La ONU ve «arbitraria» la detención de Assange, pero el Reino Unido lo arrestará si abandona la embajada

Julian Assange, australiano de 44 años, fundador de Wikileaks, lleva tres años y medio en un espacio de 30 metros[…]

Julian Assange, australiano de 44 años, fundador de Wikileaks, lleva tres años y medio en un espacio de 30 metros cuadrados en un sótano de la Embajada de Ecuador en Londres, que está justo a la espalda de los afamados almacenes Harrods. Se refugió allí en junio de 2012, para eludir ser detenido por las autoridades británicas y extraditado a Suecia, donde dos mujeres lo acusaban de abusos sexuales y violación. Como último recurso, el año pasado el hacker informático y editor apeló el año pasado a la Comisión de Detenciones Arbitrarias de la ONU, que ha concluido que la suya lo es. El Reino Unido considera que la decisión de los expertos de la ONU carece de imperativo legal y advierten que la orden de arresto contra Assange sigue vigente.

La ONU concluyó su informe el pasado diciembre y el 22 de enero comunicó el resultado a los gobiernos de Suecia y el Reino Unido. Mañana estaba previsto que hiciese pública su conclusión, pero la BBC la ha filtrado hoy jueves, adelantando que consideran la detención «arbitraria». Previamente a la filtración de la BBC, Assange había escrito en Twitter que si la ONU decía que su detención se ajusta a la ley, mañana viernes al mediodía saldría de la embajada y se entregaría «porque ya no cabría más apelación». Pero si el informe es a su favor exige al Gobierno británico «la devolución inmediata de mi pasaporte y que dejen de intentar arrestarme».

¿Héroe o pirata?

Pero el que para unos es un héroe de la libertad de expresión y para otros un pirata informático y un posible violador tiene un problema: las autoridades inglesas, que no están por la labor de obedecer a un informe de la ONU que consideran meramente consultivo. «Consideramos claramente que nunca ha sido detenido arbitrariamente por el Reino Unido, de hecho, evitó el arresto legal voluntariamente y eligió quedarse en la Embajada de Ecuador», asegura el Foreing Office, y es cierto acorde a los hechos.

Assange fue acusado por dos mujeres suecas de delitos de abusos sexuales y violaciones, lo que llevó a Suecia a dictar una orden internacional de busca y captura. Pero Assange no quiso encarar ese proceso por temor a ser extraditado desde Suecia a Estados Unidos, que lo reclama por las filtraciones en Wikileaks de documentos sobre la guerra de Afganistán y de cables de la diplomacia estadounidenses, publicados por un consorcio de periódicos. Estados Unidos podría penar esas vulneraciones de sus secretos de Estado hasta con la cadena perpetua.

El pasado agosto las acusaciones de abusos sexuales fueron retiradas por Suecia, pero sigue en curso la más grave, la de violación. En fecha reciente la fiscalía sueca y las autoridades ecuatorianas habían alcanzado un acuerdo para que fuese interrogado en la embajada por las autoridades judiciales escandinavas.

Guardia diaria

Esta mañana los medios y el público han vuelto a la calle de la embajada, tras meses en los que la atención había decaído mucho, debido al largo período del encierro. Al principio, simpatizantes del líder de Wikileaks hacían guardia diaria frente a la fachada de la legación diplomática con pancartas de ánimo. Pero cada vez su presencia es menor. También se ha reducido el despliegue policial, después de que Scotland Yard se quejase del engorro económico que supone evitar que se fugue Assange: más de once millones de libras hasta junio del año pasado (14 millones de euros).

Assange no tuvo suerte en la elección de su refugio. La de Ecuador es una embajada modesta, de las pocas que no tiene jardín o al menos un patio. El resultado es un encierro radical, sin ver la luz del sol, que le está causando problemas psicológicos y físicos. De hecho recientemente ecuador pidió a las autoridades británicas un canal de paso para llevarlo al hospital y se lo denegaron. Al principio Assange se asomaba a la ventana de la embajada en fechas señaladas, como su cumpleaños, pero aquel espíritu festivo a desaparecido y la crudeza de su enclaustramiento se ve ahora de manera cada vez más clara y dura.

La Policía Metropolitana recalcó tras conocer la noticia de la BBC que seguirá haciendo todos los esfuerzos para arrestarlo y que la decisión de la ONU no debe influir en su actuación.

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