Una escisión de Unió amenaza a la nueva CDC por usurpar su nombre

La refundación de Convergència sigue encallándose por problemas de nombres. El del nuevo partido, Partit Demòcrata Català (PDC), para empezar.[…]

La refundación de Convergència sigue encallándose por problemas de nombres. El del nuevo partido, Partit Demòcrata Català (PDC), para empezar. En el congreso de refundación del pasado fin de semana la militancia se rebeló contra las dos propuestas de nombre que presentó la dirección y se aprobó el de Partit Demòcrata Català. Ahora el problema surge desde fuera, de la formación Demòcrates de Catalunya (DC), una escisión independentista de Unió que se integró junto a CDC y ERC en Junts pel Sí.

DC está indignada con la nueva denominación de Convergència, tan parecida a la suya, y está dispuesta a llevar el caso a los tribunales de justicia. «Hemos topado con la soberbia», se lamentó ayer el líder de Demòcrates, Antoni Castellà, que amenazó incluso con abandonar el grupo parlamentario de JpS si la nueva Convergència, el PDC, no acepta cambios.

De entrada, Demòcrates ha decidido acudir al Registro de Partidos -que depende del Ministerio del Interior- para pedirle que tome medidas. Y agotarán esta vía administrativa, que puede durar meses, ante de recurrir a los tribunales. «Queremos creer que la elección del nombre no se ha hecho con mala fe», dijo Castellà, que acudió al Congreso de refundación de CDC.

No obstante, para demostrar que no hay tal mala fe, y evitar la vía judicial, Castellà expuso las condiciones que le imponen al nuevo Partido Demòcrata Català. Son cuatro: que se diferencie la estética de las siglas (PDC aún no tiene logo oficial); que se evite el color azul en la imagen gráfica del partido (como lo usa DC); una declaración explícita de que no se usará el mismo logotipo; y, «la más importante», no utilizar el mismo apelativo para referirse a sus militantes, el de «demócratas». Por ahora, CDC prefiere no enzarzarse en una guerra pública con Demòcrates. Esperan llegar a una entente, pero sin renunciar a su nuevo nombre.

Debates terminológicos al margen, y aprobados su manifiesto ideológico y su estructura organizativa el pasado fin de semana, el PDC encara ahora la elección de sus cargos, que la militancia aprobará en el congreso del próximo 22 de julio. El plazo para presentar candidaturas acaba mañana.

Para el «ticket» de presidente y vicepresidente -sin funciones ejecutivas- no se esperan más candidaturas que la de Artur Mas y la actual vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munté. En cuanto a la dirección ejecutiva, que integrarán doce personas lideradas por un coordinador general, se postulan ya varias candidaturas, como la de Ignasi Planas y Germà Gordó. Falta por ver si el «candidato» oficioso de Mas, Jordi Turull, se presentará.

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