SOS conventos, cuando los dulces y los zurcidos no dan más de sí

El patrimonio arquitectónico sevillano es «grande y extenso», de ahí la necesidad de intentar llegar a acuerdos entre entidades e[…]

El patrimonio arquitectónico sevillano es «grande y extenso», de ahí la necesidad de intentar llegar a acuerdos entre entidades e instituciones públicas y privadas ante el compromiso y la responsabilidad de conservar esta herencia para las siguientes generaciones. Así lo recordaba monseñor Asenjo cuando al inaugurar la iluminación de la parroquia de la Magdalena gracias a la Fundación Endesa, señalaba que esta iluminacion «hermosa» revelaba también sus «endebleces, lo cual debe significar para todos nosotros un compromiso». Apeló a «una Ley de Mecenazgo como la que este país se merece, porque en estos momentos no es una ley perfecta ni muchísimo menos. Aunque estamos haciendo lo que podemos con la ayuda del Cabildo, necesitamos también la colaboración de los fieles que ven en nuestras iglesias la suma y el resumen de sus raíces históricas, religiosas y culturales», dijo. «Una diócesis tan hermosa como ésta significa también una dificultad grande para mantener tan extenso y tan rico patrimonio», recordó.

En una de las últimas alegaciones presentadas por la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) al pleno del Ayuntamiento de Sevilla solicitaban también el regreso «a la política municipal de los años 80 y 90 que permitió obras como la recuperación de la capilla y la iglesia de San Pedro de Alcántara, a pesar de que eran edificios privados», decía. En febrero, esta asociación planteaba que «consideran también ?imprescindible? para canalizar este necesario impulso la creación de una ?fundación religiosa? que integrada por los propios conventos, el Arzobispado, el Ayuntamiento y el Consejo de Hermandades y Cofradías, aglutine las muchas iniciativas que desde hermandades, parroquias, órdenes y asociaciones se vienen realizando», decían. Algo parecido anunció la portavoz adjunta del PP en el Ayuntamiento de Sevilla,
María del Mar Sánchez Estrella, al informar recientemente sobre la situación de la mayoría
de los conventos, muchos de los cuáles necesitan restauración y que, «mediante convenios o simplemente promoción, se podría dar un salto de calidad en el patrimonio de la ciudad». Por ello, proponían la creación de una oficina de asesoramiento técnico y jurídico para proyectos de rehabilitación del patrimonio histórico artístico, en especial de las congregaciones religiosas que lo necesitan especialmente.

Santa Paula

En el convento de Santa Paula siempre se están realizando obras de mantenimiento debido a que se trata de un edificio del siglo XV. En la actualidad se arregla el patio llamado de las «monjas externas», uno de los patios situado detrás de la tienda donde se venden las apreciadas mermeladas. Tienen previsto arreglar el muro del convento que asoma a la calle Enladrillada y Pasaje Mallou, que también deben arreglar por el estado que presenta. Los ingresos de este convento se obtienen fundamentalmente a través de la venta de mermelada y las visitas al museo, así como las pensiones de las hermanas mayores. Hoy forman una comunidad de 23 hermanas jerónimas, aunque llegaron a ser más de 60 en los años 80.

Las Teresas

En el convento de San José van a comenzar una obra después de Semana Santa para reparar el patio de la entrada, que tras las últimas intervenciones necesita un arreglo general y contra las humedades. También preocupa una grieta que ha aparecido en la fachada interior de la iglesia que da al patio de acceso y deben graparlo por fuera, así como realizar un estudio para ver si la iglesia tuviese algún problema más serio. En el cuarto del torno también las vigas están un poco arqueadas y deben solucionarlo poniendo algún tipo de soporte. Estas obras son financiadas generalmente por particulares. Cuando han tenido necesidad la gente se ha implicado, sobre todo los vecinos del barrio de Santa Cruz. Actualmente conviven 16 hermanas carmelitas descalzas y su principal fuente de ingresos son los bordados y las encuadernaciones.

