Felipe VI, dos años de intenso reinado

En los dos años que han transcurrido desde el relevo en la Corona, Don Felipe ha ejercido casi todas las[…]

En los dos años que han transcurrido desde el relevo en la Corona, Don Felipe ha ejercido casi todas las funciones -más de una veintena- que la Constitución atribuye al Rey. En realidad, Don Felipe sólo ha dejado tres artículos sin aplicar, que son los que le otorgan la responsabilidad de convocar referéndum, de declarar la guerra y de nombrar al nuevo presidente del Gobierno, aunque esta última función la intentó ejercer, y lo deseable es que pueda hacerla efectiva en los próximos meses, tras las elecciones generales del 26 de junio.

«Comienza el reinado de un Rey constitucional», anunció Don Felipe hoy hace dos años ante las Cortes, probablemente intuyendo que el «tiempo nuevo» requeriría un uso intensivo de la Constitución. Tan intenso que incluso al nuevo Rey le ha tocado estrenar dos artículos de la Carta Magna que no se habían aplicado en los 37 años que lleva el texto en vigor.

El primero ha sido el artículo 99.4, según el cual, el Rey debe hacer «sucesivas propuestas» cuando el primer candidato que proponga a presidente del Gobierno no sea investido -algo que no había ocurrido hasta ahora-. Y eso es lo que hizo Don Felipe cuando su primer candidato, Mariano Rajoy, declinó el ofrecimiento y propuso a Pedro Sánchez, que no logró suficientes apoyos.

Disolver las Cortes

El segundo artículo que ha estrenado Don Felipe es el 99.5, que obliga al Rey a disolver las Cortes y convocar elecciones, si ningún candidato obtiene la confianza del Congreso transcurridos dos meses desde la primera votación de investidura fallida, que es lo que sucedió tras las elecciones del 20 de diciembre.

Además de estos dos cometidos, Don Felipe ha ejercido casi todas las demás funciones que le atribuye la Carta Magna: el Rey ha sido informado periódicamente de los asuntos de Estado por el presidente del Gobierno y los ministros, ha moderado y arbitrado el funcionamiento regular de las instituciones, ha sancionado y promulgado leyes, ha expedido los decretos acordados en el Consejo de Ministros, ha conferido empleos civiles y militares y ha concedido honores y distinciones.

Por la vía extraordinaria

Las circunstancias políticas también han llevado al Rey a ejercer algunas de sus funciones constitucionales con mayor frecuencia de lo que sería habitual. De hecho, en dos años de reinado ha tenido que disolver las Cortes y convocar elecciones en dos ocasiones. La primera vez lo hizo por la vía ordinaria, cuando se convocaron los comicios del 20 de diciembre a petición del presidente del Gobierno, y la segunda vez fue por la vía extraordinaria, al transcurrir los dos meses desde la investidura fallida.

Otras funciones, como presidir el Consejo de Ministros, las ha ejercido de forma excepcional. De hecho, Don Felipe lo hizo por primera y única vez el 18 de julio de 2014 en una reunión celebrada en La Zarzuela.

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Igualmente corresponde al Rey «nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su presidente». En lo que lleva de reinado, el Rey ha ratificado el cese de algunos ministros, a propuesta de Mariano Rajoy, como fue el caso de Alberto Ruiz-Gallardón, José Ignacio Wert, Miguel Arias Cañete, Ana Mato y José Manuel Soria. Y, en su caso, ha nombrado a sus sustitutos, como fueron Rafael Catalá, Íñigo Méndez de Vigo, Isabel García Tejerina y Alfonso Alonso. Además, tras la convocatoria de elecciones, Don Felipe sancionó el cese del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el de sus trece ministros, que siguen en funciones hasta que tome posesión el nuevo Ejecutivo.

Presidentes autonómicos

Estos no son los únicos cargos cuyo nombramiento corresponde firmar al Rey. Según el artículo 152.1 de la Constitución, el Monarca también debe firmar el nombramiento de los presidentes de las Comunidades autónomas, como hizo Don Felipe con los de la andaluza Susana Díaz o el catalán Carles Puigdemont, entre otros.

El Rey también ha desempañado la función de «guarda constitucional», implícita en el juramento de su proclamación

Igualmente, el Rey debe firmar los nombramientos del poder judicial, y en estos dos años de reinado Don Felipe ha rubricado el de la Fiscal General del Estado y los de varios miembros del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional.

El Monarca también ha hecho uso de la mayoría de las funciones que le atribuye la Constitución en el terreno internacional. Don Felipe ha ejercido la más alta representación del Estado en los 21 viajes oficiales realizados al exterior desde su proclamación y cuando ha comparecido ante determinadas instancias internacionales, como hizo ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Además, ha acreditado a los embajadores de España en el exterior y ha recibido las cartas credenciales de un buen número de representantes extranjeros desplazados a nuestro país. Igualmente, ha manifestado el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medio de tratados o convenios.

Fuerzas Armadas

Otra de las funciones que la Constitución atribuye al Monarca es el mando supremo de las Fuerzas Armadas, algo que Don Felipe hizo visible desde el primer momento. La misma mañana de su proclamación como Rey, Don Juan Carlos le impuso el fajín rojo de capitán general en una ceremonia celebrada en el Palacio de La Zarzuela que simbolizó el traspaso del mando.

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Según la Constitución también corresponde al Rey «ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley». Don Felipe puede sugerir un indulto, pero debe ser el ministro de Justicia quien lo proponga al Consejo de Ministros y éste deberá deliberar sobre la petición. Por lo tanto, el margen de actuación del Rey es reducido. El Gobierno concedió 74 indultos en 2015 y catorce en lo que va de año, incluidos los trece del Jueves Santo a petición de las cofradías. Todos ellos van sancionados por Don Felipe. Consultado por ABC, el Palacio de La Zarzuela no supo indicar si el Rey ha ejercido en alguna ocasión el derecho de gracia, o si ha sancionado estos reales decretos por mandato constitucional.

El Rey, el día de la proclamación
El Rey, el día de la proclamación- ÁNGEL NAVARRETE

Asimismo, la Constitución atribuye al Rey el alto patronazgo de las Reales Academias, unas instituciones que fueron creadas por los primeros Reyes de la dinastía Borbón. Don Felipe desempeña esta función de forma habitual, al acudir a la apertura del año académico, asistir ocasionalmente a sus actos y reuniones, y utilizarlas como órganos de consulta.

Curiosamente, la Constitución no reúne todas las funciones asignadas al Rey en un solo epígrafe. Aunque la mayoría de sus cometidos se enumeran en los artículos 62 y 63, hay otras atribuciones repartidas por la Carta Magna o, incluso, implícitas, como recuerda el letrado de las Cortes Generales José Fernando Merino Merchán.

Entre éstas, está la de «guarda constitucional», contenida en el juramento que Don Felipe prestó en el momento de su proclamación como Rey: «Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes...». También esta función la ha ejercido el Rey de forma reiterada. Probablemente, su intervención más clara en este sentido tuvo lugar el 12 de noviembre pasado, al día siguiente de que el Tribunal Constitucional suspendiera la declaración independentista aprobada por el Parlamento catalán. «La Constitución prevalecerá; que nadie lo dude», advirtió el Monarca.

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