Bitcoin, o la dependencia del caos para conseguir brillar en el mercado

La ya manida revolución digital ha demostrado tener dos caras. Hay una vertiente tangible, reflejada en cifras, que señala que[…]

La ya manida revolución digital ha demostrado tener dos caras. Hay una vertiente tangible, reflejada en cifras, que señala que el comercio electrónico crece año a año un 20% en España o que dieciséis bancos son capaces de unirse para crear una aplicación dedicada al pago móvil. Sin embargo, los mismos avances tecnológicos cuentan con un lado más difuso, compuesto por proyectos que prometían modificar la vida de los ciudadanos y acabaron siendo olvidados. Entre el éxito y el fracaso, proyectos como el bitcoin todavía caen de canto.

La criptomoneda más utilizada del mundo ha dado, en los últimos meses, un paso adelante y dos atrás. Bitcoin comenzó 2017 manteniendo el buen ritmo del año pasado (en el que se revalorizó un 125%) y superando los 1.100 dólares, máximos desde 2013. Algunos analistas no tardaron en señalar que la moneda virtual creada por el anónimo Satoshi Nakamoto (pseudónimo del empresario australiano Craig Wright, según él mismo) sustituiría al oro como valor refugio. Y cuando el champagne estaba a punto de correr, China aguó la fiesta.

El gigante asiático ha propinado dos grandes golpes al bitcoin en las últimas semanas. Inicialmente recomendó cautela en las operaciones con esta divisa, una simple advertencia que provocó caídas del 20%. Esta semana hizo explícitas sus sospechas convirtiendo sus consejos en advertencia: investigará las transacciones de bitcoin realizadas en el país en busca de delitos. La criptomoneda, tras este anuncio, cayó por debajo de los 800 dólares.

«China es muy relevante. El 95% de la minería de la moneda, la parte más tecnológica, se produce en este país -explica Víctor Escudero, consultor informático y experto en la divisa virtual- el gigante asiático está vendiendo la deuda estadounidense que poseía. El oro y el bitcoin se han convertido en alternativas interesantes». La repuesta del banco central chino a esta evolución de la inversión ha sido endurecer los controles sobre el bitcoin, lo que a su vez ha disparado la volatilidad de la divisa.

El encontronazo con China demuestra que, hoy por hoy, la moneda virtual está en unas pocas manos y muestra resistencia a abrirse al público general. Es difícil que esto cambie.

Las bases de la red Bitcoin sostienen que «el número de bitcoins creados cada año se reduce a la mitad de forma automática a lo largo del tiempo hasta que la emisión se detenga por completo al llegar a los 21 millones». Las transacciones entre monederos también están limitadas. Según Antonio Luis García Navarro, de Bitcoin España, este es el principal inconveniente de la divisa: «Bitcoin solo permite siete operaciones por segundo. Una compañía como Visa realiza 10.000 en este periodo».

Solo los usuarios de la criptomoneda están autorizados a realizar estos cambios. Ningún banco central puede modificar estas normas. La regulación de las divisas digitales se mantiene como un debate abierto en el que Europa intenta jugar un papel destacado... por el momento sin resultados. El BCE recomendó en 2014 la regulación de estas monedas, a las que acusó de falta de transparencia. Un año después, la Comisión Europea aprobó una propuesta de Directiva para reforzar las normas contra el blanqueo de capitales que afectaba directamente a las criptomonedas. Pero todas estas propuestas se perciben aún lejanas.

Publicidad
Publicidad

Escudero opina que «la regulación solo serviría para extender el monopolio de los bancos centrales, no para defender al usuario». Javier Ibáñez, profesor de la Universidad Pontificia Comillas (ICADE), considera en cambio que la regulación es «deseable» y «sin respaldo de los bancos centrales no es fácil lograr una circulación comparable a la de las monedas físicas».

Un puntal tecnológico

En este entorno incierto, la divisa se resiste a quedar relegada. Bitcoin sigue siendo un valor al alza entre el caos, como se comprobó durante el Brexit o las elecciones de Estados Unidos. En la actualidad cotiza al alza en la citada China o Venezuela. En España, según Ibáñez, cuenta con «una aceptación creciente en el mercado, pues cada vez es más conocida». Además, la moneda mantiene su punto fuerte: una tecnología disruptiva.

El «Blockchain», o cadena de bloques, que respalda al bitcoin, sigue dando pasos y todos son adelante. «La moneda tiene una base de datos distribuida muy eficiente que se puede utilizar en activos financieros, notaría digital o cientos de aplicaciones. En 2017 cuando despuntará definitivamente», sostiene Escudero. «Muchas profesiones están estudiando incorporar mecanismos de registro distribuido en la operatoria diaria», añade Ibáñez.

Publicidad

Quizás el problema sea de concepto y la revolución venga de la mano de la estructura que sostiene la divisa. «A día de hoy, el bitcoin sigue siendo todavía un experimento», concluye García Navarro.

Más información

En portada

Noticias de