Dos visiones muy diferentes de la situación de los mercados

Los inversores están nerviosos, muy nerviosos. Pero no solamente por el rápido y contundente desplome de los mercados en este[…]

Los inversores están nerviosos, muy nerviosos. Pero no solamente por el rápido y contundente desplome de los mercados en este mes de enero que parece no tener fin, sino también por la visión tan radicalmente opuesta sobre lo que está sucediendo que tienen los expertos. El primero en romper el fuego fue el multimillonario estadounidense George Soros, que alertó sobre las similitudes que el entorno actual tiene con la crisis global de 2008. Y unos días después, fue el Royal Bank of Scotland el encargado de rematar la faena. Sorprende que en una nota enviada a sus clientes -que siempre se suelen caracterizar por una notable prudencia en su contenido- el banco aconsejara «vender todo, salvo la deuda de alta calidad», ante el «cataclismo en las bolsas» que se producirá este año, con caídas del 20 por ciento en los principales índices mundiales. La entidad insistió a sus clientes en que se olvidaran ya de buscar algo de rentabilidad este ejercicio.

Tampoco se quedó atras Société Générale y su estratega Albert Edwards, que habló de la «carnicería» que se avecina en la Bolsa y de la posible caída ¡de un 75 por ciento! que le espera al S&P estadounidense. 

En el otro lado, también son numerosos los analistas que, en este caso, no ven excesivos motivos para preocuparse. Ya lo ha dicho en estas mismas páginas Jaume Puig, de GVC Gaesco, que las caídas bursátiles estaban provocadas más por ruidos que por causas reales y por eso estaba incrementando su exposición a la bolsa. También Abante, por ejemplo, está aprovechando los recortes para comprar.

Y en medio los inversores, que ante dos visiones tan radicalmente distintas, tan opuestas, no saben qué hacer, si vender todo y olvidarse de la bolsa hasta que se aclare un poco el panorama, o bien no tener demasiado en cuenta las opiniones de los analistas más pesimistas, cuyos mensajes apocalípticos se repiten cuando los mercados caen, y tomar posiciones en valores que pueden liderar el rebote.

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Un término medio es, posiblemente, lo más aconsejable. La cautela se impone en un año que no va a ser nada fácil de gestionar y, sobre todo, de conseguir rentabilidad. Por eso, hay que estar ahora en puerto seguro, pero muy pendientes de que el temporal amaine para volver al mar. No queda otra.

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