Renta variable sí o sí

Andan los mercados, como el tiempo en las últimas semanas, en busca de una tendencia en la que asentarse y[…]

Andan los
mercados, como el tiempo en las últimas semanas, en busca de una tendencia en
la que asentarse y dando rienda suelta a su volatilidad con la consiguiente
confusión del ahorrador/inversor. El caso es que pocas veces ha habido un
consenso entre los analistas tan unánime sobre las perspectivas de crecimiento
de la economía mundial
. Ya no se trata de apoyarse en las previsiones de
algunos países emergentes, porque el crecimiento es generalizado y afecta
incluso a Europa, cuyo riesgo de "japonización" había empezado a preocupar a
los analistas. Y, sin embargo, las Bolsas han perdido esa alegría con la que
iniciaron el ejercicio.

Y es que las
incertidumbres geopolíticas están pesando mucho. Tal vez, porque como me decía
un amigo y fino analista económico "Trump nos lía a todos". Lo malo es que en
este escenario al ahorrador/inversor no le queda otra alternativa que optar por
la renta variable
 ante unos depósitos
bancarios que tardarán al menos un lustro en ofrecer rentabilidades semejantes
a las de la inflación y una renta fija 
que es mejor olvidar. Es verdad que existe la alternativa del ladrillo,
a la que nos dedicaremos con mayor profundidad en el futuro y que está
recuperando precios a marchas forzadas, pero siempre estará limitada para
aquellos que den una importancia secundaria a la liquidez.

Asumir que la
renta variable es la única opción para el inversor en este momento es decir
también que hay que arriesgar mucho para lograr una mínima rentabilidad,
al menos
ese 1,5 por ciento previsto de inflación para este año.

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