Formas de financiar una universidad española que mira al exterior

La población joven en edad universitaria desciende, pero cada vez existe una mayor demanda de educación superior. Demanda a la[…]

La población joven en edad universitaria desciende, pero cada vez existe una mayor demanda de educación superior. Demanda a la que ahora se suma la necesidad de formarse y reciclarse a lo largo de toda la vida, en paralelo a las nuevas tecnologías y el constante desarrollo digital. En un entorno cada vez más complejo, en el que se requieren profesionales altamente cualificados, la crisis ha demostrado que al menos el gasto de las familias en educación sigue siendo prioritario. Pero se trata de inversores cada vez más conscientes, que exigen, especialmente a las universidades privadas, mayor excelencia académica y un intenso proceso de transformación en el ámbito económico.

"Algunas instituciones han comenzado a desarrollar actividades con las que percibir nuevos ingresos: acuerdos con empresas privadas para la cesión de espacios, la implantación de centros de investigación, el desarrollo de cátedras conjuntas o el apoyo, mediante la inversión de fondos, a los proyectos emprendedores de sus alumnos", señala en un estudio reciente Cándido Pérez, socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad de KPMG en España.

El informe "Hacia la universidad privada del siglo XXI" ?puntualiza el experto? engloba dentro del concepto de universidad privada a aquellas cuyo titular es una institución, entidad o persona de carácter privado, aunque parte de su financiación pueda proceder de conciertos o de otra clase de fondos públicos, así como a las universidades de la Iglesia Católica".

Para algunos representantes de estos centros ?rectores?, cuya opinión se recoge en el informe, la colaboración de la administración pública sería una solución alternativa. "Por ejemplo a través de un sistema de bonos que los estudiantes recibirían a partir del coste medio por alumno, y que podrían usar tanto en instituciones públicas como privadas", subraya Pérez. "Sería una forma de "diversificar y complementar el sistema actual de financiación de las universidades privadas en España, que sostienen las cuotas que pagan alumnos y familias", continúa.

El alumno podría usar a su elección sin distinción entre universidades públicas y privadas estos bonos. "El sistema se completaría con una red de becas o préstamos para aquellos jóvenes que careciesen de recursos para completar su formación. De esta forma, según los defensores de esta postura, se conseguirían los objetivos de igualdad social y se incentivaría la competencia entre centros", expone.

Colaboración con la empresa

La consultora apunta también como posibles fuentes de financiación adicionales la colaboración con empresas privadas, el aprovechamiento de la generación de conocimiento (I D i), el apoyo al emprendimiento, las actividades financieras y de tesorería o las donaciones filantrópicas, como ocurre en Estados Unidos.

La captación de alumnos internacionales es otra vía a explotar tanto para las universidades públicas como para las privadas. ¿Pero debería abordarse como una estrategia conjunta de instituciones y gobierno?

"Por supuesto que sí ?enfatiza el experto?. En un contexto en el que, por cuestiones demográficas, la población joven está disminuyendo en España, el interés de la sociedad española debería ser retener el talento de nuestro país y atraer el talento internacional. Gobierno y universidades deberían trabajar para formar lo mejor posible a los jóvenes españoles y para atraer un talento internacional que permita hacer más sostenibles las universidades y más competitivas las empresas. Para ello, tanto la sociedad como el tejido empresarial español deben ser atractivos para estos jóvenes y ofrecerles oportunidades de empleo de alto valor añadido".

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