Dentro de unos meses alguien en La Moncloa, o en el Ministerio de Justicia que dirige Ruiz-Gallardón, se preguntará "¿pero cómo no previmos esto cuando quitamos la autorización previa?". Entre los muchos fallos que se aprecia en esta apresurada reforma laboral, quizá el de la supresión de la autorización previa en los despidos objetivos sea uno de los que más cola va a traer en los próximos meses, cuando las empresas empiecen a acogerse a los nuevos expedientes de regulación de empleo (ERE) que se van a comunicar ante Trabajo.