Las cotizaciones bajarían cinco puntos al impulsar los planes de pensiones

El Gobierno acaba de abaratar y flexibilizar los planes de pensiones para incentivar el ahorro finalista. El sector privado lo[…]

El Gobierno acaba de abaratar y flexibilizar los planes de pensiones para incentivar el ahorro finalista. El sector privado lo ve insuficiente y pide una reforma integral del sistema de pensiones para garantizar el poder adquisitivo de los futuros jubilados: su recomendación es fijar un esquema de fondos de pensiones en las empresas incentivado y de adhesión obligatoria para los trabajadores. Un reciente informe del servicio de estudios de las aseguradoras (ICEA) y el Instituto Complutense de Análisis Económico de la UCM estima que con este sistema las cotizaciones de empresas y empleados a la Seguridad Social podrían reducirse 5,5 puntos, del 28,3% actual al 22,8%, y mantener la tasa de sustitución, que es del 80% del salario.

Esa tasa representa lo que supone la pensión pública sobre el último sueldo que cobró el empleado. A día de hoy, se sitúa en España en el 80%, una de las más generosas de la OCDE. Bajo una estructura demográfica como la esperada a futuro, que se resume en una población más envejecida, si no se toma ninguna medida el sistema público de pensiones solo garantizaría a los jubilados el 74,2% del último sueldo en 2025 y el 63,6% en 2050.

«Si no se toman medidas hay que elevar las cotizaciones al 30,2% para gantizar una tasa de sustitución del 80%, suponiendo que la productividad crezca al 1%; en caso de crecer al 0,5% habría que elevar las cotizaciones al 32,7%», advierten en referencia a 2025 los autores del informe, que mencionan los casos de éxito de la previsión social complementaria en países como Reino Unido, Holanda, Dinamarca y Australia. Para 2050 el aumento de las cotizaciones llegaría al 37,4%.

Sin embargo, ICEA y el ICAE calcula que España podría garantizar una cobertura del 80% y al mismo tiempo reducir las cotizaciones a la Seguridad Social en 5,5 puntos, al 22,8%, si se hace una reforma por la que las pensiones futuras, en lugar de financierase solo con cargo a las arcas públicas, se paguen tanto por un sistema de reparto como por planes de empresa obligatorios e incentivados fiscalmente.

Efectos positivos y negativos

Este esquema tiene, según el estudio titulado «El ahorro para la jubilación a través de la empresa», beneficios macroeconómicos a largo plazo. Incentivar ese modelo de previsión social mejoraría un 8,6% el PIB, mientras que no hacer ninguna reforma restaría un 6,3% de crecimiento. Además, los beneficios empresariales aumentarían un 5,5% y el ahorro en lugar de crecer al 10,1% lo haría al 23%.

El impacto sería mucho menor en el mercado laboral, al traducirse en una mejora del empleo de solo el 2,2%. El motivo es que al introducir aportaciones a los planes se genera una reducción de la demanda de empleo. Ahora bien, el informe cree que al reducir por otro lado las cotizaciones, se elevará la demanda de empleo, amortiguando la caída inicial.

La aplicación de este sistema de previsión reclamado por el sector privado tiene además una serie de costes de transición de un modelo a otro, con impactos negativos durante dos o cuatro años. Según explica el análisis, una vez entre en vigor la reforma, los ocupados con una edad más avanzada y que están a punto de jubilarse habrán contribuido menos al plan de empresa que los que ahora son jóvenes. Por tanto, y para garantizarles una cobertura idéntica, se van a tener que elevar las cuotas a la Seguridad Social al principio hasta el 38,8%, generando desincentivos en el empleo y en el PIB.

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Escasa penetración

La previsión complementaria en la empresa es una tarea pendiente en España, según admite el propio Gobierno. Los planes de empleo acumulan hoy un patrimonio de 35.811 millones de euros, frente a los 71.530 que hay en planes individuales, y 2 millones de partícipes, frente a los 7,6 millones de personas con planes individuales.

Un 97% de las empresas cree que será necesario recurrir a sistemas de ahorro privado, según el informe de KPMG «Situación de las pensiones en España», que analiza 295 empresas españolas y filiales en España de compañías extranjeras.

Sin embargo, esa encuesta desvela que solo un 22% de las compañías consultadas cuenta con un plan de jubilación para sus empleados, la mayor parte pertenecientes a los sectores financiero, servicios, industria y al químico y farmacéutico.

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