¿Son creíbles los máximos de la Bolsa?

Nadie niega ya que existe un exceso de liquidez en los mercados financieros mundiales. ¿Qué consecuencias puede tener esto para[…]

Nadie niega ya que existe un exceso de liquidez en los mercados financieros mundiales. ¿Qué consecuencias puede tener esto para los inversores? Pues nada menos que la formación de nuevas burbujas en los activos en los que se fijen los gestores para obtener nuevas rentabilidades. El oro, el petróleo, las materias primas, el euro... y, como no, la bolsa. Todo se encuentra en máximos de los últimos 12 meses o está camino de hacerlo.

Y esta tendencia va a ir a mayor, ya que todavía es importante el volumen de liquidez que está sujeta a contrato. Pero los plazos irán cumpliendo y la acumulación de dinero ocioso aumentará la presión de los precios de los activos financieros. Sólo hasta finales de año, los fondos garantizados liberarán unos 3.070 millones de euros que los expertos esperan se dirijan al mercado de valores. Por ello no es de extrañar que los gurús auguren nuevas escaladas de la bolsa aunque éstas se estén realizando sin respaldo de volumen, sin la consistencia necesaria para dar confianza a un pequeño inversor escaldado por las malas experiencias vividas en un pasado todavía muy reciente.

La Bolsa sigue siendo el mercado líquido por excelencia, por encima de la renta fija y de otras alternativas de inversión. Pero no está consiguiendo que los inversores finales se decidan a apostar por la renta variable, a pesar de que el Ibex lleva una revalorización del 75% y ya ha alcanzado los psicológicos 12.000 puntos. Los índices están recuperando los niveles previos al "crash" de 2008 sin apenas volumen, lo que convierte la subida en un gigante con pies de barro, asentado en arenas movedizas.

Los más agoreros advierten que tarde o temprano las bolsas corregirán. Incluso, algunos advierten de la necesidad de una corrección para proseguir los avances más allá de los niveles actuales. Sin embargo, será difícil que las principales plazas bursátiles frenen su avance mientras se mantengan los estímulos públicos y los tipos se mantengan en niveles próximos a cero. Cosa que no sucederá hasta mediados de 2010, si nos atenemos a las últimas declaraciones de los gobernadores centrales y del propio Barack Obama.

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