El dividendo gana competitividad, pero cuidado con él

La rentabilidad por dividendo del Ibex-35 se encuentra en el 4,5%, frente al bono español a diez años, que ronda el 0%

El combinado de caídas bursátiles y reducción de los intereses de los bonos tiene un ganador: el dividendo, que recupera competividad. Por la sola bajada del precio de los títulos de las empresas, la rentabilidad por dividendo aumenta, puesto que ésta pone en relación la retribución al accionista con el precio de la acción. Al tiempo, el inversor conservador o el que quiere rentas periódicas observa que los bonos ya no se las proporcionan: la deuda pública española a diez años da una rentabilidad cero desde ayer y cada vez más títulos en Europa se adentran en territorio negativo. 

Pero de esta situación se derivan dos peligros: uno general y otro particular. El general reside en que lo que explica tanto la bajada de las acciones como la de la rentabilidad de los bonos es el miedo a una fuerte desaceleración económica o a una recesión global que, de materializarse, seguiría pesando sobre las bolsas. El particular está en que la caída de acciones en concreto puede obedecer a razones idiosincráticas que pueden ser graves o prolongarse en el tiempo, por lo que mal negocio se haría en caso de comprarlas con el foco puesto en su dividendo si su valor en el mercado continúa cayendo: la retribución al accionista puede no llegar a compensar el descenso del precio del valor.

En contextos como el actual, de significativos recortes, hay inversores, los más optimistas, los que consideran que el panorama no va es tan grave como lo pinta, por ejemplo, la inversión de la curva de tipos americana, que apuestan por hacer carteras a precios más bajos. Para este tipo de inversores, si además se fijan en la rentabilidad por dividendo, ahora mismo, la más alta del mercado español es la que ofrece Azkoyen (de cerca de un 18%), seguida de la de la socimi Lar, que rebasa el 11%. 

Entre los que ofrecen las rentabilidades por dividendo más atractivas se encuentran también algunos bancos, como CaixaBank (8,40%) y Bankia (7,3%), o el Santander, con un algo más discreto 6,5%. Pero ahora mismo las entidades financieras no parecen contar con el favor de los inversores. 

Entre los títulos más defensivos con una generosa retribución al accionista, destacan Enagás (7,5%), así como BME (cerca de un 7%). 

Hay otros valores atractivos por su alta rentabilidad por dividendo, pero con algo más de riesgo, debido a los peligros que les acechan, como la desaceleración global, en el caso de Repsol; el Brexit en el caso de IAG; y la elevada deuda que puede llevar a que, en un momento dado, decida recortar la retribución al accionista, en el caso de Telefónica. En estos casos, la rentabilidad por dividendo oscila entre el 7,3% y el 6,7%, por ese orden. 

Otros valores tradicionalmente atractivos por su reparto de dividendos se han quedado en cifras un poco más discretas. En Endesa el dividendo renta un 6%, mientras que en Naturgy y Red Eléctrica alcanza el 5,5% y en Iberdrola, "apenas" un 3,8%. 

En casi todos los casos, eso sí, supera la rentabilidad media del Ibex-35, que se encuentra en estos momentos en el 4,5%. La del Eurostoxx 50 se sitúa en el 3,75%.

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