San Leandro

Es inminente la obra de la fachada que da a la calle Caballerizas y el claustro, una vez concedan la licencia. Al tratarse de un edificio del siglo XIII hay que reparar y mantener continuamente. En la actualidad lo habitan 18 hermanas, agustinas ermitañas, número similar al que había hace 20 años. La elaboración de dulces sigue siendo su principal fuente de ingresos: las famosas yemas, a las que se unen manjares en forma de pestiños y magdalenas. Este año han elaborado torrijas, que se podían comprar al sacar la papeleta de sitio de algunas hermandades. Las obras, al igual que las del resto, suelen sufragarse a través de particulares, la venta de dulces y la ayuda desinteresada.

Madre de Dios

El convento de la calle San José sigue pendiente de la iglesia, que desde que cayó una pechina lleva más de tres años cerrada al público. También habría que revisar el retablo mayor de la capilla, en el que hubo algún desprendimiento. En la comunidad de la clausura existe un salón que era de labor y allí se instaló una capilla en la que se habilitó una reja para que la gente puediese asisitir a la Eucaristía, que se celebra muy temprano a diario (8 de las mañana), y los domingo a las 9.30 horas. Actualmente son 9 hermanas madres dominicas, aunque lo habitual eran 15. La reposterías sigue siendo la principal fuente de ingresos.

Santa Inés

Más allá de la polémica surgida en torno a la restauración del famoso órgano, el convento de Santa Inés se encuentra muy deteriorado. Especialmente urgen las obras en las celdas y las humedades provocadas por el estado de las tuberías, que sería actualmente la prioridad. Conviven 14 hermanas clarisas -la mayoría jóvenes-, aunque en otras épocas han llegado a vivir unas 60. La principal fuente de ingresos actual es la repostería: pestiños, bollitos, etcétera, aunque esta tarea da para vivir pero no para poder afrontar obras. Las personas ayudan comprando los dulces.

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Santa María de Jesús

El convento de la calle Águilas se mantiene correctamente aunque deben hacer obras en unas habitaciones en las que están cediendo las vigas. Sería la obra más prioritaria este convento en el que conviven 19 hermanas clarisas (en 1991 eran 9 hermanas). La repostería, especialmente los dulces como torrijas, pestiños y roscos fritos, son las principales fuentes de ingreso.

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Santa Rosalía

El convento de Santa Rosalía necesita muchas reformas. Hay que terminar de arreglar parte del tejado ya que ha llovido mucho estos días y actualmente existen muchas goteras. También pretenden concluir un proyecto de hospedería en planta. Su principal fuente de ingreso lo obtienen del trabajo de zurcido y los dulces en tiempo de Navidad y Cuaresma y algunos ingresos por pensión. Actualmente son diez hermanas capuchinas, número menor que en años anteriores. Hace dos años terminaron de arreglar el muro de la calle Cantabria, pero todavía tienen que afrontar la deuda que supuso aquella al derrumbe. Las hermanas están muy agradecidas con la ayuda que reciben del Banco de Alimentos y el economato del Casco Antiguo, gestionado por varias hermandades .

Encarnación

Nombre que recibe por su ubicación en origen. De allí pasaron a la iglesia de los Terceros para finalmente ocupar el lugar en el que se encuentran hoy en la plaza de la Virgen de los Reyes. Con la dote de las monjas fueron adquiriendo casitas aledañas que tuvieron que ser derribadas ante el estado ruinoso que presentaban en 1976 y en el año 78, sin ayuda ninguna, comenzaron a levantar el edificio actual. En estos momentos el estado del convento es bueno debido a que en 1982 finalizó un proceso muy completo de restauración de la parte del convento que se estaba cayendo. En la actualidad lo habitan 17 hermanas agustinas concepcionistas y viven gracias a las pensiones de las hermanas mayores, la venta de formas y la ayuda de los bienhechores

Santa Ana y Visitación

El edificio del convento de Santa Ana se encuentra en buen estado. De momento, no tienen previsto acometer ninguna obra, ya que recientemente se adecentó la fachada tanto de la calle Santa Clara como la principal que se asoma a la calle Santa Ana. Actualmente, lo habitan 16 hermanas carmelitas, número habitual desde hace varios años. La repostería, el lavado y planchado de parroquias y ropa delicada es la principal fuente de ingresos. Algo simililar ocurre en el convento de la Visitación, que suelen realizar una reparación anual y se mantiene bastante bien. En la actualidad lo habitan 15 hermanas salesas.

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