El 71 % de las "kellys" consumen fármacos para combatir el dolor

El 71 por ciento de las camareras de piso, conocidas popularmente como las "kellys", consumen fármacos para combatir el dolor[…]

El 71 por ciento de las camareras de piso, conocidas popularmente como las "kellys", consumen fármacos para combatir el dolor muscular provocado por su trabajo, mientras que un 96 por ciento presenta síntomas de ansiedad, un 25 por ciento, de depresión y un 74 por ciento tiene problemas de concentración.

Así se deriva de un informe realizado por el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) que este jueves celebra en Murcia una jornada sobre salud laboral bajo el lema "Tus derechos, la mejor medicina" para poner de relieve la precaria situación que sufren esas trabajadoras.

El informe, ha explicado el responsable de Salud Laboral del sindicato, José Valdés, es el resultado de un año de trabajo a través de grupos de coordinación con trabajadoras del sector de toda España y se apoya también en el último informe del Plan Nacional sobre Drogas, publicado en 2015, y en el que se refleja que un 8,2 por ciento de los trabajadores del sector de la hostelería consumen psicofármacos e hipnosedantes, frente al 7,3 por ciento de la población laboral general.

Dentro del sector, se ha estudiado la situación particular de las camareras de piso, altamente feminizado y con un elevadísimo porcentaje de trabajos temporales, a tiempo parcial y externalizados.

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Esta última circunstancia tiene como consecuencia una drástica reducción de los salarios, ya que no se aplica el convenio colectivo del sector de la hostelería, sino el de cada empresa multiservicio, lo que puede acarrear reducciones salariales de hasta el 40 por ciento, ha explicado el responsable estatal del sector de hostelería de CCOO, Gonzalo Fuentes.

Estas mujeres, ha lamentado, han visto además empeorar sus condiciones laborales y aumentar su carga de trabajo, de manera que actualmente están limpiando una media de entre 24 y 30 habitaciones diarias frente a las entre 14 y 17 de hace unos años, lo que supone unos 13 minutos de media para arreglar cada habitación.

Valdés ha denunciado además la nula inversión en modernizar sus medios de trabajo, lo que supone que "en pleno siglo XXI se siguen haciendo las camas de una actividad industrial igual que en el XIX", o que las camareras tengan que arrastrar carros de 100 kilos de peso, trabajando a contrarreloj lo que, en muchas ocasiones, les impulsa a no tomar las medidas básicas de prevención de riesgos laborales, como ponerse una mascarilla o unos guantes, para no perder esos segundos.

La excesiva carga de trabajo y la presión de los tiempos lleva a estas mujeres a padecer problemas físicos como dolores músculo-esqueléticos, de tensión, infecciones de orina o problemas respiratorios, pero también psíquicos, como ansiedad, insomnio, estrés, agotamiento y depresión.

El sindicato ha alertado además de los riesgos de automedicarse ya que, por un lado, en la mayoría de los casos, los fármacos que toman, como analgésicos o antiinflamatorios, no solucionan el problema, sino que solo alivian temporalmente los síntomas y, por otro, los medicamentos pueden tener efectos secundarios provocando un empeoramiento paulatino de los síntomas o generando adicción.

En la Región de Murcia, donde la hostelería aglutina unos 30.000 trabajadores, un 51 por ciento tienen contratos temporales, frente al 37 por ciento de la media nacional, y un 42 por ciento trabajan a tiempo parcial, frente al 29 por ciento de España.

CCOO ha insistido en la importancia de negociar un convenio colectivo para este sector antes del próximo verano con el "reto" de lograr que estos empleados tengan un "trabajo decente con un salario decente" y que, en el caso de las externalizaciones, se deba aplicar también ese convenio y no el de las empresas multiservicios.

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