Por qué el Nordea 1 - Stable Return aún tiene bonos en cartera

La industria de la inversión se enfrenta al reto de unos ahorradores con necesidad de retorno, pero reticentes a asumir el riesgo necesario. Mantenerse en renta fija ya no es una apuesta libre de sustos, ve este experto. Por ello, hace falta diversificar

Nordea Asset Management se ha ganado merecidamente su fama como una firma de confianza para los ahorradores más cautos. El Nordea 1 - Stable Return, su buque insignia, ha sabido navegar los momentos más difíciles de la última década con un enfoque moderado y aún así generar un retorno del 4 por ciento anualizado. ¿Su secreto? «La gestión del riesgo es nuestro punto de partida», asegura Christophe Girondel, responsable mundial de distribución para clientes institucionales de Nordea AM. Para hacer frente al cierre a nuevos inversores del fondo, la firma ha lazando, junto con Deutsche Bank, el Nordea 2 - Balanced Growth Target Date Fund para responder a las necesidades de los clientes más cautos.

¿Cuál es la clave para elegir un buen fondo multiactivo?

La clave es la experiencia.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando junto el equipo? Hay muchas firmas
empezando ahora con estrategias multiactivos porque es lo que está de
moda, pero hay gestores que llevan haciéndolo más de una década. Una
estrategia multiactivos es compleja porque hace falta dominar diversos
mercados. Por eso es importante ver que detrás del fondo hay un equipo
de varios especialistas. También buscaría entender su filosofía de inversión. ¿Cuáles son los motores de la cartera? ¿Están intentando acertar con el momento del mercado? ¿Están vigilando el riesgo?

El
Nordea 1 - Stable Return ha tenido un recorrido impresionante en
términos de rentabilidad y gestión de la volatilidad. ¿Cuál es su
secreto?

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Creo que son las tres claves que acabo de mencionar. El equipo lleva trabajando junto 10 años.
Son 15 persones juntando sus mejores ideas para la cartera. Y no
miramos al mercado. Vigilamos el riesgo. Para nosotros es el punto de
partida. Es el parámetro que restringe cómo construimos la cartera. Por
ejemplo, en la cartera tenemos bonos. Le puede sorprender, pero, en
una corrección del mercado, lo que le protege es la deuda gubernamental.

Por ese tenemos algo de Tesoro americano. Si quiere ser estable a lo
largo del tiempo, siempre hace falta tener un equilibrio en la cartera.

¿Cómo han evolucionado las necesidades el inversor?

Tras la crisis, las necesidades comenzaron a cambiar. Los inversores han comenzado a buscar más productos «outcome» (de resultados). Llámalos soluciones multiasset, productos con objetivo de rentabilidad, etc. Especialmente los más retail buscan esa rentabilidad final frente a invertir simplemente en renta variable y esperar. La gente ha aprendido que no es tan fácil dar con el momento exacto del mercado o elegir correctamente.

¿Hay aún cautela después de la crisis de 2008?

Hay miedo, sí. Pero la crisis también demostró que puede perder un 50 por ciento de sus activos y que le puede pasar a usted. Aunque el gestor bata a su índice o no. Eso da igual. Es un hecho que puede ocurrir. Hoy en día estamos en una ola de gestión pasiva, pero es la misma historia. Si el mercado se desploma, uno perderá esa misma cifra. Eso ha ayudado a muchos a plantearse cuánto riesgo están dispuestos asumir para la rentabilidad que desean obtener.

¿Están dispuestos a asumir el riesgo necesario para la rentabilidad que buscan?

No, no lo creo. Los ahorradores aún tienen la mentalidad de poder obtener un retorno del 5 por ciento. Es lo que hasta hace nada le ofrecía un bono. Pero conseguir ahora una rentabilidad de ese nivel sin asumir riesgo simplemente es imposible. El contexto ha cambiado, pero creo que el inversor aún no se ha adaptado a este mundo de bajas rentabilidades. Y eso es un reto para todas las gestoras.

Cuando habla de tomar riesgos, ¿se refiere a estar en renta variable?

Sí, puede ser estar en renta variable. También diversas estrategias más complejas. Por ejemplo, utilizando divisas. Pero esto supondrá mayor volatilidad en su cartera y es algo que hay que asumir.

¿Cómo estáis respondiendo a esa necesidad del ahorrador de una rentabilidad objetivo?

Intentamos proponer algunos de nuestros productos multiactivos. En ellos buscamos dar una rentabilidad del 2-5 por ciento moviéndonos entre las distintas clases de activos. Pero, por supuesto, estos vehículos son más complejos. Hace falta un diálogo con el cliente sobre cuál es el resultado que podrán obtener, la volatilidad que tendrá que soportar, las caídas que puede haber, etc. También es importante que sean conscientes de que si consiguen ese 3 por ciento, en un fondo que no asume demasiado riesgo, es un resultado aceptable.

¿Cuál es la rentabilidad que puede esperar un inversor en renta fija?

Por ejemplo, en una de nuestras estrategias multiactivos hoy en día nos movemos en el 2 por ciento. Si se va a high yield puro, puede conseguir algo más, pero asumiendo más riesgo.

¿Y para un inversor en bolsa?

Algo cerca del 10 por ciento, pero no mucho más.

Para quien pueda asumir riesgos, hay alternativas. Pero, ¿y aquellos que no se pueden permitir una pérdida de capital? Por ejemplo, quienes están cercanos a la edad de jubilación.

En mi opinión sí que pueden invertir en los productos de menor riesgo, soluciones con una volatilidad del 5 por ciento, que es lo que estamos proponiendo a ese perfil. Ser un inversor puramente de renta fija le expone a un importante riesgo de subida de tipos de interés. Por eso también hace falta un gestor dinámico en la gestión de la duración.

¿Cuánto tiempo va a durar este entorno?

Es una pregunta muy difícil. La demografía no juega a favor de los países desarrollados. No veo catalizadores que impulsen el crecimiento. Y si la economía crece al 2 por ciento anual, no se pueden tener unos tipos al 5 por ciento. Es lo que nos mantiene en un entorno de bajos tipos y creo que estaremos en él durante un tiempo.

¿Cuál es el mayor riesgo al que se expone el inversor hoy en día?

Hay mucho riesgo político. Es algo muy difícil de anticipar. Por eso es importante no construir su cartera intentando adivinar el futuro. No es que no influya en los fundamentales, pero es inútil intentar acertar con los tiempos.

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