Aumenta la tensión en Ucrania

Durante la última semana, la ya tensa situación en Ucrania se ha intensificado aún más después de que las tropas rusas prácticamente invadieran Crimea.

Durante la última semana, la ya tensa situación en Ucrania se ha intensificado aún más después de que las tropas rusas prácticamente invadieran Crimea. Y aunque no se puede descartar algún incidente violento entre las fuerzas rusas y ucranianas, es difícil entrever una escalada mayor del conflicto en la que otros países se vean involucrados.

Por su parte, la situación financiera en Ucrania ya era bastante preocupante antes de producirse los últimos acontecimientos, y esto evidentemente no ayuda. Ucrania necesita asistencia financiera externa, o entrará en quiebra en un futuro próximo. El FMI ya ha tomado cartas en el asunto, y va a trabajar en un acuerdo que aporte ayuda financiera a cambio de reformas estructurales y un sistema financiero más sólido. No obstante, es probable que el contagio hacia otros mercados emergentes sea limitado.

En los últimos meses, la economía rusa ya se estaba desacelerando. Como reacción a los acontecimientos del fin de semana, el banco central elevó su tipo de interés del 5,5% al ​​7%. Combinado con alguna respuesta negativa de los socios comerciales occidentales, cabe la probabilidad de que esto conduzca a la economía rusa hacia la recesión. Obviamente, no va a ser algo positivo para la región, pero el impacto en la economía mundial también creemos debería ser bastante limitado.

El mayor problema potencial para la economía mundial, y sobre todo para Europa, son los precios de las commodities. Éstos se han elevado con el aumento de las tensiones, pero es poco probable que lleguen a suponer un problema grave si se alcanza una solución negociada. 

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El gas podría ser un tema específico, ya que gran parte de las importaciones de gas de Europa proviene de Rusia a través de Ucrania. El precio del gas natural aumentó de forma pronunciada tras los acontecimientos del fin de semana. Sin embargo, el apacible invierno había hecho bajar significativamente los precios del gas en Europa en los últimos meses. Todavía hay una reserva importante en la región mientras que en Londres el precio del gas natural se sitúa actualmente más del 10% por debajo de su nivel de finales de diciembre.

A parte de esto, se añade otro riesgo a una lista creciente que incluye ya los decepcionantes datos de EE.UU. (probablemente relacionados con el clima), la desaceleración de China (como resultado de los esfuerzos para reducir el crecimiento del crédito), la subida del impuesto sobre el consumo en Japón... No obstante, nuestra hipótesis de base sigue siendo la de una continua recuperación global.

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