Hugh Jackman: «La familia es lo que hace que la vida merezca la pena»

Durante diecisiete años Hugh Jackman (Sídney, 1968) ha sido Lobezno, el mutante de los «X-Men» más carismático. En este tiempo[…]

Durante diecisiete años Hugh Jackman (Sídney, 1968) ha sido Lobezno, el mutante de los «X-Men» más carismático. En este tiempo ha tenido tiempo para vivir todo, lo bueno y lo malo: ha ganado un Tony (2003), un Emmy (2005) y un Globo de Oro(2012). También ha sido padre tras adoptar a dos niños junto a su mujer, Deborra-Lee Furness, con la que lleva desde 1996. Sin embargo, en la parte negativa, ha sido operado hasta en seis ocasiones de cáncer, la última el pasado febrero. Un camino junto al personaje que le hizo popular que ha terminado en «Logan», la última vez que le veremos como Lobezno.

Los fans pueden ver por fin cómo se desata la legendaria furia de Logan, Mangold aporta un realismo crudo y visceral a la historia, basada en uno de los personajes más populares de los cómics de Marvel. En un futuro cercano, un cansado Logan cuida del Profesor X en un escondite en la frontera de México. Los intentos de Logan por esconderse del mundo y ocultar su legado terminan súbitamente con la aparición de una joven mutante perseguida por fuerzas oscuras. Además de casi 90 minutos de contenidos adicionales, que incluyen escenas eliminadas y un documental detrás de las cámaras, el Blu-ray también incluye «Logan Noir», una versión en blanco y negro que supone una nueva aproximación a la aclamada película.

¿Qué recuerda del último día de rodaje de «Logan»?

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Lo que más recuerdo es que tuvimos muchísimos problemas con los rayos. Estábamos a 3.000 metros de altura y si había un rayo a menos de un kilómetro del set sonaba una alarma y teníamos que parar. Pero sólo había pequeños rayos y después se despejaba, así que tuvimos que parar muchas veces. Era bastante frustrante. Hubo muchos problemas con la luz en las montañas porque perdíamos la luz del sol, pero aun así Jim [Mangold] me decía: «Quedémonos aquí un rato más. Yo tengo todo lo que necesito, pero para ti han sido 17 años. Voy a decirle a todo el mundo que dejo la cámara encendida, que sólo necesito un ángulo más, pero lo que realmente quiero es que tengas media hora en la que no haya gente gritándote y puedas disfrutarlo. Sólo tómate tu tiempo». Me hizo un gran regalo.

¿Cómo se sintió al final?

No se me dan nada bien las despedidas. Incluso cuando hago un espectáculo que dura un año, con 400 funciones, la gente viene para ver la última función y empieza a llorar incluso antes de que suba el telón. Yo pienso: «Vamos, chicos, ¡tenemos que hacer un show!» No es algo con lo que me sienta muy cómodo, pero recuerdo que me pasé el último día de «Logan» simplemente mirando a todos los que estaban allí, a todos los que estaban allí desde hace mucho tiempo, desde el principio. Para mí también fue una especie de revelación que en esta película hubiese un grupo mucho más reducido de gente que había estado ahí desde el principio. De hecho, hizo falta menos gente, pero que realmente creyera más y luchara más. Y en ese núcleo de gente hay siete u ocho personas, desde los productores hasta Jim [Mangold] y Patrick [Stewart]. Todos nosotros estuvimos sincronizados desde el principio. Estoy seguro de que muchos pensaban que estábamos chalados. Yo simplemente miraba a aquel pequeño grupo. Y eso me emocionó mucho. Diecisiete años son muchos años. Sólo vas al colegio durante doce años, ¿te acuerdas de lo largo que parecía? (Risas)

¿Qué significa el personaje de Logan para usted?

«X-Men» fue mi primera película en Estados Unidos. Si lo pienso, es muy posible que mi carrera no hubiese existido de no ser por estas películas. Estaba haciendo «Oklahoma!» en el Royal National Theatre cuando me eligieron para el casting, así que me gusta pensar que estaría haciendo algo parecido, pero Logan se ha convertido en un pilar en mi vida. Me ha permitido hacer muchas, muchas cosas. Además, siempre me ha encantado el personaje. Siempre ha sido muy especial para mí, especialmente esta película, que probablemente es incluso más personal por tratarse de la última. Logan y yo somos muy diferentes, pero el personaje me ha enseñado mucho. Ha sido una gran terapia, he superado todos mis episodios de ira durante todos estos años. De verdad. Se lo recomiendo a todo el mundo. Mi mujer fue a un spa recientemente y me dijo que había una «Terapia de Lobezno«. Me dijo: «no la llaman así, pero básicamente tuve que correr hasta la cumbre de una montaña y gritar con todas mis fuerzas». Es una terapia Gestalt. Le dije, «sí, ¡eso es básicamente lo que hago cada dos años!»

¿Pensó en John Cleese en «Fawlty Towers» cuando golpeaba el coche en Logan?

