno estadounidense redoble las ayudas directas antes de las elecciones legislativas, lo que aumentará el déficit hasta el punto de forzar a la Fed a reactivar la expansión cuantitativa para evitar una implosión del mercado de repos.
España, excepción positiva
La zona euro vivirá una realidad distinta, pero no menos dependiente del estímulo público. Carmignac considera que el crecimiento se acelerará hasta el 1,2% en 2026 gracias a un activismo fiscal sincronizado.
Alemania encabezará esta tendencia con el histórico plan Merz, Francia seguirá retrasando los ajustes presupuestarios y los fondos Next Generation EU continuarán irrigando la periferia hasta 2027.
España destaca como la excepción positiva: es el único país que combina inversión privada sólida y exportaciones de servicios de alto valor añadido.
Aun así, la gestora advierte de que el fuerte flujo de inmigración cualificada procedente de Latinoamérica, clave en este impulso, es un fenómeno difícil de replicar y cuya duración no está garantizada.
Con la productividad estancada y la desinflación casi frenada, el BCE se verá presionado para mantener una postura restrictiva, salvo que el mercado de deuda francés —las OAT— de señales de un estrés más profundo.
China y Japón: dos focos de riesgo para los mercados
En China, Carmignac detecta un giro estratégico hacia una economía de guerra basada en autosuficiencia tecnológica y expansión de la IA. Sin una respuesta contundente al colapso inmobiliario ni al desempleo juvenil, Pekín tendrá que ampliar su déficit y monetizarlo. El renminbi resistirá mientras el superávit comercial siga siendo gigantesco, pero la presión estructural aumenta.
El foco más delicado, según la gestora, podría estar en Japón. La nueva primera ministra Takaichi pretende resucitar el Abenomics en un entorno de inflación del 3% en servicios y fuerte depreciación del yen.
Carmignac anticipa un escenario extremo: una venta simultánea de acciones, bonos y divisa, forzando un giro abrupto del Banco de Japón y un impacto dominó global por la liquidación de operaciones carry trade.
Un mundo en suma cero donde domina el populismo fiscal
La conclusión del informe es tan clara como inquietante: el letargo del crecimiento mundial refleja un mundo posterior a la Pax Americana, dominado por la lógica de suma cero entre países y dentro de ellos.
La frustración ante un crecimiento débil y desigual llevará a los gobiernos a políticas populistas cada vez más agresivas, obligando a los bancos centrales a financiar déficits crecientes bajo el pretexto de mantener la estabilidad financiera.
Los llamados “vigilantes de los bonos” —inversores que penalizan el exceso de gasto— volverán a tensionar los mercados, y Carmignac advierte que el desenlace es incierto: no está claro si el gran error de política económica de 2026 vendrá de Trump, Takaichi, Starmer o Macron. Pero sí hay una certeza: el riesgo será global y sincronizado.
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