Colaboración ciudadana: Ese policía que todos llevamos dentro...

Un mail anónimo recibido en 2013 que ponía sobre la pista de una web de venta de droga condujo el[…]

Un mail anónimo recibido en 2013 que ponía sobre la pista de una web de venta de droga condujo el pasado marzo a la Policía a la incautación de 410 kilos de cocaína en un barco que se desvió a Arabia Saudí, aunque su destino era Torrevieja. Entre medias cayó una red internacional de cibernarcos y se practicaron 21 detenciones. Otro aviso, esta vez telefónico, de un supuesto cliente de clubes de alterne que observó «movimientos extraños» en un polígono de Madrid desembocó en la desarticulación de una organización de explotación sexual gestionada por mujeres nigerianas que obligaban a prostituirse a compatriotas suyas, traídas a España con el enganche del vudú. Se practicaron 24 arrestos y se liberó a 21 víctimas, una de ellas menor de edad.

Estas son solo dos de las operaciones más recientes, y también más destacadas, de las cientos que la Policía resuelve cada año gracias a la colaboración ciudadana, una fórmula distinta a la de las denuncias convencionales en las comisarías, a través de la que la población se ha convertido en partícipe y vigilante de su propia seguridad, y que se ha demostrado de máxima eficacia. Y de máximo éxito.

No en vano, solo a través de las vías de comunicación abiertas por el Cuerpo como institución ?formularios en la web www.policia.es, el perfil facebook.com/policianacional y la cuenta de twiter @policia? se registran cada año unos 25.000 mensajes, muchos consultas, pero también numerosas informaciones valiosas que apuntan a delitos. A ellas cabe sumar las que llegan directamente a los buzones virtuales habilitados por las diferentes unidades para casos específicos de drogas, trata, pornografía infantil, delitos en Internet, violencia familiar y contra la mujer y, en otro ámbito, localización de fugitivos, acoso escolar o protección de los mayores.

Siempre a mano

La responsable de Redes Sociales del CNP, Carolina González, atribuye la gran aceptación de estas iniciativas policiales a la «proximidad» de los canales, permanentemente a mano a través del móvil. También a la garantía de confidencialidad que se ofrece al informante, cuya identidad muchas veces desconoce la propia Policía.

Dicho de otro modo: impera la convicción ?como explica el inspector jefe José Nieto, de la Comisaría General de Extranjería? de que si no existieran este tipo de puertas, «hay quien jamás iría a denunciar» ni se habría atrevido a contar percepciones, detalles, rumores, luego transformados en hechos contra la delincuencia. Y de paso, a nadie se le oculta que la posibilidad de este intercambio estimula al héroe? o en palabras de un experto en Seguridad? al «pequeño policía que todos llevamos dentro».

De lo que llega de la calle, nada se pasa por alto. «Todos los datos que se reciben se analizan, se estudian», certifica Óscar Sánchez, inspector jefe al frente del Grupo de Drogas por Internet, primer área que incorporó un mail de participación en el año 2012 y que desde entonces ha registrado 47.500 alertas ciudadanas.

Un 35 o 40% de ellas se descarta en una primera fase por motivos diversos que van, como ocurre en todas las unidades especializadas, desde la detección de falsedades evidentes ?ejemplo, bandas rivales o vecinos que se denuncian de forma sistemática entre sí? a la simple falta de informaciones imprescindibles que permitan avanzar. «Nos llegan mensajes del tipo "hay alguien vendiendo droga en mi barrio con un coche rojo"..., pero no nos dicen en qué ciudad», ilustra el inspector jefe. Las estadísticas del Ministerio del Interior indican que, hoy por hoy, la ayuda ciudadana ha llevado ya a poner en marcha decenas de investigaciones en las que se han atrapado 850 narcotraficantes.

Publicidad

Apariencia y realidad

Distinto es en este sentido el escenario de la sección operativa contra la Explotación Sexual Infantil en Internet, donde en 2.015 se registraron 4.708 avisos pero ?amén de los contenidos que se transfirieran a Interpol? dieron lugar en España a la apertura de solo diez expedientes de investigación, «afortunadamente». Así lo apostilla el inspector jefe Luis García, responsable de esta unidad, que resalta que «la mayoría» de lo que la gente común delata como pornografía infantil «no lo es», sino que se trata de fotografías «de chicas de apariencia muy joven» que se prestan a confusión, pero que tienen más de 18 años. Con todo, la ayuda de la gente ha permitido acciones de inmensa relevancia en este ámbito:en 2013, múltiples avisos ?por mail, twitter, aunque también denuncias tradicionales en comisaría? condujeron al análisis de 31.000 conexiones en la red «emule» que descubrieron material pederasta con niños de 0 a 8 años y propiciaron 41 detenciones por todo el país.

En 2014 también se descubrió y arrestó en Madrid a un adulto que ofrecía pagar 300 euros a una niña menor y sus amigas a cambio de sexo, lo que se logró a partir de un único correo electrónico de un informante anónimo que no volvió a interactuar con la Policía. Es una tesitura frecuente, puesto que facilitar o no un contacto es voluntario. Hay quien incluso crea cuentas de email a propósito para este fin y jamás vuelve a utilizarlas.

El S.O.S. de la víctima

Ese deseo de quedar al margen de la investigación se extrema en los casos relativos a violencia intrafamiliar ?a menudo puestos en conocimiento de la Policía por vecinos o amigos próximos? o en los de explotación sexual, en los que no es extraño que la voz de alarma, como se ha expuesto al comienzo, la den clientes de prostíbulos. O las propias víctimas. Lo cuenta el inspector jefe Nieto, que manda eresponsable de Inteligencia de la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal (Ucrif), en la que, aparte del mail, funciona un teléfono 900 ?gratuito y que no deja rastro en la factura?, atendidos ambos 24 horas todos los días del año por los mismos agentes que luchan en las calles contra la trata de seres humanos, lo que implica un esfuerzo y un aprovechamiento de recursos humanos extraordinario.

En algo más de tres años han evaluado 5.538 «soplos» ciudadanos, de los que han catalogado 1.422 ?un 25 por 100? como «operativos», esto es, que han dado lugar a gestiones.

No hay pérdida de tiempo. Una de las claves en materia de trata de seres humanos es la inmediatez de actuación. Paradigmática en ese sentido es la operación de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) ?última en incorporar el pasado junio un correo, atencionfamiliaymujer@policia.es? que en menos de 48 horas rescató a las afueras de Madrid a un joven que logró remitirles un mail pidiendo auxilio ante el secuestro al que le llevaba sometiendo su propio padre hacía dos años. A pesar de su breve experiencia con estos canales, la UFAM, como indica su portavoz, Beatriz Potes, también ha evitado un suicido en Gijón.

En los avisos que exceden a la demarcación de la Policía, es frecuente la cooperación con Guardia Civil y los Cuerpos autonómicos, así como Interpol y las policías de otros países en las investigaciones internacionales.

Más información

En portada

Noticias de