Sí, sí que me vino a la cabeza (risas). Ya habíamos rodado la escena, pero entonces Jim Mangold dijo: «hazlo una vez más y piensa todo lo que ha pasado con Charles y todo lo demás, simplemente ve a por él. Coge esa pala y dale duro a ese maldito coche». Le dije: «¿lo has consultado con los productores?» Y me contestó: «No. Venga, rodamos». Fue absolutamente genial. Lo recomiendo encarecidamente. Esa sí que fue una buena terapia. De hecho, nunca pensé que esa escena fuera a incluirse en la película. Pensé que lo estaba haciendo para mí mismo, y al final salió genial.

¿Le sorprendió el margen que el estudio le dio con el nivel de violencia y acción?

Sí. A Jim y a mí se nos ocurrió la idea cuando hablábamos de «Raíces Profundas», «El luchador» y «Sin Perdón». No nos preocupaba la calificación. Teníamos el presentimiento de que acabaría teniendo la calificación R, pero queríamos hacer una película sobre las ramificaciones de la violencia. Estábamos bastante seguros de que tenía que ser violenta para inquietar al público, pero queríamos hacer una película adulta. Tuve una reunión con los chicos en Fox. De hecho, pedí una reunión exclusivamente para aclararlo, porque necesitaba que ellos supieran que iba completamente en serio. Les dije: «Entiendo perfectamente que digáis que no. Lo pillo. No se trata de mi dinero y es vuestro trabajo y también se trata de una marca que habéis construido durante muchos, muchos años, pero estoy realmente interesado en hacer esta película». Yo esperaba sin ninguna duda una respuesta negativa, pero dijeron que sí inmediatamente. No estoy diciendo que no hubiera unas cuantas peleas a lo largo del camino acerca del título y algunas cosas así, pero su valor fue inmenso. La gente dice que todo sucedió por el éxito de «Deadpool», pero las conversaciones empezaron dos años antes de que se estrenase. Deberían reconocerles su valor. Yo sabía que esta era la película que se merecía el personaje y los fans, y que al público le encantaría.

Y si hubieran dicho que no, ¿habría dicho que no usted también?

Sí. Y se lo dejé bien claro. Yo sabía que era mi última película, pero tan pronto como tuve la idea, llegó una oleada de emoción. Sentí esta adrenalina y no había manera de que pudiera comprometer esa emoción así como así, si no, sabía que iba a vivir con ello el resto de mi vida. Quería hacer una película que cuando mis nietos me preguntaran: «¿Cuál voy a ver, abuelo?», les pudiese decir: «Esta. Esta es la película definitiva».

¿Fue difícil mostrar a un Logan tan mayor y cansado?

Yo quería que fuera así. Las cicatrices eran una idea realmente genial, creo que eran verdaderamente importantes. Es genial. Cuando acaba el día te miras al espejo y estás hecho una mierda. Luego te quitas el maquillaje, se va y ¡vaya, en realidad, no estoy tan mal! (Risas)

¿Qué importancia tiene la familia en esta película?

Jim Mangold me dijo: «Este es un personaje al que le aterroriza la intimidad, así que vamos a rodearlo con la familia». Tuvimos la idea de que Patrick estuviera perdiendo la cabeza y senil. Y estábamos trabajando en ello un año antes de que Jim tuviera la idea de Laura [X-23] y de que aparecieran tres generaciones diferentes. Es una estructura narrativa perfecta en realidad, y fue todo idea de Jim Mangold. Todos tenemos familia y todo el mundo sabe que no hay nada más gratificante, pero también a la vez más frustrante, molesto o inconveniente que una familia. Te ves obligado a relacionarte con personas con las que nunca elegiste relacionarte. La familia puede enfadarte como nadie más puede hacerlo, pero también es en última instancia lo que hace que la vida merezca la pena.

¿Hasta qué punto la historia refleja la situación del mundo hoy en día, por ejemplo, con el muro en México?

La serie de cómics de X-Men siempre ha tratado sobre la tolerancia y la diversidad. Y eso es así desde que en 1963/1964 salió el primer cómic, como una alegoría para el movimiento de Derechos Civiles, Malcolm X sería Magneto y Martin Luther King sería Charles Xavier. Así que siempre tuvo aspiraciones de hablar sobre lo que pasa en el mundo y siempre ha tratado temas relevantes. Siempre estará de actualidad. Creo que hay buenos motivos para pensar que es todavía más relevante ahora. Y, sin embargo, nuestra película no propone preguntas fáciles y ni tampoco ofrece respuestas sencillas. Recuerdo del instituto un poema de Robert Frost que dice: «Las buenas vallas hacen buenos vecinos». Esta es una pregunta ha estado ahí desde hace mucho tiempo. ¿Deberías preocuparte sólo por ti mismo? ¿Es mejor simplemente saludar por encima de la valla o ser más inclusivo? Personalmente, estoy a favor de la inclusión. Me parece interesante. Un signo de crecimiento o de humanidad para mí es alguien que realmente se preocupa por más gente que por sí mismo. Respeto a todos los Nelson Mandelas, a los Dalai Lamas, porque se ocupan de mucha gente. Ellos se preocupan no sólo de su propio país, sino del mundo entero. Eso me parece lo mejor. X-Men siempre ha sido político y relevante a ese nivel.

