El Gobierno accede a que las pensiones más bajas se revaloricen siempre según el IPC
El Pacto de Toledo ultima un acuerdo en el que todas las prestaciones mantendrían el poder adquisitivo en los tiempos de bonanza
El enfado de los pensionistas por la pérdida de poder adquisitivo con el nuevo índice de revalorización de las pensiones continúa dando frutos y está consiguiendo traspasar líneas rojas que hasta ahora parecían infranqueables. Su reivindicación es clara: mantener el poder de compra de los mayores, que han visto cómo en los dos últimos años sus bolsillos se resienten como consecuencia de una revalorización de apenas el 0,25% -la misma que los últimos cinco años- y, por tanto, inferior a la evolución de los precios.
Si hace apenas dos semanas el Gobierno accedía a subir con carácter general las pensiones un 1,6% tanto para este año como para 2019 -y, por tanto, conforme a la inflación-, ahora da un paso más y se muestra dispuesto a firmar un acuerdo por el que todas las prestaciones se revaloricen en sintonía con el IPC en los momentos de bonanza económica y, en época de recesión, se garantice al menos el mantenimiento del poder adquisitivo para las prestaciones más bajas.
Ésta es la propuesta que se discute ahora en el seno del Pacto de Toledo y a la que el PP ha dado ahora el visto bueno. Se trata de una iniciativa presentada por el portavoz del PDeCAT en esta comisión, Carles Campuzano, después de que el resto de formaciones le encargaran la tarea de presentar una nuevo mecanismo de revalorización de las pensiones al tratarse de uno de los más veteranos en estos asuntos, tal y como confirma el diputado catalán a este periódico.
«Esta propuesta, que discutimos hace un par de semanas, suscita amplios acuerdos y discrepancias en algún punto», admite Campuzano, que apunta que, además de la aprobación del PP, cuenta con el consenso de Ciudadanos y PNV.
En lo que sí parecen estar de acuerdo todos los partidos es en la necesidad de crear un nuevo mecanismo de revalorización de las pensiones que tenga como objetivo principal garantizar el poder adquisitivo de los mayores, por lo que se articularía fundamentalmente en función de los precios al consumo. Sin embargo, según esta iniciativa presentada por el PDeCAT, el nuevo índice se vincularía también a los ciclos económicos, de forma que cuando la economía esté fuerte se pueda beneficiar a todos los pensionistas con incrementos superiores y, en época de recesión, se proteja a las rentas más modestas con alzas en la línea del IPC, pero esta subida sería menor para las más altas.
La cuestión es -según apunta Campuzano- cómo se objetiva la evolución del ciclo económico. En este sentido, el diputado catalán estima que se puede vincular con la evolución del PIB, los salarios y las cotizaciones, aunque «siempre manteniendo el IPC como el elemento medular». «Es un cambio sustancial respecto a a reforma del 13 y el PP está de acuerdo», asegura Campuzano, que hace hincapié en que, según esta fórmula, las pensiones se revalorizarían ahora para todos como mínimo según el IPC, puesto que la economía crece, aunque admite que cuando la situación financiera vaya mal, habría incrementos para todos, pero seguramente inferior a los precios para las prestaciones más altas.
Y es en este punto, en el hecho de no garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo a todos los pensionistas cuando la economía no marche bien, en el que no están de acuerdo PSOE y Podemos.
El PSOE, en contra
«No estamos dispuestos a incluir otros parámetros de revalorización diferentes al IPC en el seno del Pacto de Toledo», avisa la portavoz socialista en esta comisión, Mercè Perea, aunque sí deja abierta la puerta a que en la mesa del diálogo social se incluyan otros factores, es decir, que sea el Gobierno, junto con los sindicatos y la patronal, los que alcancen un acuerdo para incluir elementos como la marcha de la economía, la productividad, los salarios... en el nuevo índice.
«Los ciudadanos debes tener confianza, estar tranquilos, y en este aspecto el IPC es el más transparente y el que entiende todo el mundo», defiende Perea, que se niega a distinguir entre los pensionistas que más cobran y los que menos, porque para eso, para distribuir la riqueza, ya está el impuesto de la renta. «No voy a criminalizar a nadie. Para todos igual y punto», defiende la diputada del PSOE, aunque sí estaría dispuesta a que se incrementen más las pensiones mínimas.
¿Pacto antes de verano?
Otra cuestión de debate sería: ¿cuáles son las pensiones más bajas que se blindarían a los vaivenes del ciclo económico? Esto, en principio, también se dejaría en manos de los agentes sociales. Pero, a modo de apunte, el Gobierno, en el anteproyecto de Presupuestos, estima en 2,4 millones los beneficiarios de pensiones mínimas, así como otros 450.000 los receptores de pensiones no contributivas (las menos cuantiosas). Para esos casi tres millones de pensionistas la revalorización será mayor que para el resto: un 3%.
Pese a la oposición del PSOE y Podemos, todas las formaciones se muestran optimistas de cara a lograr un acuerdo en el Pacto de Toledo y confían en que pueda ser incluso antes del verano. De hecho, el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, pronosticó este martes que habrá «noticias y decisiones importantes» esta misma semana.