Un decálogo para una buena gestión del ahorro a largo plazo

Este Observatorio IEB-INVERSIÓN se puso en marcha hace dos años, en un momento de auténtico desconcierto para los ahorradores españoles,[…]

Este Observatorio IEB-INVERSIÓN se puso en marcha hace dos años, en un momento de auténtico desconcierto para los ahorradores españoles, que acababan de quedarse huérfanos de las rentabilidades estratosféricas que hasta entonces ofrecían los depósitos bancarios. Era un escenario muy complejo, porque no sabían qué hacer con su dinero, dónde encontrar de nuevo rentabilidad. 

Conscientes de estas dificultades, el compromiso de cinco prestigiosas gestoras, BBVA AM, M&G, Schroders, JP Morgan AM y Mirabaud AM, y de la asociación de instituciones de inversión colectiva (Inverco) hizo posible la creación de un Observatorio sobre las tendencias en la gestión del patrimonio y el ahorro, para tratar de guiar a los ciudadanos en esta nueva ruta del ahorro que se abría para ellos en España. Esta iniciativa se plasma cada año en un estudio de investigación -este año se ha presentado el segundo- que ayuda a afrontar los retos del ahorro. En esta ocasión, además, el estudio va acompañado de una herramienta muy útil: un decálogo para el ahorro a largo plazo. Son los consejos básicos para una óptima gestión del ahorro. Planificación financiera, búsqueda de asesor, horizonte temporal, diversificación de activos, aportaciones periódicas, selección de productos adecuados... son algunos de los puntos que recoge este interesante decálogo, que si se cumplen facilitan bastante el camino para alcanzar los objetivos de inversión.

Al principio hacía mención a la celebración el pasado 5 de octubre del Día de la Educación Financiera. A una publicación como INVERSIÓN&Finanzas.com, que lleva 990 números intentando fomentar la cultura financiera entre los españoles, nos parece un acierto esta iniciativa. Ahora bien, lo que no debe servir esta celebración es para que algunos políticos la aprovechen para echar balones fuera y tratar de eludir responsabilidades. Es verdad que una deficiente cultura financiera influyó en la masiva comercialización durante los años de la crisis de productos que no eran aptos para inversores minoristas. Pero no fue la principal causa. Si los entonces responsables del Banco de España y de la CNMV no hubiesen mirado para otro lado, porque sabían perfectamente lo que estaba sucediendo, y hubiesen cumplido con su labor, esos escándalos financieros eran perfectamente evitables. Así que no nos escudemos en la falta de cultura financiera para no asumir responsabilidades.

En portada

Noticias de