Sadako, un robot «que ve» y separa la basura valiosa
Dos gemelos y el marido de una de ellos han fundado esta empresa catalana que pretende revolucionar la industria del reciclaje de desechos a través de un robot con visión por computador.
En Sadako, todo queda en familia. Esta start up catalana fue fundada por dos gemelos (Eugenio y Belén Garnica) y el marido de esta última, Javier de la Ossa. Así, no es de extrañar que a veces se lleven el trabajo a casa. Y el trabajo en esta empresa es Wall-B, un robot inspirado en el emotivo Wall-E de los estudios Pixar, que limpiaba la basura de la Tierra después de que ésta fuese devastada por el ser humano. El Wall-B de Sedako no es tan tierno como su hermano cinematográfico pero es capaz de separar los residuos con valor (bricks, botellas de plástico y latas de aluminio) del resto de la basura, gracias a la tecnología de visión por computadora. Digamos que es como si tuviera ojos.
«Capta una realidad compleja como es la del residuo y distingue una botella de todo lo demás», explica Belén Garnica, responsable de la parte financiera de la compañía. Para fabricarlo, han partido de un robot manufacturado por terceros, le han implementado un sistema de inteligencia artificial y lo han integrado en un subsistema de recogida de material por succión.
Dos plantas de Barcelona ya lo tienen instalado
Aunque ya está instalado en dos plantas de procesamiento de residuos cercanas a Barcelona, en Sadako siguen trabajando para estandarizar y mejorar la eficiencia de la máquina, que se estima que estará disponible para la venta comercial en 2017 a un coste de unos 85.000 euros, que las plantas podrán recuperar en el plazo de un año, según cálculos de la propia compañía.
Aún no han decidido dónde lo van a fabricar, pero en Sadako no descartan manufacturarlo ellos mismos en Barcelona si no alcanzan ningún acuerdo con los proveedores.
En cuanto a la financiación, el equipo fundador ha sido capaz de poner este proyecto en marcha con unos 950.000 euros que se han logrado a lo largo de diferentes rondas de financiación. En un primer momento, ellos mismos pusieron 200.000 euros y después fueron entrando diferentes inversores como la incubadora especializada en proyectos energéticos KIC InnoEnergy, que puso 240.000 euros en 2014; La Caixa Capital Risk, que aportó unos 100.000 euros; o los préstamos de instituciones públicas como el ministerio de Hacienda o los institutos catalán y valenciano de finanzas. Actualmente, en Sadako están inmersos en la búsqueda de otros 350.000 euros para financiar la actividad de 2016.
Un inicio en la industria nuclear
Cambio de planes. El plan inicial de los fundadores de Sadako era un proyecto para aplicar la tecnología de visión artificial en la detección de radiación, aprovechando la experiencia de Eugenio Garnica en el sector. No obstante, se encontraron que era difícil penetrar en un sector copado por pocos actores y con una regulación tan estricta. Entonces, se les ocurrió aplicar esa tecnología de visión artificial al tratamiento de residuos.
Otras aplicaciones. Los fundadores de Sadako creen que la tecnología de la inteligencia artificial y el reconocimiento de objetos que están desarrollando tiene aplicaciones más allá del tratamiento de residuos, como el control de calidad, la seguridad, la industria alimentaria o la minería. Belén Garnica pone otro ejemplo: «Los drones están tomando muchas imágenes. El análisis automatizado de esas imágenes es un buen campo» de trabajo.
Un equipo cada vez mayor. La plantilla de Sadako cuenta actualmente con 13 personas: los tres fundadores y diez ingenieros.