El oro roza máximos históricos

Los inversores vuelven a optar por el oro para diversificar sus carteras y esquivar la devaluación de la moneda a largo plazo, la inflación y la volatilidad

El oro ha vuelto a recuperar su papel de activo refugio y, después de que su precio se desplomara en marzo y cayera hasta los 1.461 dólares la onza, se ha disparado hasta acercarse a sus máximos de 2011, los 1.800 dólares, que alcanzará en las próximas semanas, prevén los expertos.

Su remontada se ha debido a las consecuencias negativas que la pandemia del coronavirus está generando en la economía global, en las empresas y en los mercados y al ansia de los inversores por incluir en sus carteras activos refugio que les ayuden a compensar pérdidas.

“La tendencia del oro es alcista. Tuvo una semana en marzo que fue la peor de las cuatro últimas décadas porque muchos inversores decidieron deshacer posiciones para compensar las pérdidas en otros activos, pero ha recuperado la senda de crecimiento y su precio se aproxima a los máximos históricos que marcó en 2011”, asegura Joaquín Robles, analista de XTB.

¿Mejor lingotes o ETF?

Junto a la subida de precio también se está apreciando un interés de los inversores por el oro físico frente a fondos de inversión, ETF, warrants o CFD basados en el oro.

Esto tiene que ver, a juicio de Joaquín Robles, con las fuertes medidas de estímulo llevadas a cabo por la Reserva Federal, por el Gobierno de Estados Unidos y por numerosos bancos centrales que pueden provocar una devaluación de la moneda a largo plazo ante la que los inversores utilizan el oro como antídoto y se refugian en él.

No obstante, reconoce que el oro físico no es la mejor inversión, ya que genera complicaciones como su custodia. Por ello señala que el que quiera invertir en oro a medio y largo plazo tendrá que irse a un fondo o a un ETF al contado, mientras que los que opten por especular a corto plazo deberían acceder a CFD o futuros sobre precios del oro.

Tomás Epeldegui, director de Degussa, achaca la querencia de muchos inversores por lingotes y monedas a que los riesgos que quieren cubrir con el oro son los de los mercados financieros y por ello no pueden buscar esa cobertura en los propios mercados.

“También hemos visto cómo al limitarse los transportes y las comunicaciones debido al Covid-19 se ha generado una duda sobre la capacidad de respuesta por parte de determinadas inversiones financieras vinculadas con oro”, afirma.  

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Precio objetivo al alza

Que el oro está ganando tracción lo demuestra que bancos de inversión como JP Morgan, Goldman Sachs o UBS hayan elevado sus precios objetivos y aseguren que puede superar pronto los 1.800 dólares la onza.

También los fondos cotizados en bolsa respaldados por oro están teniendo un buen comportamiento. El lunes, los volúmenes en SPDR Gold Shares, el mayor fondo de este tipo, subió por encima de las 1.000 toneladas al nivel más alto desde mediados de 2013.

Y es que en este momento se cumplen todas las condiciones para invertir en oro: es un activo que aporta una buena diversificación a las carteras, ya que tiene una baja correlación con otros activos; además es un activo refugio por excelencia, por lo que en momentos de incertidumbre o inestabilidad económica como el actual suele comportarse positivamente.

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También históricamente el precio del oro se ha comportado de forma inversa a la evolución de los tipos de interés. Cuando los tipos están muy bajos y las autoridades monetarias inyectan liquidez para estimular el crecimiento económico, uno de los riesgos que se corre es la generación de inflación, que algunos inversores intentan amortiguar comprando oro.

Así lo reconoce Tomás Epeldegui: “El oro continuará su evolución al alza porque ante una situación en que los tipos de interés están a cero o en negativo y en que los gobiernos y los bancos centrales están aportando una enorme masa monetaria se puede producir una potencial pérdida de poder adquisitivo y generar, más adelante, un repunte de la inflación de las que los inversores tratan de protegerse con el oro”. 

El actual repunte a la par de la renta variable y del oro Epeldegui lo interpreta como una intención del inversor de cubrir y diversificar sus carteras: “El oro les ayudará a reducir la volatilidad del conjunto de sus inversiones y les aportará rentabilidad”.

Estas circunstancias hacen que los expertos consideren que el oro se va a meter a corto plazo en un escenario de máximos históricos.

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“No le queda nada”, asegura Joaquín Robles, y augura que, en el segundo trimestre del año, cuando se aprecie una espiral bajista que ponga número a las estimaciones de la evolución de la economía global y de las empresas, “veremos un nuevo impulso en el oro que lo instalará en máximos. A medida que se agrave la crisis el oro irá remontando”.

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