El camino más fácil no suele ser el más adecuado

Unit-linked, fondos de inversión, bonos estructurados, PIAS, PPA's y... depósitos. Las opciones de ahorro e inversión para los clientes particulares[…]

Unit-linked, fondos de inversión, bonos estructurados, PIAS, PPA's y... depósitos. Las opciones de ahorro e inversión para los clientes particulares se multiplican en un mercado financiero como el español, cada vez más profesional y complejo. Sin embargo, en términos de inversiones financieras los españoles seguimos optando preferentemente por los depósitos pese a que la rentabilidad media no llega al 0,1 por ciento. Cerca del 40 por ciento de los activos financieros de las familias han estado o están invertidos en depósitos o cuentas corrientes a la vista, ¿por qué? 

La razón, desde mi punto de vista, no puede ser económica ni financiera ya que con un entorno de tipos de interés prácticamente en cero no existen razones por las que seguir optando por depósitos a la vista como primera opción de inversión, muy por delante de las demás. Entonces, ¿cuál puede ser el obstáculo? En mi opinión la raíz del problema radica en dos 'des'... En la desconfianza y el desconocimiento. Es decir, desconfianza en lo desconocido.

A la vez, los españoles aún ahorramos en productos poco líquidos como la vivienda. En este tema, lideramos Europa. Y es sintomático, incluso digno de estudio sociológico, a pesar de haber vivido el intenso fenómeno de la burbuja inmobiliaria en España. En 2007 presenciamos un pinchazo, un desinfle del valor de los activos inmobiliarios, que llegó en España hasta el 45 por ciento en el momento más bajo del mercado en 2013. Es decir, nuestra riqueza como propietarios de pisos o viviendas descendía automáticamente sin capacidad para hacer prácticamente nada. Ahora, una década después, la memoria colectiva flaquea y no hemos cambiado de comportamientos. Es decir, seguimos pensando que tener nuestro patrimonio debajo de un ladrillo o en el ladrillo, es lo mejor y, el resto, en depósitos bancarios.

Se da la circunstancia, además, de que en 2017, según el INE, los hogares españoles registraron una tasa de ahorro del 5,7 por ciento de su renta disponible, dos puntos menos que el año anterior. Es el peor dato desde 1999 cuando el instituto de estadística comenzó estos estudios y está muy por debajo de los niveles de la crisis, que superó el 12 por ciento en 2009. La explicación se centra en el incremento del consumo final que creció un 4,2 por ciento hasta situarse en 671.738 millones.

Según la RAE, ahorrar es «reservar parte de los ingresos ordinarios», algo que nos permiten los depósitos, sin duda, pero «rentar», también según el diccionario, es «producir o rendir beneficio» algo que, a día de hoy, es discutible. Y aquí es donde entra en juego lo que considero como segunda parte del problema: el desconocimiento.  Un ejemplo. Hagan la prueba y comenten en su entorno que van a invertir, a ahorrar, en un unit-linked. Verán caras de asombro y  comentarios del tipo  «uy, uy, ¿te lo has pensado?». Pues un unit-linked es hoy una de las  fórmulas de ahorro e inversión de las que obtener rentabilidad a la vez que permite planificar aspectos a largo plazo. Es un instrumento que se formaliza en un seguro de vida en el que el cliente/tomador paga una cantidad (prima) periódica que se invierte en una o varias opciones de inversión para obtener una rentabilidad en el vencimiento o rescate. Además, es una fórmula muy eficiente que ayuda a planificar apropiadamente las herencias, porque este instrumento queda fuera de la masa hereditaria y del propio testamento, de tal forma que, en caso de fallecimiento del asegurado, se cobra de forma inmediata por las personas expresamente designadas como beneficiarios pudiendo ser incluso distintos a los definidos en la legítima y sin necesidad de esperar a la aceptación de la herencia. 

Hoy en día el mercado español ofrece una gran gama de unit-linked, algunos de ellos con una amplia protección, otros no. Por eso, y porque la confianza/desconfianza es vital, contar con un buen asesoramiento marca la diferencia. La fórmula perfecta, el secreto milagroso no existe, pero recuerden que el camino más fácil (el del ladrillo más el depósito) no siempre es el más adecuado. Al menos, diversifique.

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