Planes de pensiones: cómo cambia su fiscalidad en la declaración de la renta 

La campaña de la renta trae novedades en la tributación de los planes de pensiones de empleo, los contratados por la empresa

La campaña de la renta que acaba de comenzar trae algunas novedades que afectan a los productos de inversión. Uno de los más relevantes tiene que ver con el tratamiento de las rentas del ahorro (dividendos, depósitos, etc.), y otro de ellos impacta en la tributación de los planes de pensiones

En concreto, está relacionado con los planes de pensiones de empleo, que son aquellos promovidos por las empresas para retribuir a sus empleados a través de una especie de salario en diferido hasta el momento de la jubilación. 

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Estos planes de contribución empresarial permiten que el trabajador también ingrese dinero pero este año se han cambiado los límites de aportaciones del trabajador (y la correspondiente deducción fiscal), según el salario

Diferencia entre los que cobren más y menos de 60.000€ 

Así, los trabajadores que perciban rentas netas del trabajo mayores de 60.000 euros solo podrán aportar importes iguales o inferiores a los realizados por la compañía, con un límite conjunto de 8.500 euros (es decir, el trabajador puede aportar como máximo 4.250 euros).  

Y, dado que las aportaciones a los planes de pensiones reducen la base imponible de la declaración, el máximo que estos contribuyentes podrán reducirse por este concepto es de 4.250 euros. 

En cambio, los contribuyentes con rentas del trabajo inferiores a los 60.000 euros sí podrán aportar más que su empresa, en un cambio introducido este año para reducir la brecha que existe entre las rentas más altas y las más bajas en lo que a ahorros para la jubilación se refiere

En concreto, si la empresa aporta menos de 500 euros, el trabajador puede multiplicar su aportación por 2,5 hasta un máximo de 1.500 euros.

Si la aportación empresarial está entre 500 y 1.500 euros, “podrá multiplicar por una diferencia hasta un máximo de 1.500 euros” y, si la compañía ingresa más de 1.500 euros, entonces sí se mantiene la regla que antes se aplicaba para todos los contribuyentes de que la aportación del trabajador debe ser igual o inferior a la de la empresa con ese máximo conjunto de 8.500 euros. 

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“Antes, no había la posibilidad de que las personas que ganan menos de 60.000 euros pudiesen aportar más que la empresa ni había distinción entre trabajadores con rentas del trabajo superiores a los 60.000 euros o por debajo de los 60.000 euros”, explica José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha). 

Mejorar la progresividad del impuesto 

Mollinedo relata que estos cambios se realizaron precisamente tras comprobar que los planes de pensiones individuales se estaban concentrando en las rentas más altas, notablemente de contribuyentes con más de 60.000 euros de ingresos declarados, que eran los que se beneficiaban de la desgravación, reduciendo la progresividad del sistema fiscal, tal y como habían denunciado la Airef y el Fondo Monetario Internacional. 

Por eso se introdujo este cambio. Además, con esta medida se trata de beneficiar a las personas con menos rentas para que puedan tener un complemento a su pensión pública cuando alcancen la edad de jubilación. 

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Este es el espíritu que motivó asimismo la reducción del límite de aportación a los planes de pensiones individuales hasta los 1.500 euros que tanto ha enfadado a la patronal de los fondos de inversión, Inverco, y a la Asociación Española de Banca, AEB. 

Esta aportación a los planes de pensiones individuales se redujo primero desde los 8.000 a los 2.000 euros, en 2021; y, ya en 2022, se quedó en los 1.500 euros. 

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