La fiebre del 'value investing' y la inversión indexada

Aplicados a la renta variable, aunque sean coincidentes en cuanto a la actitud y el horizonte temporal, paciencia a largo[…]

Aplicados a la renta variable, aunque sean coincidentes en cuanto a la actitud y el horizonte temporal, paciencia a largo plazo, el 'value investing' y la indexada son dos tipos de inversión bastante contrapuestos. Mientras el value huye de la generalidad para seleccionar acciones con unas características específicas, la indexada sugiere realizar la inversión sobre el conjunto representando en un índice.
Lo que no deja de ser paradójico es que los principales gestores y seguidores del estilo value, a su vez sean los mayores defensores y divulgadores de la inversión indexada. Muchos inversores han adoptado el patrón value como el mejor sendero hacia la rentabilidad estable y la indexada como la única alternativa. 

Desde Graham hasta Miguel de Juan (Argos FI), pasando por exponentes de la inversión value como Buffet, Paramés, Lynch, Guzmán de Lázaro (AzValor), solo por citar algunos, hacen mención al modelo indexado como la alternativa asequible a cualquier ciudadano que quiera rentabilizar su ahorro a largo plazo.

En mis carteras ambos estilos han convivido desde hace más de quince años. En especial la indexada, que ha ocupado y recibe la mayor participación en la obligada diversificación entre activos y modelos. En mi faceta como docente en materia de inversiones, los modelos indexados representan una parte importante de la materia en los últimos once años, hasta el punto de incluirlo como asignatura durante una breve incursión que tuve en una escuela de trading. Hoy en día es el plato principal en la escuela que dirijo.

Sobre el estilo value hay mucho dicho y escrito, pero la indexada apenas pasa de ser una mención poco explicada. Tanto es así que parece que solo existiera una manera de realizar este tipo de inversión, la mera acumulación del ahorro a medida que se genera, de forma pasiva sin valorar el momento ni las circunstancias. Pero no es así. Lo mismo que hay más de un estilo de value investing, hay más de un método de gestionar una inversión indexada.

La inversión en renta variable indexada consiste en realizar aportaciones a un instrumento financiero que replica la evolución de un índice bursátil. El rendimiento de la inversión será la suma de la evolución de la cotización del índice de referencia, más los dividendos que reparten las acciones que lo componen ya que, aunque muchos selectivos no los tienen en cuenta (por ejemplo el Ibex 35 no los agrega, pero el Dax alemán sí), los instrumentos que replican su evolución sí reciben una buena parte de esos dividendos.

La diferencia entre distintos procedimientos de inversión indexada está en cómo se llevan a cabo esas aportaciones al plan. Se puede hacer de forma pasiva, mediante la incorporación del dinero según se obtiene. También, sin abandonar el horizonte del largo plazo, coexisten otros estilos que yo llamo «Indexado Planificado» y «Activo a corto plazo» que, a su vez, pueden diferenciarse entre ellos por incluir distintos procedimientos complementarios, como la recomposición temporal del índice o la negociación de opciones para mejorar los resultados y reducir la volatilidad anual.
Indexado Planificado

El modelo indexado planificado es el que incorpora un poco de gestión del riesgo y de gestión monetaria, técnicas que demuestran de forma teórica y empírica la mejora de resultados, para decidir el momento de la inversión. Agrega un punto de observación sobre el valor del índice en el contexto del ciclo bursátil.

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Los pilares de este modelo son simples: que haya siempre más a ganar que perder o, mejor dicho, que toda la inversión cuente con una mayor esperanza matemática de rendimiento que la del índice y que se cuente con una reserva de liquidez, o inversión en productos de baja volatilidad y riesgo, que evite tocar la inversión ante un imprevisto que aparezca en un momento en el que el rendimiento aún es negativo.
En el libro «Gane dinero operando en bolsa», en su primera parte, mencioné por encima este tipo de estrategia de inversión a largo plazo. Pero se puede dar un paso más con la utilización de un canal de desviación típica de largo plazo, que señale de forma dinámica qué valores del índice son relativamente caros o baratos y cuáles suponen un exceso alcista o bajista, cuando los precios son objetivamente extraordinariamente altos o bajos.
La propuesta no es otra que reservar las compras de índice para valores por inferiores a la recta de regresión (zona 3), realizar sobre compra en los excesos a la baja del canal (zona 4) y recoger el resultado acumulado cuando el exceso es al alza (zona 1). Mejor aún sería periodificar las adquisiciones para poder automatizar el sistema de inversión y, de esa manera, reducir aún más la incertidumbre sobre el resultado y el tiempo para lograrlo.

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