El Ibex-35 resiste pese a las salidas de dinero de los inversores particulares

La falta de sectores de la nueva economía en el mercado doméstico y su reiterada mala evolución desalientan al minorista, que reduce posiciones

Quién ha llevado al Ibex-35 a acumular una revalorización del 8% este año?, ¿qué inversores han realizado compras suficientes como para que el selectivo español, antes de esta semana de recortes, llegara a superar los 9.400 puntos y a registrar una revalorización de un 10%? La pregunta no es baladí si tenemos en cuenta que, según datos de Inverco, este año y hasta finales de octubre, los fondos que invierten en renta variable nacional han sufrido suscripciones netas negativas por valor de más de 1.400 millones de euros y que su patrimonio en lo que llevamos de año ha bajado desde los 6.260 hasta los 5.119 millones. 

Si estos datos hablan de apatía inversora en la bolsa española, otros indicadores la ratifican. Por ejemplo, el volumen negociado en acciones, que ha venido retrocediendo paulatinamente en los últimos años desde el casi billón de euros que se movió en 2010 hasta los 587.000 millones de euros de 2018; así como el efectivo medio por sesión, que ha pasado de los más de 4.000 millones hasta los 1.821 millones de este año. 

¿Qué pasa con la Bolsa española, por qué no resulta atractiva para el inversor minorista (que es el que invierte a través de fondos o el que opera en el mercado)?, ¿puede que sólo sea que conserva el trauma ocasionado por las fuertes pérdidas sufridas en 2018? Porque un error muy frecuente en que suele incurrir es equivocarse con el momento de entrada y de salida en las Bolsas, llevado por sus emociones. Ello podría explicar que muchos de ellos se hayan perdido la subida del último año. Así lo expone Isabel Sánchez, de Arquia Profim: «Veníamos de un 2018 bastante complicado. Muchos inversores se asustaron y decidieron huir de la renta variable para refugiarse en valores que tienen asimilados como de menor riesgo, como la renta fija. Las compras de bonos por parte de los bancos centrales han servido de soporte a la renta fija, así que... en un país meramente conservador, ¿por qué había que arriesgar en renta variable si con la renta fija ya ganábamos dinero, por ejemplo, a través de fondos de inversión sin demasiado riesgo de duración?». 

En deuda y Bolsa extranjera

Así pues, este año ha habido entradas netas positivas por valor de 3.300 millones de euros en fondos de renta fija en euros a corto plazo y de más de 4.100 millones en productos que invierten en bonos en euros y con vencimientos largos. 

Pero sí ha habido entradas de dinero en las bolsas internacionales. En los productos que apuestan por la renta variable europea se han producido suscripciones netas por valor de más de 3.000 millones de euros en lo que llevamos de año; y entre la renta variable estadounidense, japonesa y emergente, se han producido entradas netas por valor de otros más de 1.000 millones. 

Por lo tanto, además del miedo por el mal recuerdo del desastroso final de 2018 y por la persistencia de riesgos como la guerra comercial, el Brexit, la desaceleración o la incertidumbre política, que pueden explicar la decepción que sienten las gestoras de fondos porque en un año en que las principales Bolsas mundiales suben más de un 20% la entrada de dinero en los fondos de acciones no ha sido muy generosa, en el caso español tiene que haber algo más. 

Los datos reflejan que los inversores minoristas no sólo no se han incorporado al Ibex-35 para sacar fruto de sus subidas, sino que han aprovechado que fuera escalando posiciones para recoger beneficios.
Aunque no hay que descartar que el inversor entre en un momento en que las bolsas parezcan haberse sobrepuesto a todos los inconvenientes y, por tanto, en niveles ya elevados. Respecto ello, Paula Mercado, de VDOS, explica que si bien puede quedarle al Ibex-35 algo de recorrido con vistas al rally de final de año, habría que mantener la prudencia hasta que no esté claro lo que va a deparar el nuevo Gobierno que se dibuja. 

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«Hartazgo» en España

Jesús de Blas, de Bankoa Crédit Agricole, resume lo que puede ocurrir con la inversión en el mercado doméstico: «Hay mucho hartazgo y mucha desilusión con la Bolsa española. Llevamos muchos años sufriendo caídas importantes, recuperaciones escasas y, en definitiva, un peor comportamiento que en el resto de Europa. Además, las caídas más importantes se centran en los valores más populares, como Telefónica y los bancos. El avance del Ibex se ha apoyado en las acciones que no tienen en cartera los particulares»

De Blas observa una especie de tirar la toalla con el parqué madrileño por parte de los inversores minoristas que le lleva a pensar, incluso, que una gran oferta pública de venta, como las que tenían lugar en el pasado, sería prácticamente inviable por indigerible por parte del tramo minorista. 

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¿Se equivoca el inversor deshaciendo posiciones en el Ibex-35? Según De Blas, no: «No se puede negar la evidencia. En el selectivo hay valores en mínimos de los últimos veinte años»

A lo anterior se une otro factor que apunta el asesor José María Luna: el mercado español no ofrece el tipo de opciones que ahora busca el inversor más sofisticado, como el sector tecnológico u otras inversiones temáticas más ligadas a la nueva economía, circunstancia que le lleva a diversificarse cada vez más fuera de nuestras fronteras. 

Pero algo tiene que explicar la subida del Ibex-35, aunque sea mucho más modesta que la de sus comparables europeos. Luna apunta que la entrada en Bolsa española, en lugar de canalizarse a través de fondos especializados en acciones domésticas, lo hace a través de productos europeos o globales, en los que suelen estar presentes valores como Iberdrola, Cellnex o Amadeus. 

Aunque también persisten los pequeños inversores que compran acciones directamente, no a través de fondos de inversión, y otros que hacen trading con sus títulos más líquidos.

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Las manos más fuertes 

Pero no son éstos los inversores que explican el grueso de las subidas del Ibex-35. Víctor Alvargonzález, de Nextep, expone que los que de verdad controlan el mercado son los grandes inversores internacionales, hasta el punto de que casi es indiferente la actividad de los domésticos para explicar el comportamiento del mercado nacional, sus subidas o sus bajadas. 

Alvargonzález afirma que la apuesta de los fondos soberanos, los fondos de pensiones o las aseguradoras globales por el mercado español no obedece a que les resulte atractivo. De hecho, en su opinión, que el Ibex-35 se comporte peor que el resto de índices europeos y que el Eurostoxx 50 implica que los grandes inversores infraponderan el mercado español: no resultaría convincente otra explicación, teniendo en cuenta que España es una de las grandes economías del euro. 

A cambio, el mercado español encontraría su soporte en la inversión pasiva, que toma posiciones en las diversas Bolsas en función de su ponderación en los índices internacionales, por lo que el peso de España en este caso sí sería equivalente a lo que pondera en Europa o en el mundo, según el instrumento inversor sea europeo o global.

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