La verdadera historia del español que retó a Houdini... más allá de «El Ministerio del Tiempo»

Uno de los episodios menos conocidos de la vida del gran Harry Houdini fue el enfrentamiento que mantuvo con Joaquín[…]

Uno de los episodios menos conocidos de la vida del gran Harry Houdini fue el enfrentamiento que mantuvo con Joaquín María Argamasilla. Un episodio desconocido que «El Ministerio del Tiempo» va a abordar este las lunes a las 22.15 horas. En el episodio (y por lo tanto en la ficción) la patrulla integrada por Pacino, Amelia y Alonso viaja a Nueva York para impedir que Argamasilla -un joven español que a principios de la década de 1920 adquirió gran fama internacional por su supuesta capacidad para ver a través de cuerpos opacos- desvele a los estadounidenses la existencia del Ministerio.

Pero aquí no os vamos a contar el capítulo, sino el enfrentamiento real que se produjo entre el gran Houdini y este joven ilusionista español que llegó a contar, con su supuesta habilidad paranormal, con el respaldo de científicos extranjeros y españoles de la talla de Ramón y Cajal... y que ABC cubrió ampliamente. Y es que, cuando la fama de Argamasilla traspasó fronteras, fue llamado a Nueva York por el famoso mago y escapista húngaro para desmontar la farsa sobre sus poderes, ya que, según él, eran un auténtico fraude.

Houdini, muerto en 1926 en extrañas circunstancias, dedicó los últimos años de su vida a desenmascarar a todo tipo de espiritistas y amantes de lo inexplicable después de que una médium intentara ponerse en contacto con el espíritu de su querida madre, muerta poco antes. Su indignación fue enorme cuando el mensaje que le transfirió aquella farsante estaba en inglés (su madre solo hablaba una mezcla de alemán, húngaro y yidis) y llevaba una cruz (su familia era judía).

«El hombre con visión de rayos X»

Para Houidini, el famoso Argamasilla, que con el tiempo se convertiría en undécimo marqués de Santa Cara y director general de Cinematografía y Teatro (1952-1955), no era más que uno de los muchos engaña bobos de lo paranormal que habían surgido después de la Primera Guerra Mundial. Como aquellos que hicieron negocio «contactando» con los millones de familiares muertos en combate.

La habilidad de Argamasilla, conocido como «el hombre con visión de rayos X», se reducía a la lectura de mensajes escritos y encerrados en pequeñas cajas, o a la adivinación de la hora marcada por las agujas de un reloj cubierto por una esfera y oculto en el bolsillo, mientras se cubría los ojos con un pañuelo. En el libro «La Nueva Parapsicología. Introducción a la Parapsicología Científica» (1981), se puede observar una gran foto de Houdini con el joven mentalista español que dice: «Joaquín María Argamasilla, con el famoso ilusionista Houdini, quien no pudo detectar ningún fraude en los experimentos que realizó con el dotado español de percepción dermo-óptica».

Pero no fue así. Lo cierto es que no le costó mucho a Houdini desentrañar el aparente misterio del mago español en los encuentros en los que Argamasilla retó al prestigioso ilusionista. El primero, cuando viajó a Nueva York a demostrar sus poderes: «Ha venido a este país a convencer a los científicos de que puede ver a través del oro, la plata, el cobre y otros metales, e hizo su primera demostración antes de una reunión ayer en el hotel Pennsylvania», podía leerse en la tercera página de «The New York Times», el 7 de mayo de 1924.

Las primeras sospechas y el descrédito

Houdini sospechó rápidamente de muchas de sus acciones. En primer lugar, se ubicaba siempre cerca de una ventana para tener una buena iluminación que, en principio, no tendría porque hacerle falta. Además, conocía más de una técnica para poder ver a través del vendaje. Y en la prueba del reloj, observo rápidamente la hábil maniobra de provocar una imperceptible apertura en la tapa que le permitía echar un rápido vistazo a la hora.

En otro de los encuentros que mantuvo con el español, Houdini le ofreció un reloj que había manipulado para que no fuera posible abrirlo con facilidad, dejando en evidencia al español, que obviamente fracasó. Y en otra ocasión, en la oficina del Newspaper Feature Syndicate, se colocó disimuladamente detrás de Argamasilla cuando este ya se había vendado los ojos, observando de nuevo como abría y cerraba el reloj mínimamente.

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Con respecto al truco de los mensajes ocultos, era más ingenioso, porque Argamasilla utilizaba cajas de su propiedad que le permitían una leve manipulación para poder ver y leer el texto escrito. Tras un riguroso examen de las mismas, Houdini le ofreció dos cajas de su fabricación. Él joven mago español se negó en rotundo, quedando nuevamente en evidencia.

El descrédito en que cayó Argamasilla le obligó a retirarse de la escena, alegando, por supuesto, una repentina pérdida de sus poderes.


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