Como padre, ¿dejaría que sus hijos vieran «Logan»?

Tengo un hijo que casi tiene 17 años. Él puede verla sin problema. Mi hijo de 11 años estaba en el set mientras grabábamos. Y no se trata de la violencia o los insultos. Para ser sincero, a los 11 años probablemente lo han oído y visto ya todo. Cuando hicimos esta película tenía «Sin perdón» en mente todo el rato. Y cuando volví a ver «Logan», en realidad no es tan violenta. Sólo tiene temas para adultos y eso es algo de lo que Jim y yo hablamos. Si íbamos a ser calificados R, queríamos que fuera debido a la madurez de la historia y la temática, no sólo a la violencia gráfica.

Para uste, ¿cuál es la edad aceptable para que un niño vea esta película?

Cuando crecí, mi padre decía: «Si dice que tienes que tener 18 años, son 18. No puedes tener 17 y 300 días». Fue una pesadilla. ¡No vi «La Guerra de las Galaxias»! Yo era el único chico que no la vio porque había que tener 12 años en Australia en ese momento. Y salió cuando tenía 11 años, así que esperé un año para verla. Yo estaba en plan: «Oh, papá, ¡por favor!» Yo creo que depende de la película y de cada niño. No creo que puedas poner una edad definitiva y absoluta para estas cosas.

En una de las escenas, lucha contra un clon, ¿Fue difícil de grabar?

Sí, porque quería determinar un aspecto diferente para ambos personajes. Quería que para el público estuviese claro que uno de ellos era la encarnación de la rabia y la destrucción más puras. Pero fue muy extraño, porque en realidad luché contra mi doble de acción, Dan Stevens, con quien he trabajado durante años, y nunca nos habíamos visto en esa situación. Por lo general, somos o él o yo en la pantalla. Cuando estábamos grabando, alrededor de la tercera toma, accidentalmente le pegué en la mandíbula, y vi una mirada en sus ojos que decía: «¡No me pagan lo suficiente como para golpearme en la cara!» De todos modos, cuatro tomas más tarde, me tocó a mí recibir un puñetazo en la cara (risas). Pero Dan también es australiano, así que pensé:«"¡Ya es suficiente, amigo!». Él dijo: «He esperado mucho tiempo para poder hacer esto» (risas).

¿Puede hablar de la cirugía que tuvo en la nariz?

Carcinoma de células basales, mi sexto hasta ahora. Para cualquiera que haya estado en Australia, es tan común como las pecas. Crecí sin usar protector solar, expuesto al sol y quemándome. Tengo padres ingleses, así que fue un mal cóctel. La piel inglesa no está pensada para estar en Australia sin protección solar. La célula basal es la forma menos peligrosa de cáncer de piel. Nadie ha muerto de ella en la historia del mundo. Es sólo algo que tengo que vigilar y revisar a menudo.

¿Es usted estricto con el uso que sus hijos hacen de las redes sociales?

Sí. Estoy probablemente en el término medio de todos los padres cuando se trata de rigor. Todos cometemos errores como adolescentes y ahora esos errores se quedan registrados, yo les digo constantemente que la privacidad no existe. «Vive tu vida como si la privacidad no existiera». Sócrates dijo hace 2.000 años que nunca debes decir en privado lo que no dirías públicamente. Así que no es un consejo nuevo, pero ahora es aún más peligroso, y, debido a mi posición, el riesgo es aún más elevado. Están en las redes sociales, pero les digo que sólo pueden seguir a las personas que conocen, y sólo las personas que conocemos pueden seguirles. Para llegar a mí, la gente tal vez busque hacer amistad con ellos. También les digo que voy a mirar su teléfono, y a veces lo hago aleatoriamente. Son jóvenes y cometerán errores, pero no quiero que sean de la clase de errores con los que vivan el resto de su vida.

¿Cómo se sientes al pasar de «Logan» a «El Gran Showman»?

Ambas películas son para mí muy personales. Nos llevó siete años conseguir luz verde para «El Gran Showman». No puedo ni contarle cuántos talleres, reuniones, ensayos, grabaciones y sesiones de estudio tuvimos que hacer para conseguirlo. Para mí es un momento muy dulce ser capaz de hacer algo completamente opuesto. Son personajes radicalmente diferentes y me obligan a utilizar todas las habilidades que he aprendido a lo largo de muchos años. Es una película musical, con toda la música original. Antes de «La La Land», no había habido un musical así desde hace 22 años. En realidad, los chicos que ganaron el Oscar con «La La Land», Benj Pasek y Justin Paul, escribieron la música y fueron contratados en nuestra película antes de que alguien supiera quiénes eran. Es bastante gratificante. Me encanta «La La Land» y adoro que el público se abra ahora a los musicales, mucha la gente que jamás habría ido a ver uno está yendo ahora. ¡En «El Gran Showman» contamos la historia como si P.T. Barnum estuviera contando la historia de su vida! Se puede decir incluso que su historia fue el comienzo del sueño americano.

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