Los cuatro millones de parados, más cerca de lo que nos dicen
Aunque tras la presentación de los datos de empleo correspondientes al mes de enero el Gobierno ya no fue tan[…]
Aunque tras la presentación de los datos de empleo correspondientes al mes de enero el Gobierno ya no fue tan tajante al hablar de la posibilidad de alcanzar los cuatro millones de parados, existen motivos para creer que estamos más cerca de esa cifra de lo que nos desvela el Inem.
Según los economistas de Funcas, por la forma en que se compilan los datos en el Instituto Nacional de Empleo se estaría infraestimando el número de desempleados en unas 400.000 personas, de forma que en enero la cifra total desestacionalizada podría ser superior ya a 3,6 millones de personas. Así, si se mantiene este ritmo de destrucción de empleo, podrían alcanzarse los cuatro millones en el segundo trimestre según el servicio de estudios de las cajas de ahorros.
Como no podemos entrar a valorar si las mediciones son correctas, nos resultaría muy difícil argumentar si esa cifra de los cuatro millones ya ha llegado. Pese a ello, tenemos motivos para pensar en que los 3,6 millones de parados no son cifras reales. Me explico: El Inem excluye de sus listados una serie categorías que también suman. No las puedo cuantificar, pero se las expongo aquí: Para el Instituto público no cuentan las personas que están realizando algún tipo de formación; parece ser que no deben contar como desempleados porque están entretenidos intentando hacer currículum para volver al mercado. Si los cursos se los ha dado el Inem pasan a no ser parados; si los cursos se los pagan ellos y/o no constan en el Inem, siguen siendo parados.
Tampoco constan en las listas del Instituto público las personas que por sus necesidades precisan de jornadas reducidas (menos de 20 horas semanales). Es otra de esas trampas del Gobierno, que estimula lo que se llama conciliación familiar, pero luego no quiere el problema de las complicaciones laborales inherentes a las personas que deciden conciliar vida laboral y familiar. Usted concilie, concilie, pero que sepa que esta decisión suya complica tanto las contrataciones que sería injusto considerarla otra desempleada más. Vamos, que queremos que concilie para ser un estado moderno y progresista, pero luego no se queje si se condena usted al desempleo de larga duración. Yo, mientras, le saco de las estadísticas.
Otra tercera categoría despreciada por el Inem es la de despedidos por Expedientes de Regulación de Empleo (y creo que son pocos los españoles actualmente víctimas de EREs!!!) Como las negociaciones Gobierno-empresa para ajustar las condiciones de estos despidos llevan un tiempo, el Instituto los deja fuera de sus estadísticas. Tampoco constan los desempleados que participen en trabajos de colaboración social. Si usted se une a una ONG para entretenerse o ayudar a otros mientras encuentra trabajo, dejará de ser desempleado para los que componen las listas del paro.
Más aún, un estudiante de universidad menor de 25 años y que se apunta al paro para conseguir su primer empleo no cuenta. Da igual que se ofrezca a trabajar de teleoperador para poder pagarse la ingeniería en telecomunicaciones...
Pero es que aún hay más. Un inmigrante que lleve más de seis meses en paro desaparece de las listas del Inem con la misma facilidad que le desaparece a él su permiso de trabajo. Eso si que es radical. Seis meses sin trabajo en España y te tienes que volver a tu país o trabajar sin papeles aunque lleves tres años de 'legal' construyendo casas en la costa.
En fin, es lo que hay. Una última cuestión a modo de conclusión: ¿De verdad cree usted que esos parados pueden ser algo más que simples cifras para un Gobierno que niega su existencia misma? Trampear las cifras no es solucionar el problema. Item más, si el Gobierno niega de forma tan evidente la existencia de esas personas en paro, ¿cómo vamos a confiar en que sea capaz de conseguirles un empleo?