La improvisación de Podemos: la política al servicio del espectáculo

Tras las elecciones de diciembre de 2015, Pablo Iglesias sorprendió a todos, incluido a un Pedro Sánchez que volvía de[…]

Tras las elecciones de diciembre de 2015, Pablo Iglesias sorprendió a todos, incluido a un Pedro Sánchez que volvía de reunirse con el Rey, anunciando un gobierno de coalición «a la valenciana» entre el PSOE y Podemos donde incluso las carteras ministeriales estaban ya repartidas. Una propuesta que no tenía ninguna posibilidad de salir adelante porque, básicamente, nadie había contactado con Sánchez para saber si estaría o no de acuerdo. Y es que la formación morada acostumbra a practicar una política espectáculo en la que la improvisación y el show priman sobre la realidad y las largas y complicadas negociaciones.

Aquel gobierno se quedó en nada, cómo probablemente se va a quedar ahora en nada la moción de censura que Podemos ha lanzado a modo de órdago. Para lo único que sirvió fue para copar aquel día los titulares de la prensa y para demostrar lo endeble que es la palabra de Pablo Iglesias, quien había repetido hasta la saciedad en la campaña electoral que nunca entraría en un gobierno con el PSOE o cualquier «partido de la vieja política». Se justificó en este sentido en que ni él ni su partido se fiaban de la maquinaria interna del PSOE, por lo que necesitaba tener a personas suyas en el nuevo Ejecutivo. «Estamos aquí para gobernar y por eso creo que debo ser el vicepresidente del nuevo gobierno», explicó Iglesias en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados junto a los principales rostros del partido.

Como muestra de improvisación, Iglesias anticipó en aquella rueda de prensa que se debía crear un ministerio dedicado a los asuntos «plurinacionales», a lo que un periodista preguntó si se denominaría ?Ministerio de Plurinacionalidad? y el líder de Podemos dijo que lo veía bien, así como que no vería mal que la ocupara el portavoz de EnComúPodem en el Congreso, Xavier Domènech, muy próximo a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Nada nuevo bajo el sol. Los golpes de efecto de este tipo son habituales en la formación populista. Podemos concurrió a esas elecciones con la promesa a sus aliados de coalición, En Marea, EnComúPodem y Compromís, de que cada uno de ellos contaría con un portavoz parlamentario propio. Faltaban siete minutos para las ocho de la tarde del 19 de enero de 2016 cuando los representantes de Podemos, Barcelona en Comú y las Mareas presentaron a la carrera el registro del Congreso de los Diputados su propuesta de grupo parlamentario. Finalmente, tras arduas conversaciones tanto entre sus aliados como con otros partidos, el partido de Iglesias renunció a su idea primigenia de apostar por la creación de cuatro grupos parlamentarios diferentes.

Los patinazos de Montero

No obstante, desde que Irene Montero sustituyó a Pablo Iglesias como portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, la política espectáculo ha alcanzado nuevos niveles. La improvisación funciona bien en televisión pero, en política, traslada la sensación de poca profesionalidad e ideas poco claras. Sorprendiendo a propios y extraños, el partido de Iglesias y Montero anunciaron hace dos semanas la puesta en marcha de un autobús, «el Tramabús», a rebufo de la polémica iniciativa de Hazteoir. Su intención era la de «visibilizar» a quienes, a su juicio, forman parte de una trama a nivel nacional y su ocurrencia fue poner en circulación un autobús decorado con las caras, entre otros, de Mariano Rajoy, Luis Bárcenas, Rodrigo Rato, o Felipe González.

Además, la portavoz de Podemos en el Congreso se enzarzó esta semana en otro asunto tan espectacular como improvisado. Irene Montero denunció que la Cadena SER la había «vetado» y no le permitió participar en el programa Hora 25 después de que el partido morado haya decidido rotar a sus portavoces en esa tertulia y relevar a Íñigo Errejón como único representante en ese espacio. No obstante, la directora de Hora 25, Ángels Barceló, explicó durante el programa que la Cadena Ser «no va a aceptar» que los partidos impongan a sus representantes y que Montero se presentó «exigiendo» participar en la tertulia, a pesar de que ya se le había comunicado «insistentemente» que no había sido invitada. Aun así, Montero se trasladó esa noche al Museo Reina Sofía de Madrid, desde donde la SER emitía un programa especial sobre el «Guernica» de Picasso, y donde le comunicaron que no estaba invitada y que no le «permitían participar».

Pero el culmen del espectáculo por el espectáculo lo ha protagonizado este jueves Podemos al anunciar una moción de censura contra Mariano Rajoy, presidente del país desde apenas seis meses, sin proponer candidato y sin sumar los escaños necesarios. Iglesias ni siquiera ha tanteado al resto de grupos o buscado su apoyo, pues, simplemente, se ha limitado a lanzar un órdago con mucha proyección mediática.

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