Almodóvar consigue chapar de oro una Palma para «The square»
El jurado de esta edición del Festival de Cannes consiguió el doble milagro de confeccionar un Palmarés, cosa complicada por[…]
El jurado de esta edición del Festival de Cannes consiguió el doble milagro de confeccionar un Palmarés, cosa complicada por la escasita calidad de los competidores, y además inventarse algún premio y dar algún exaequo, que era ya el colmo de la generosidad. Lo de los panes y los peces fue un milagrito comparado con esto. La Palma de Oro para «The square», la película de Ruben Ostlund que jugaba con la memez del arte moderno contenía al menos dos o tres secuencias brillantes y que salvaban la película y, por lo visto, el Festival. Está lejos de ser una de esas Palmas de Oro que hacen historia, pero, al menos, su historieta funcionaba entre algún golpe de humor cínico y un drama y una intriga tolerables. En fin, que dentro del desastre que hubieran podido ocasionar Pedro Almodóvar y sus cuitados miembros del jurado, con «The Square» no hay gran cosa que reprocharles: no hay oro, pero sí un pasable chapado.
En cuanto al Gran Premio del Jurado, la solución de dárselo a «120 pulsaciones por minuto» es, si no justa (viendo el historial del premio), sí eficaz: una película algo manida de formas pero con el acento en un hecho potente, social y reivindicativo, la lucha de un grupo de activistas contra políticos y empresas farmacéuticas en los años ochenta por hacer visible al invisible y despreciable sida. Se pasaba de frenada en sus tonos melós y sentimentales, pero no es el momento ni el lugar de quejarse por ello.
Diane Kruger es una gran actriz y su personaje en «In the fade» de víctima del terrorismo aparentaba para premio
Los dos premios de interpretación son un síntoma de lo que ha tenido que penar este jurado, pues se ha prestado con resignación a no inventárselos ni descubrir la menor cosa: Diane Kruger es una gran actriz y su personaje en «In the fade» de víctima del terrorismo aparentaba para premio, y uno puede entender que ni el jurado ni alrededores reparen en la burrada que significa premiar lo impremiable (hay tanta doblez y esquina en sus actos, y especialmente el final, que da pavor reflexionar sobre lo que dice, o sugiere, el director de la película, Fatih Akin). Y Joaquin Phoenix, galardonado por hacerse un joaquin phenix, tan ido, locatis y martillo en mano, en la película «You were never really here», de Lynne Ramsay, son ganas de salir del paso. Aunque algo les habrá gustado la errática historia que cuenta Ramsay, pues también le han colocado a su película justita el galardón al mejor guión, junto a la de Yorgos Lanthimos, «Sacrificio de un ciervo sagrado», infumable y escurridizo «thriller» que salvaba su joven actor Barry Keoghan, realmente lo más peligroso y diabólico de todo el festival (lástima que no lo pillaran).
El premio del jurado, «Sin amor», del ruso Andrey Zvyagintsev, probablemente la película mejor encajada y compleja del programa oficial, y el de mejor dirección para Sofia Coppola por su versión aguada de «El seductor», completan un Palmarés lo menos ridículo posible. Buen trabajo de Almodóvar, que ya puestos a sacarse premios de la manga, le otorgó uno por el 70 aniversario a Nicole Kidman, pobre, con lo lozana y guapetona que está. La 71 solo puede mejorar.