El Niño, el rey de las planeadoras de hachís, ingresa en prisión en Sevilla

Iván Odero, el conocido como rey de las planeadoras de hachís, ha vuelto a la cárcel. El narco sanluqueño que[…]

Iván Odero, el conocido como rey de las planeadoras de hachís, ha vuelto a la cárcel. El narco sanluqueño que inspiró la historia de la exitosa película de Daniel Monzón, 'El Niño', ha entrado en Sevilla I después de que la noche del pasado viernes fuera interceptado en un control rutinario de la Guardia Civil en las proximidades del municipio sevillano de Coria. Iván Odero estaba en busca y captura desde que en septiembre el Tribunal Supremo ratificó la condena de siete años de cárcel que le impuso la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz por narcotráfico.

Agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Comandancia de Sevilla le daban el alto la noche del viernes en la carretera A-8053 a un BMW 320E . En él viajaban tres personas. Tras pedirles su identificación comprobaron que uno de ellos era Iván Odero, sobre quien pesaba una orden de busca y captura en la base de datos policial por una condena pendiente al no haber ingresado en prisión tras un requerimiento judicial. Tras detenerlo, sin que ofreciera ninguna resistencia, fue llevado al puesto de la Puebla del Río donde pasó la noche en los calabozos. Ya el sábado fue puesto a disposición del juez de guardia quien decretó su ingreso en la cárcel, por lo que fue trasladado a la prisión de Sevilla I, donde permanece.

El sanluqueño está procesado por liderar una banda que intentó introducir casi tres toneladas de droga

El Supremo confirmó en septiembre la condena de siete años de prisión para El Niño por considerar probado que era el líder de una de las bandas de narcotraficantes más activas que se recuerdan en los últimos tiempos, experta en introducir por vía marítima importantes alijos de hachís desde Marruecos.

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El Alto Tribunal también confirmó la pena para el hermano mayor de Odero, David, y para su ?mano derecha?, David Rodríguez. Además, mantuvo las penas impuestas para el resto de miembros de la organización por un delito contra la salud pública que abarcan desde los seis a los dos años. Sólo estableció una pequeña rebaja para uno de los procesados, padre del socio y lugarteniente de Odero, quien, aunque no formaba parte directa de la organización, sí permitía que escondieran droga y numerosos bienes en su casa.

Aunque cabe presentar recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, esta medida legal no suspende la ejecución de la pena. Iván Odero se encontraba en libertad desde que en julio del año pasado la Audiencia consideró que no había riesgo de fuga en contra del criterio de la fiscal antidroga, quien recurrió la decisión sin éxito.

Segunda vez entre rejas

Esta será su segunda vez entre rejas. Ya estuvo tres años y nueve meses por alijar 3,6 toneladas de hachís por la desembocadura del Guadalquivir. Lo hizo en junio de 2011, cuando acababa de salir en prisión provisional, justo por la operación que ahora le ha vuelto a encerrar.

La operación que ha llevado de nuevo a Odero a prisión se realizó en el verano de 2009. En junio, un centenar de agentes de la Guardia Civil asaltó Sanlúcar. Blindaron por completo la ciudad para detenerlos. Tenían pruebas suficientes de que los sospechosos formaban parte de una banda dedicada al narcotráfico. Una de esas evidencias, que entonces estaban pendientes de demostrar, puso nombre al operativo: ?Q7?. Así la llamaron. A los investigadores no les cuadraba que esos jóvenes, parados en su mayoría o sin oficio reconocido, pudieran tener toda una colección de estos coches de alta gama. Para los agentes, Iván Odero se había convertido en el perfecto relevo de las ?estrellas? de la autopista de la droga del Guadalquivir. De los trece procesados, sólo cuatro fueron absueltos, entre ellos la que era pareja sentimental del ?Niño? en aquel momento. Ya separados, esta joven negó saber a qué se dedicaba su entonces novio.

Cada uno su papel

La sentencia del Alto Tribunal vuelve a recoger por tanto como hechos probados que a principios de 2009 Odero y seis personas más formaban parte de una banda organizada para introducir «grandes cantidades de hachís procedente de Marruecos por la zona de Sanlúcar para su posterior distribución entre terceras personas». Para hacer estas operaciones de tráfico de droga utilizaban embarcaciones neumáticas «a las que dotaban de potentes motores». Así, una vez que habían cargado la partida en el continente africano, la traían hasta España y la ocultaban «en un lugar seguro» hasta su posterior distribución.

Según establece la resolución judicial, en la banda estaban claros los papeles que desempañaba cada uno de ellos. Al frente estaban ?El Niño? y David Rodríguez, aunque era el primero quien se encargaba de preparar los viajes y pilotar las lanchas. Tras ellos, David Odero, que llevaba a su hermano a los alijos y lo sacaba de ellos. Y en un escalón inferior, el resto de implicados, que ejecutaban labores de punto de vigilancia (en costa, e incluso aprovechando su trabajo de camarero en un restaurante de Bajo de Guía). También ejercían de pilotos para el transporte de la mercancía. Para tratar de aparentar una actividad laboral que justificara sus ingresos, los hermanos Odero fueron contratados por un empresario de la construcción que también ha sido sentenciado como colaborador. Este constructor fue quien ejecutó la obra del ostentoso chalé que levantó el rey de las planeadoras en Sanlúcar.

El 23 de mayo de 2009 se intervinieron en la zona conocida como la Bomba del Quini de Isla Mayor (Sevilla) 90 fardos de hachís con un peso de 2,8 toneladas y valor en el mercado de casi 4 millones de euros, cuyo transporte fue realizado por la organización liderada por Odero. Aunque en un primer momento lograron huir, la investigación del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Comandancia de Cádiz logró resolver el caso y desarticular la banda.

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