Yo no voté a la 'troika'
Sin legitimidad democrática, deciden los destinos de los pueblos sin asumir ninguna responsabilidad cuando fracasan sus recomendaciones
La treintena de técnicos que forman el equipo de la 'troika'
aterrizaron hoy en Madrid para supervisar el cumplimiento de las condiciones
pactadas en el rescate bancario español. Estos emisarios de la Comisión Europea,
el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional marcarán
profundamente el futuro de nuestro país para los próximos años o décadas,
mediante sus recomendaciones y exigencias. Sin embargo, ¿qué sabemos de estas
personas? Prácticamente nada, dado que las instituciones han descartado dar a
conocer su identidad, su filiación política o su método de trabajo, con la
excusa de que se trata de meros funcionarios y de que los temas tratados son
confidenciales.
Entonces, ¿quién asumirá el fracaso si descarrilan sus
consejos para sacarnos de la crisis? En los casos de los anteriores países
rescatados, la única responsabilidad del cumplimiento de los objetivos de
déficit ha recaído en los países en cuestión. Sin embargo, no es descabellado
pensar que la institución que ha impuesto las curas de austeridad, que ha
supervisado las previsiones económicas para elaborar los presupuestos y que les
ha dado su visto bueno, tuviera que responder (al menos en parte) de esta
derrota. Pues bien: No ha sido así y no parece que vaya a ser en el futuro.
Este tipo de prácticas oscurantistas reflejan una vez más la
falta de democracia en el seno del Ejecutivo comunitario, una institución que está
llamada a tener cada vez más poder sobre las vidas de los ciudadanos europeos a
tenor de la nueva arquitectura comunitaria que va a emerger de la crisis. Y sin
embargo, la Comisión Europea
ejerce su poder sin tener que someterse al escrutinio de las urnas, que
precisamente son una de las herramientas con las que cuenta la democracia para
responsabilizar a un gobernante del fracaso de sus políticas.
Llegados a este punto, salvando las distancias y tirando de
demagogia, sólo cabe hacer un símil entre el papel de los mercados y el de la
troika: Sin una identidad transparente, ambos actores ponen de rodillas a todo
un país como condición para seguir financiándole.
