Lá batalla continúa

El mercado de divisas sigue marcando de una manera importantísima todas las decisiones que toman los bancos centrales para llevar a cabo sus políticas monetarias.

El mercado de divisas sigue marcando de una manera importantísima todas las decisiones que toman los bancos centrales para llevar a cabo sus políticas monetarias. De hecho, a la hora de darse una noticia importante por parte de cualquier ente económico nacional, donde mayor impacto tiene es en el mercado de divisas.

Bien es cierto que influye en todo tipo de mercados y activos, pero donde toma mayor transcendencia es en un mercado que se ha señalado como clave por parte de los bancos centrales.

Parece éste ser la única salida a la hora de poder plantear alguna ventaja competitiva global dentro de las economías mundiales. Dentro de una reducción de crecimiento global generalizado, este es el último clavo al que parecen agarraste los bancos centrales.

No es de extrañar que hace una semana fuera el BCE quien tomará medidas expansivas dentro de la economía europea y dejará la puerta abierta a una posibilidad "infinita", a la hora de incrementar cualitativa y cuantitativamente las posibles medidas. Las decisiones fueron sorpresivas para el mercado a la par que volátil. Estas medidas parecían ya estar descontadas por el euro, que continuó su senda apreciativa desde los mínimos que marcó en marzo de 2015.

Lo contrario le sucede al dólar, en el caso del billete verde, la apreciación es el escenario que se plantea dentro del marco que ha señalado la FED, pero, la propuesta del pasado miércoles cambió dichas expectativas, las previsiones de cuatro subidas de tipos de interés, parecía excesivo para una FED que redujo estas a la mitad. El movimiento depreciativo del dólar no fue muy limitado temporalmente, sino que ha ido tomando solidez con el paso del tiempo.
Lo preocupante de la situación es que en ninguno de los diálogos y discursos se hace referencia a algo que es una realidad. Y esta no es otra que la gran batalla encubierta de los bancos centrales en una guerra de divisas que ya perdura demasiado en el tiempo.

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