Antonio de la Torre: «La violencia no sirve para nada»
Antonio de la Torre (Málaga, 1968) pasa por ser uno de los actores referencias del cine español (si no el[…]
Antonio de la Torre (Málaga, 1968) pasa por ser uno de los actores referencias del cine español (si no el actor referencia en sí). Uno de nuestros iconos, ganador de un Goya y presente en todas las grandes producciones del cine nacional, el actor malagueño estrena hoy «Tarde para la ira», el primer filme como director de Raúl Arévalo, otro de nuestros actores tótem. De la Torre, ex periodista deportivo en Canal Sur, es en la distancia corta todo lo contrario de lo que ha aparentado en algunas de sus últimas películas («La isla mínima», «Caníbal» o la misma «Tarde para la ira», donde aparece como un personaje callado, oscuro, casi hosco y a veces tenebroso). Por el contrario, es vitalista, hilvana frases a la velocidad de la luz, se entusiasma con las palabras y desprende una ola de optimismo : «Sí, sí, nos ha salido una película dura, seca, cortante, pero es sin duda lo que quería Raúl (Arévalo) y ahí está la apuesta. Es verdad que a veces intenta respirar con algún toque de humor de Manolo Solo, pero lo cierto es que Raúl quería hablar de la violencia. En lo que respecta a mi personaje he intentado dar una idea de cómo sería la reacción de un tío normal que nunca se peleó con nadie, que es muy ingenuo, está lleno de ilusión y de repente le sucede algo terrible y de cómo ese drama le condiciona».
La idea de la venganza en plato más congelado que frío se le ocurrió a Raúl Arévalo oyendo una charla en el bar de su padre cuando un conocido vio una noticia en la tele y comentó «si a mí me pasa eso cojo la escopeta y le pego dos tiros». El asunto era ver cómo se asimilaba un hecho similar en distancia, con años transcurridos y no en caliente. Según De la Torre hay gente así: «Seguro que sí. Sin ir más lejos, no hay más que ver la que se está liando con el debate de Otegui ahora mismo o cómo se ha enquistado el conflicto de Israel con los palestinos. Yo vi una obra de teatro en El Matadero que se llamaba «Tierra de fuego» y en un momento de la función Alicia Borrachero dice una frase clave que es «la gente se siente más segura en el odio que en el amor», y tristemente, es así.
«Voy a tener que volver a la comedia»
El malagueño, actor versátil donde los haya, se ha especializado últimamente en esos papeles duros, secos y cortantes como la lija, y es algo que le llama la atención: «Es verdad, voy a tener que volver a la comedia que es lo que más he hecho. No sé, ya se sabe que uno es lo que es y sobre todo lo que la gente quiere que seas. Es curioso porque por mi personalidad y papeles que he hecho he realizado mucha comedia, como 'La gran familia española' o 'Primos'. Pero sí que parece ser que los papeles que tienen más relevancia son esta clase de personajes».
La mayor dificultad con la que De la Torre se encontró a la hora de encarnar al protagonista de este filme fue su preparación. Afortunadamente, el coguionista de la película, junto al propio director, era David Pulido, que es psicólogo de profesión. En él se basaron Raúl y Antonio para perfilar el personaje: «Tuve la tentación de hablar con una víctima del terrorismo pero al final lo intentamos llevar desde un lugar muy personal así que charlamos con David. Este decía que un personaje así no puede estar bien, que debería tener un patología clara y que tendría tics o actitudes raras, pero eso lo eliminamos, porque en el relato necesitábamos que el protagonista tuviese cierta empatía con el espectador y que este en un momento dado dijese 'vale, lo entiendo' y eso era complejo de conseguir. En eso tuve un tira y afloja con Raúl, porque yo quería darle alguna que otra sonrisa para ofrecer más ternura y Raúl decía, 'no, no puedes sonreír. Este tipo no puede sonreír, tú no estás para risas'. Fue complicado».
De la Torre siempre ha insistido en que cada vez que hace un personaje lo defiende a capa y espada. Lo hizo incluso en «Caníbal», mucho más en una trama como la que se presenta aquí: «Claro, es que es un tío al que han destrozado la vida y que no logra salir de ahí. Se ha quedado en ese atolladero. En algún momento, pasa una puerta y ya no es el mismo que antes».
Según De la Torre, por los tiempos que corren, en los que hay acoso y derribo por todos lados, es fácil entender al personaje: «De cualquier forma, la violencia forma parte del ser humano, pero lo que tengo clarísimo es que no sirve para nada. Sirve la comunicación, la empatía, pensar en el otro».
«Tenía confianza absoluta en Arévalo»
Es el debut como director de Raúl Arévalo y es algo que preocupó cero a De la Torre: «Tenía confianza absoluta en él. Yo ya le conocía, había hecho pruebas con él, habíamos preparado mucho el personaje, aquí y en otras películas, y tenía la plena seguridad de que lo iba a hacer muy bien».
El filme, que tuvo una gran acogida en el festival de Venecia, ha recogido grandes elogios de la prensa e incluso se habla de que tanto el filme como la actuación de De la Torre huelen a candidaturas al Goya. El actor, que ya cuenta con uno en su carrera, se muestra cauto: «Se agradece el elogio, pero es que hay muchos trabajos y la temporada es muy larga. Si algo he aprendido en estos maravillosos diez años desde que gané el Goya es que es muy complicado ganarlo».
A De la Torre le quedan pocos retos, pero hay algo que ansía desde hace tiempo, y es hacer una película sobre Juanito, el futbolista con el que guarda cierto parecido físico: «Sigo queriendo hacer algo al respecto, el problema es que ya se me está pasando el arroz. Cuando murió Juanito era más joven de lo que yo soy ahora así que o me doy prisa o no podré hacerlo».